Catéter Doble Jota Profile picture
Ingeniero (MSc, PhD) e historiador especialista en #HistoriaMedicina (PhD). En ocasiones doy clases a universitarios. @cateterdoblej@med-mastodon.com

Jan 21, 2022, 54 tweets

“La calamidad ha entrado en la ciudad”
“¿Cómo voy a creer en un esclavo?”

Dos frases de Cotton que cambiaron para siempre la #HistoriaMedicina #hilo 🧵⤵️

Boston estaba sumido en el caos. La epidemia de viruela había llegado a la ciudad. Pocas eran las familias que no tenían varios miembros afectados

Era 1721 y casi la mitad de los algo menos de 11.000 habitantes de la zona estaban contagiados. La tasa de mortalidad era altísima y no era mayor porque gracias al último brote de 1703 había bastantes personas inmunizadas

En teoría, el “bicho” había llegado por mar. El 22 de abril de 1721 el buque HMS Seahorse de bandera británica y procedente de Barbados había atracado en el puerto local

En la zona de la Spectacle Island y tras las epidemias anteriores se chequeaba a los pasajeros y la tripulación en busca de síntomas de alguna enfermedad infecciosa, en particular de la viruela.
En caso de positivos eran confinados en casas de cuarentena

El problema de estas inspecciones en la “aduana” de entrada eran los periodos de incubación de la enfermedad, ya que se podía ser positivo y contagioso y no presentar la fiebre o fatiga características, o lo más delatador, el sarpullido costroso típico

Pues eso… ¡bingo!

Uno de los tripulantes del barco que había pasado sin problemas los controles empezó a desarrollar la enfermedad estando alojado junto a otros compañeros en una posada del puerto

Esto fue sabido rápidamente y a los contagiados se les recluyó en una casa de la que se colgó una bandera roja y un cartel en la puerta que decía: “Dios tenga piedad de esta casa”

¡Tarde! la mecha ya había sido prendida y la enfermedad corrió como la pólvora por la ciudad.
De hecho, al enterarse, gente huyó de Boston hacia zonas rurales expandiendo la epidemia a todo Massachusetts

“Dando ejemplo”, la Corte General de Nueva Inglaterra, el órgano legislativo colonial de Massachusetts con sede en Boston se trasladó a Cambridge… donde al poco tiempo empezaron también a haber casos de viruela

Mientras la población se lamentaba por el castigo divino que estaban recibiendo, el reverendo protestante -puritano- Cotton Mather (1663-1728) escribía en su diario:
“[…] La gran calamidad de la viruela ha entrado en la ciudad […]”

El gobierno local instó al periódico semanal “The New England Courant” recién fundado por James Franklin (hermano de Benjamin Franlin) a que hiciera recuento de casos de viruela en la ciudad

El primer recuento, de octubre de 1721 decía que había 2757 casos activos, 1499 recuperados y 203 fallecimientos, muy en la línea de los informes actuales del #COVID19. A final de ese mes, el periódico notificó 411 defunciones por viruela

Las únicas armas para combatir la enfermedad eran los aislamientos/cuarentenas (ya poco efectivos dado que la trasmisión era comunitaria), los rezos y otras supercherías sin base científica

La esclavitud era una práctica habitual en las colonias británicas. Llegaban procedentes de África multitud de personas que eran vendidas como mercancía a sus nuevos propietarios

Massachusetts, y Boston en particular, eran centros de comercio de esclavos desde 1638 y en el año que nos ocupa, en la ciudad, había más de 1000 esclavos, que en muchas ocasiones, además, eran culpados de traer la enfermedad

La iglesia no era ajena al comercio de esclavos, de hecho, participaba de él.
En 1706 la congregación puritana de la que era líder local el reverendo Cotton Mather compró un esclavo al que este bautizó como Onesimus (Onésimo)

El nombre se lo había puesto Mather tras bautizarlo.
El ministro practicaba una variante del protestantismo muy radical y creía que todos debían ser bautizados, educados y convertidos al cristianismo

Onésimo significaba “útil” y en la Biblia hubo un hombre esclavizado con ese nombre, con lo que era el ideal para bautizar a este esclavo oriundo de África occidental

Mather consideraba inteligente a Onésimo, pero desconfiaba de él, llegando a escribir en su diario lindezas referidas al esclavo llamándole “ladrón”, “malvado”, “inútil” etc.

