En el capítulo de hoy de #CómoOcultaralasMujeresenlaHistoria os contaré el misterioso caso de la reina que se volvió invisible sólo porque su nombre aparecía en un documento junto con el de un noble que no le llegaba a la suela de sus regios zapatos.
Para ello nos vamos a trasladar al siglo XI, a una pequeña localidad alavesa llamada Batxikabo, conocida por su interesante templo renacentista y por su magnífico retablo fingido descubierto en una restauración reciente.
A pesar de que es una maravilla poder contemplar el retablo escultórico y el pintado de forma simultánea y a que se realizan visitas guiadas allí, en esta ocasión no nos interesa su pasado moderno, sino su pasado medieval.
Esta iglesia conserva unos pequeños restos románicos tardíos (o góticos, según el gusto de cada cual) en los que podemos contemplar unos rostros. Quizá la huella visual de sus antiguos promotores o propietarios laicos…
Pero vayamos más atrás todavía en el tiempo, cuando existía una iglesia dedicada a San Martín pero anterior incluso a este precioso edificio. Nos detenemos en el año 1028. En esta fecha descubrimos un documento que alude a este templo. Veamos qué nos dice.
Se trata de un documento de compraventa bastante extenso en el que una mujer, pero no una mujer cualquiera, sino toda una reina, doña Jimena, reina de Pamplona, compra una serie de propiedades en la zona a un noble local llamado Oveco Díaz.
Entre estas propiedades encontramos algunas casas, palacios, viñas, sernas y el monasterio (entiéndase iglesia privada según la jerga de la época) de San Martín en Batxikabo.
Además, en el documento conservado vemos claramente (aunque en latín) que la que lleva a cabo la acción de la compra y que, por lo tanto, según ese mismo documento pasa a ser la legítima propietaria de todos esos bienes es la reina Jimena, madre de Sancho el Mayor.
Por eso, después de leer el documento original (maravillosamente digitalizado en ehu.eus/galicano) me llevé un shock al consultar la entrada correspondiente a esta iglesia en la Enciclopedia del Románico. Aquí os dejo el párrafo en cuestión.
Como vemos, la historia cambia radicalmente en este fragmento, que nos presenta un panorama en el que la reina no sólo está dramáticamente ausente (a pesar de ser la protagonista y firmante del documento), sino que además falsea los hechos.
Según esta versión estas tierras estaban bajo dominio exclusivo de la nobleza local, ejemplificada en Oveco Díaz, noble al que la reina Jimena le compra los bienes. Pero elude el poder, propiedades e influencia no sólo de la reina Jimena, sino de todo el Reino de Pamplona.
Si consultamos otra bibliografía reciente, como este magnífico libro de José Ángel García de Cortázar, descubriremos cómo en el siglo XI uno de los propietarios que mayor número de iglesias tenía en Álava era precisamente la monarquía pamplonesa. larioja.org/i-estudios-rio…
Con estas compras de templos y otras propiedades (entre otras estrategias) expandían su influencia por territorios aledaños manifestando su presencia a distancia. Por lo que el poder de la reina Jimena se hacía efectivo en la región gracias a este documento de compraventa.
Además, mediante la ocultación deliberada de la reina Jimena, se está claramente aplicando una mirada machista actual que nada tiene que ver con la de la Edad Media, donde era mucho más importante y determinante la distinción por clase social que por género.
Vamos, que a nadie en su sano juicio en la Edad Media se le hubiera ocurrido quitarle el protagonismo y la capacidad de acción a una reina para dárselo a un noble local.
Por lo tanto, aquí se está incurriendo en la táctica nº 3 de #CómoOcultaralasMujeresenlaHistoria: “si aparecen juntos en un documento el nombre de una mujer y el de un hombre, cita sólo al varón”. Y encima con el agravante de ocultar a una reina para destacar a un noble.
Esta estrategia de ocultación, de la que ya os he hablado en alguna ocasión, es difícil de detectar a simple vista, ya que es necesario cotejar la documentación original para descubrir estas invisibilizaciones de mujeres. Y ya veis que a veces la documentación está en latín… 🙃
Por eso insistiré en esta idea: nunca, nunca, os fiéis al 100% de un dato histórico reflejado en un libro o artículo a no ser que lo hayáis cotejado y visto con vuestros propios ojos. Es muy fácil recortar los nombres femeninos y cambiar la historia.
Espero que os haya gustado este nuevo episodio de #CómoOcultaralasMujeresenlaHistoria. ¡Hasta el próximo capítulo!
Las fotografías de la iglesia de Batxikabo están extraídas de:
-ananaturismo.com
-elcorreo.com
-Elena Argote en monumentalnet.org
-Wikipedia
@munarqas, @diana_pelaz, quizá este hilo sobre ocultación de la reginalidad os interese. 😉
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