Alberto García-Salido Profile picture
Marido, padre, intensivista pediátrico, PhD y escritor. Colaboro en @MasDeUno/@JotDownSpain. #PedsICU, cine y libros. ORCID➡️https://t.co/czMI5j5wSb

Apr 16, 2022, 22 tweets

Porto Ercole, 2018

Dos hombres y dos mujeres miran cómo se alza la lápida.
Surge un ataúd de madera.
Sobre él una pequeña cruz.
Dirigen el procedimiento llevando con cuidado el recipiente a su furgoneta.
El prior de ojos azules asiente.
- Es la hora - musita mientras se aleja.

Nápoles, 1610

Tras esquivar el agua fétida desde una ventana el zurdo alcanza una taberna.
Ruido, mal olor y carcajadas se funden.
Claroscuro ante unos ojos cansados.
Levanta la mano y llama al tendero.
No sabe que alguien le observa.

De entre las mesas surge una sombra envuelta en paño.
Se sienta delante, se miran y se reconocen entre pupilas.
Una copa llega a la mesa y se vacía rápido en la boca del zurdo.
- Michelangelo.
- Qué quiere.
- Matarle.
En una pincelada rápida los hombres salen de la taberna.

Marsella, 2018

Sobre la mesa de disección unos huesos.
Apenas hay restos de ropa.
Con cuidado, como aproximándose a un susurro, una mujer toma muestras de los dedos.
Las deposita junto al resto, añade piezas a un un puzzle que lleva años resolviendo.

Nápoles, 1610

Caminan pegados.
El zurdo sabía que las deudas tienen tanta memoria como números.
Se alejan de la gente hasta dejarse el mar como escenario.
Tras un gesto de cortesía enfrentan sus espadas.
El aire se lame con el metal.
Después un grito y el silencio.

Marsella, 2018

En la sala de espera un hombre de mediana edad.
Está ahí por una llamada que surge desde su apellido.
Quieren su sangre y ella su ADN.
Cruza la puerta y extiende el brazo.
Siente el pinchazo, cierra los ojos.
El experimento ha comenzado.

Nápoles, 1610

Sobre la piedra un cuerpo sobre charco de olor metálico.
El vencedor se lleva la mano al brazo para cortar la hemorragia.
Le duele, la espada ha tocado nervio y hueso.
Quizá no pueda volver a pintar.
Mira el cadáver hijo de su espada.
Debe abandonar la ciudad.

El amanecer le alcanza en el suelo, apoyado sobre un muro.
Se levanta febril y anda hacia el primer carro dispuesto a transportar mercancía recién llegada.
Pregunta destino.
Ofrece unas monedas y se deja caer junto a lo que parece comida y vino.
Duerme mientras se deja llevar.

Marsella, 2018

El hueso disgregado libera lentamente su material genético.
Han encontrado plomo en gran cantidad, confían en que quizá esta vez termine su búsqueda.
A unos metros la sangre del donante también es generosa prestando secretos.
En pocas horas podrán empezar.

Puerto Ercole, 1610

El hombre alcanza con dificultad el hospital y monasterio.
El dolor es insoportable.
No puede doblar el codo y los dedos se han inflamado hasta alcanzar un color morado.
Llama a la puerta y cae.
Un par de monjes acuden y sienten la fiebre en su piel.

Los días transcurren envueltos por un óleo que oscila.
Tumbado en un jergón, abrazado por frío infinito.
Los monjes se turnan para cuidar del desconocido.
Saben que es muy probable que muera y miran el cementerio.
Se barrunta un nuevo hogar para un alma muerta de miedo.

Marsella, 2018

En la pantalla del ordenador los nucleotidos se agrupan.
Forman frases que un potente software bioinformatico hilvana y entiende.
Arriba el genoma del donante.
Debajo el genoma de los restos.
Ambos se dan la mano.
Están poniendo el lazo a una búsqueda y sueño.

A unos metros, uno de los hombres del cementerio, recibe los resultados del análisis microbiológico de los restos.
Dos palabras.
El nombre de una bacteria.
Estafilococo aureus.
- Sepsis - murmura.
Y piensa en dolor y fiebre.
Siente un escalofrío cuando imagina ese sufrimiento.

Puerto Ercole, 1610

El zurdo no sabe si es de día o de noche.
Por un momento recupera la conciencia y puede ver al monje.
También percibe un olor dulzón que surge de su brazo, negro, inmóvil y lejano.
Se siente morir.
Pide agua y hace un gesto a su cuidador para que se aproxime.

Reclama la extremaunción y el monje, muy joven, asiente y le pregunta el nombre.
Con dificultad se pintan dos palabras.
- Michelangelo Merisi.
El monje da un paso atrás, sorprendido.
Después abandona la celda.
No hay tiempo que perder.

El pintor zurdo deja de respirar lentamente.
La celda esta repleta de monjes e incluso el prior está allí.
Esperan unos minutos para confirmar que la muerte ha dado un nuevo beso.
Después lavan el cuerpo y lo depositan en un ataúd de madera.
Rezan en silencio.

Marsella, 2018

En la sala de espera un hombre de mediana edad escucha su apellido.
Ha regresado para los resultados.
Entra en una sala amplia donde esperan cuatro personas.
Sonríen.
Dos hombres y dos mujeres con una pantalla detrás.
En ella se proyecta un magnífico cuadro.

Le explican que gracias a su sangre, se genoma, han confirmado que la persona desenterrada es un Merisi.
Probablemente pintor, por el plomo encontrado.
Muerto por una grave infección provocada por una bacteria que llegó a su quizá por una herida, quizá producto de un duelo.

Celebran el éxito de su hallazgo, han dado respuesta a un misterio de siglos.
¿Cómo murió el pintor zurdo?
¿Dónde estaba enterrado?
El hombre les da las gracias y abandona el laboratorio.
En la calle mira el cielo, la luz y las sombras.

Un claroscuro que le rodea y acoge, siente paz por haber ayudad a su descanso.

Puerto Ercole, 1610

La tierra oculta la pequeña cruz sobre el ataúd.
Los monjes abandonan el camposanto.
El prior, de ojos azules, observa la lápida de piedra.
Cuando llegue la hora se revelará que bajo ella descansa Michelangelo Merisi.

Caravaggio.

Hombre.

Pintor.

Leyenda.

PD: este #HiloYTal está basado en el artículo que está aquí debajo. Me he tomado licencias, os dejo a vosotros descubrirlas si os apetece.
Gracias por leer y compartir (si os ha gustado).
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