Más de 2.300 años llevan mirándose y todavía no se han cansado.
Ella es Tanchvil Tarnai, él Larth Tetnies, los esposos de Vulci que terminaron, sin saber cómo ni por qué, en la sala del Museo de Bellas Artes de Boston.
¿Queréis saber un poquito más sobre ellos?
¿Mini-hilo? 🧵
Su tumba fue excavada en 1846 en la necrópolis de Ponte Rotto, en la antigua ciudad etrusca de Vulci (provincia de Vitervo). El área había sido regalada por el papa Pío VII a Lucien Bonaparte, hermano del emperador. El poder inclinándose ante otro poder más grande.
Por desgracia, los métodos de excavación -o mejor sería decir saqueo- del s. XIX hacen que hoy sea imposible saber en qué tumba se hallaron. Lo que sí sabemos es que no estaban solos. Con ellos dormía el sueño de los justos ella, Ramtha Vishnai, la madre de Larth.
Él es su marido, Arnth Tetnies y no, no está enterrado junto a su esposa pues el sarcófago es estrecho y solo tiene capacidad para un cuerpo. ¿Qué fue de él? Quizás muriera lejos de Vulci, quizás ella muriera antes y él encargó el sarcófago como una petición de espera...
Porque en el cuerpo del sarcófago, en el frontal, los vemos reunidos y tomados de la mano. Hay quien dice que es una alusión al matrimonio, otros que es un reencuentro en la otra vida, de ahí que él llegue con el bastón de caminante y ella lo reciba.
Es posible pues los laterales cortos nos hablan de un viaje; un hombre por un lado y dos mujeres por otro montados en sendas bigas. En todo caso, una declaración de intenciones al más puro estilo etrusco: la familia persiste más allá del tiempo.
Curiosamente, este sarcófago -que debería ser más antiguo que el de los jóvenes y hermosos Thanchvil y Larth- está datado unos 30 años después, entre el 300 y el 280 a.C.
¿Por qué? Quizás porque, en una de esas trampas que gusta de poner el destino, ...
fuera el matrimonio joven quien muriera antes.
Serían entonces los padres quienes encargarían el maravilloso sarcófago, tan íntimo y tan delicado que ni siquiera cubren su desnudez con una manta sino con la "tebenna" de él, con su manto.
Sin embargo, no todo es dulzura. Las paredes del sarcófago son pura lucha, ya sea de jóvenes a pie o a caballo, de griegos contra amazonas y los sugerentes relieves de los laterales cortos: dos leones abatiendo un toro y dos grifos devorando a un ciervo.
Dos luchando por la vida.
Sea como fuere, el sarcófago de Vulci es una de las más elegantes, más silenciosas, más justas y hermosas representaciones del amor traspasando las fronteras de la muerte. Casi como un poema en travertino.
O quizás lo sea.
Ingrid Rowland, "Marriage and Mortality in the Tetnies Sarcophagi", Etruscan Studies. Journal of the Etruscan Foundation, vol. 11, 2008.
P. Segal y Mei-An Tsu, "The eternal embrace: conserving the Tetnies sarcophagi", Apollo, 1/02/2013.
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