Pero una cosa que este le dijo años atrás, en 1716, ahora en plena epidemia le había venido a la mente:
- Sé cómo evitar la viruela, yo la tuve un poco y después ya no la cogí más

El pastor, aunque radical religioso, que había sido incluso protagonista en los Juicios de brujas de Salem (1692-93) tenía formación científica, ya que había estudiado en la Universidad de Harvard

Mather se había dado cuenta que muchos de los esclavos procedentes de determinadas zonas de África no enfermaban de viruela pese a que la gente los estigmatizaba como culpables de traer la enfermedad

¿Cómo voy a creer en un esclavo? Pensó Mather...
- Aclárame lo de la viruela, le ordenó a Onésimo
- Me sometí a una operación que me dio algo de viruela y después me preservo siempre de ella, respondió el esclavo

Después paso a contar que la operación consistía en frotar pus de una costra de una persona infectada leve en una herida abierta del brazo de la persona a preservar de la enfermedad

Mather estaba fascinado y verificó la historia de Onésimo con la de otros esclavos y vio que no era una práctica aislada, que muchos* la habían sufrido y no enfermaban

*Práctica llegada de China a Turquía y de ahí a determinadas partes de África

Además, Mather verificó que muchos esclavos tenían la misma herida que Onésimo en su brazo, lo que daba credibilidad a la historia de su sirviente

Mather también se puso a investigar y encontró información del médico Emmanuel Timoni (1670-1718) de un procedimiento similar presenciado mientras servía al embajador de Inglaterra en Constantinopla (Turquía)

Mather estaba decidido a probar la “operación”, pero como hombre de ciencia que era, aunque religioso, escribió una carta a todos los médicos de Boston (14 en total).

La respuesta fue de críticas hacia esos “ritos satánicos de esclavos”

Solo uno de los galenos, el cirujano Zabdiel Boylston (1679-1766) se interesó por lo expuesto por Mather.

Después de mantener varias reuniones ambos, e indagar más en el proceso al que se había sometido Onésimo…

El 26 de junio de 1721 el Dr. Boylston hizo las primeras pruebas. Inoculó a dos esclavos de su propiedad (padre 36a e hijo 2a), así como a su propio hijo Thomas de 6 años y al tiempo los puso en contacto con enfermos de viruela y…

¡sorpresa!...

no enfermaron

Al exponer lo sucedido, Mather y Boylston pudieron ganarse a otros para su causa; sin embargo, sus ideas siguieron siendo mayoritariamente rechazadas. Incluso otros médicos, a la cabeza de los que estaba el Dr. William Douglass seguían criticando la “variolización”

Pese a la oposición, Boylston y Mather empezaron a vacunar a otros bostonianos. Según sus anotaciones, inocularon a 247 personas, de las que solo 6 murieron, 1 de cada 40, en comparación con 1 de cada 7 entre la población de Boston que no se sometió al procedimiento

El periódico The New England Courant habló pestes de los dos. La situación llegó al extremo que lanzaron un artefacto incendiario con una nota por la ventana de la casa de Mather, por suerte, sin mayores consecuencias

También agredieron por la calle al Dr. Boylston que tuvo que esconderse por miedo durante dos semanas en una de las casas de cuarentena cercanas al puerto

El Ayuntamiento de Boston presionado por la gente y fundamentalmente por los médicos opositores prohibió al Dr. Bolyston seguir con la inoculación

Cotton Mather escribió una carta/informe detallando el trabajo del Dr. Boylston en Boston: "[…]El experimento se ha hecho en varios cientos de personas, tanto hombres como mujeres, tanto mayores como jóvenes, tanto fuertes como débiles, tanto blancos como negros[…]”

Mather se convirtió en un “evangelista de la “variolización” y tras los resultados corrió la voz por todo Massachusetts y otros lugares con la esperanza de que ayudaría a prevenir la viruela.

