Hoy se cumplen diez años desde que Madonna sirvió excelencia electropop, un despliegue homoerótico-festivo de corte religioso, y una coreografía de infarto a la edad de 53 años.
Aquel 2012 subestimó injustamente el espectáculo EDM de Girl Gone Wild.
El 2 de marzo del 2012, Girl Gone Wild se editó como el segundo sencillo extraído de MDNA, su duodécimo álbum de estudio.
Al contrario que Give Me All Your Luvin’, encuadrada en el dance y con leves influencias disco, Girl Gone Wild se encomendaba al electro, así como al techno.
Girl Gone Wild es el punto de inflexión en el que, tras 30 años de carrera, Madonna comienza a demostrar ser consciente de su legado.
Así, retorna a la pista de baile mediante sus armas más habituales: la provocación y, por supuesto, la sexualización de la simbología católica.
Hasta cierto punto, abusar de fórmulas tan comúnmente atribuidas a su trayectoria conllevaba ciertos riesgos: lejos de ser percibida como una reivindicación de sí misma, Girl Gone Wild se interpretaba como un reciclaje referencial más bien poco imaginativo.
Girl Gone Wild se presenta como una propuesta hedonista que halla en los convencionalismos de la moral judeocristiana un catalizador para el desenfreno, y que antepone el descubrimiento y el disfrute de la sexualidad sobre toda forma de puritanismo.
Su carga erótica no se traza únicamente mediante la habitual articulación de Madonna de sí misma como sujeto de deseo, sino que crea una alegoría del fruto prohibido mediante el encuentro sexual entre dos Adanes.
La edición oficial, de hecho, no corresponde a la versión original. Su focalización sobre la anatomía masculina (¡qué bien conocen algunas a su público!) incorporaba escenas de desnudos, o prácticas sexuales camufladas. Sin embargo, prevaleció la censura.
Puede que Girl Gone Wild se arraigue en la memoria del oyente gracias a su estribillo contagioso y sus voces duplicadas, pero su flamante producción (a cargo de Benny Bennassi y su primo, Alle Benassi) contribuye a hacerla incluso más efectiva.
Sus remezclas ahondaban en esta entrega al desenfreno y, además, una de ellas fue obra del fallecido Avicii, al cual Madonna acompañó en su participación en la edición del Ultra Music Festival de Miami del año 2012, mediante una aparición sorpresa.
Entre los remixes lanzados para el tema, cabe señalar dos: la remezcla de Rebirth, una de las más memorables entre sus producciones recientes, y la perteneciente a Offer Nissim, de la cual se extrajeron ciertos fragmentos para la colosal interpretación en vivo de Girl Gone Wild.
Girl Gone Wild, además de ser la canción que daba comienzo a la secuencia de MDNA, también era la encargada de inaugurar la gira con mayor éxito de todo el año 2012, así como uno de los espectáculos pop más apoteósicos de todos los tiempos: The MDNA Tour.
Girl Gone Wild sustituía la humareda de un botafumeiro por una rave eclesiástica en el que Madonna resquebrajaba las vidrieras de una catedral tras descender de un confesionario.
Sencillamente, el acto de apertura más mastodóntico de la historia del pop.
Girl Gone Wild estrena una etapa creativa de Madonna en la que ciertos cortes se justifican gracias a su previsualización en escena y, tras 30 años de trayectoria, evidenció y reafirmó su envergadura como la estrella pop femenina por excelencia.
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