La noticia romana de la semana ha sido el descubrimiento de un falo de madera en el yacimiento de Vindolanda.
Todos los titulares han asegurado que se trata de un dildo pero, ¿es cierto🧐? Acompáñame en este #HiloRomano para descubrir lo que dice realmente la investigación.
La pieza fue hallada hace más de treinta años en las excavaciones de este fuerte militar romano situado en Britannia. Sus condiciones permiten que la madera se conserve, haciendo que se encuentren muchos objetos perecederos que, de otro modo sería imposible recuperar.
Algunos de los objetos más interesantes hallados gracias a este tipo de terreno con humedad pero anaeróbico son las famosas tablillas de madera. Muchas de ellas son cartas personales o documentos de registro del campamento.
El falo de madera apareció en 1992 dentro de una zanja de abandono en la que fue depositado como basura junto a otros muchos objetos a finales del siglo II. Entre ellos había zapatos, peines, pinzas, cucharas o tazas, entre otros.
La pieza interpretó erróneamente como un elemento usado para tejer o bordar y sólo ahora ha sido redescubierto en los almacenes del yacimiento. Viendo su forma, quienes lo identificaron por primera vez no estuvieron muy finos.
Para que tengas una idea de sus características, el falo mide 16 centímetros de largo, tiene el glande marcado claramente con una herramienta de tallado y una base más ancha que nos puede dar pistas de su uso…
Por supuesto, los medios más amarillistas no han dudado en asegurar que se trata de un dildo o consolador romano. Sin embargo, los investigadores en el artículo que han publicado al respecto nos cuentan una historia bastante diferente. Vamos a verla.
El mundo romano estaba repleto de representaciones fálicas y no siempre tenemos que pensar en motivos únicamente sexuales cuando las vemos.
En la mayor parte de las ocasiones, los falos eran símbolos protectores que representaban la abundancia y la felicidad.
El anterior, de terracota y con la inscripción HIC HABITAT FELICITAS (aquí vive la felicidad) estaba colocado sobre el horno de una panadería de Pompeya. No tiene carácter sexual, sido protector.
En este sentido, la mayoría de los niños y muchos adultos llevaban pequeños falos de todo tipo de materiales (según se pudieran permitir) colgados al cuello como amuletos. Servían también para ahuyentar el mal de ojo. Una vez más, nada sexual.
En el caso de este falo, que es más grande, lo más probable es que trate de un símbolo protector como los anteriores fijado de la manera que ves en la foto a un muro. Encontramos este tipo de piezas también en las paredes de Pompeya.
De ahí que tenga esa base más ancha.
También podría formar parte de una estatua que podría representar al dios Príapo, como este ejemplo de la casa de los Vetii de Pompeya. En este caso sería una fuente.
Aun así, parece más probable que tuviera forma de herma (2ª imagen) con los genitales marcados.
En este sentido es interesante resaltar que la zona marcada en verde en la imagen superior parece estar más pulida, quizá por haber sido tocada muchas veces. Este gesto se puede interpretar como uno para recoger el poder mágico de buena suerte del falo.
Aun así, determinar qué ha causado tipo de marcas de forma inequívoca es muy complejo. Podría deberse a muchos factores, incluso posteriores a su abandono.
También se ha interpretado que pudiera tratarse de una mano de mortero. En este caso, la base ancha serviría para machacar. Siendo un falo, todo lo que se moliera con él quedaría inmediatamente impregnado de su magia protectora.
Finalmente llegamos a la posibilidad de que se trate realmente de un accesorio sexual. La investigación nos dice que este tipo de objetos podrían existir en el mundo romano, aunque no tenemos atestiguado ninguno de forma inequívoca. En parte porque, quizá eran perecederos.
¿Podríamos estar ante uno de ellos? Tal vez sea el caso, incluso aunque esa no hubiera sido su función principal. No obstante, esta es la menos probable de las tres propuestas, quedando casi como mero planteamiento hipotético y algo especulativo (pero que da para un buen titular)
Lo más probable es que estemos ante un falo apotropaico (protector) como existen tantos otros ejemplos en el mundo romano. El falo protegería algún lugar destacado del campamento militar, probablemente sobresaliendo de un muro, hasta que fue descartado a finales del siglo II.
No podemos negar que hablar de un accesorio sexual romano es interesante y abre la puerta a investigar más en este sentido. Quizá también nos anima a volver a analizar piezas halladas en otros yacimientos. Pero, en este caso, no parece una opción probable.
Gracias por llegar hasta el final.
Las fotos del hilo son de wikipedia y del propio artículo científico en el que se explica todo esto con mucha más profundidad.
Te lo dejo por aquí por si lo quieres leer (en inglés): cambridge.org/core/journals/…
¡Que tengas buena semana!
Bene vale!
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