Incluso el Dr. Douglass reconoció su error y se puso a inocular gente

Un punto de inflexión fue cuando el Dr. Boylston convenció a varios profesores de Harvard de inocularse ellos y sus alumnos. También estaba Samuel, el hijo de Cotton Mather, que estuvo en contacto con una persona con viruela grave y no se contagió

El 22 de febrero de 1722 se anunció oficialmente que no había casos activos de viruela en Boston y que la epidemia estaba controlada. La enfermedad provocó desde abril de 1721 844 fallecimientos y un total de 5759 contagios

Ese experimento en la Colonia de la Bahía de Massachusetts, una de las Trece Colonias británicas en el actual EE.UU. fue la primera campaña de inoculación pública (contra la viruela) documentada de la #HistoriaMedicina

Después de los experimentos de Mather y Boylston con la inoculación, y los experimentos similares de Lady Mary Wortley Montagu durante un brote simultáneo en Londres, la variolización se convertiría en una técnica generalizada en occidente

Años más tarde, en 1796, Edward Jenner pudo desarrollar una vacuna eficaz que utilizaba la viruela bovina contra la viruela.

Massachusetts fue de los primeros que impuso esta vacunación como obligatoria

Sin quitar ningún mérito a Jenner, como se suele decir no se trata de hacerlo, se trata de documentarlo…
Hubo otros antes... como el granjero Benjamin Jesty.
Recuerdo reciente #hilo 🔁🧵⤵️

El brote también alteró el discurso público sobre las enfermedades y la manera de tratarlas, apareciendo antivacunas y negacionistas potenciados por los periódicos de la época… #desdesiempre #nadanuevo

Aunque muchos como Benjamin Franklin, que había sustituido a su hermano al frente del New-England Courant criticaban la variolización se terminaron convirtiendo en defensores acérrimos de la inmunización. De hecho, en 1736 perdió a un hijo de 4 años por viruela al no vacunarlo

El conocido entre otras cosas por ser el inventor del pararrayos fue una influencia básica para que George Washington (1732-1799) variolizara a sus tropas y se preocupara por la incidencia de la viruela durante la Guerra de Independencia (1775-1782) #esoesotrahistoria

En 1723, Boylston viajó a Inglaterra y recibió honores del Rey Jorge I. Publicó la obra “Un relato histórico de la viruela inoculada en Nueva Inglaterra” y continuó con sus investigaciones sobre la inoculación

Cotton Mather murió un día después de cumplir 75 años y fue enterrado en el cementerio Copp's Hill habiendo escrito más de 450 libros, casi todos de temática religiosa

Onesimus compró parcialmente su libertad (pagó a Mather el dinero que este necesitaba para comprar otro esclavo) y ya no se tienen más datos sobre su vida.
Claro es que sus palabras al reverendo cambiaron la historia para siempre y aceleraron la llegada de la vacunación universal

En 1980, la Organización Mundial de la Salud declaró la viruela completamente erradicada debido a la difusión de la inmunización en todo el mundo. Sigue siendo la única enfermedad infecciosa que ha sido eliminada por completo #VaccinesWork

Hay dos cosas que hay que tener claras:
La evidencia y la ciencia darán solución a los problemas más pronto o más tarde
La potabilización del agua, la asepsia, la higiene y las vacunas han salvado y seguirán salvando millones de vidas

Gracias por vuestra atención, espero os haya resultado interesante la historia

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