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El mejor tuitero sobre China 🇨🇳 | Arquitecto, diseñador de interiores, gallego y amigo del pueblo.

Dec 10, 2023, 22 tweets

Una de los relatos propagandísticos más extendidos en el mal llamado Occidente es la existencia del Tíbet como una especie de paraíso budista, lleno de paz y amor, liderado por el Dalai Lama, el epítome de la bondad.

Nada más lejos de la realidad ⬇️

Jetsun Jamphel Ngawang Lobsang Yeshe Tenzin Gyatso es el decimocuarto y actual Dalai Lama.

Según vende la propaganda anglosajona, es un pobre fugitivo huído de China en 1959 que solo busca la independencia de su tierra querida.

Pero... ¿cómo se vivía bajo su poder realmente?

Por cierto, esta es una foto suya en 1955 (derecha), unos cuatro años antes de exiliarse. Para los que dicen que «era un niño».

Antes de 1959, el Tíbet era gobernado por un sistema teocrático y feudal encabezado por el Dalai Lama, quien era la figura religiosa y política más importante.

La sociedad tibetana estaba estructurada de manera jerárquica con terratenientes, monasterios y granjas.

En el sistema tibetano, había una clase de servidores, los llamados "serfs", que trabajaban la tierra y estaban ligados a sus terratenientes en condiciones de puro esclavismo.

Estos servidores realizaban trabajo agrícola y otras tareas sin recibir compensación alguna.

Los monasterios tibetanos tenían un papel destacado en la sociedad y poseían grandes extensiones de tierra. Los monasterios también tenían sus propios esclavos.

Además, el gobierno tibetano dependía en gran medida de las contribuciones económicas de estos monasterios.

El propio Dalai Lama se exilió con 3200 kilos de oro, toneladas de plata, 20000 artículos de lujo y joyas y casi 10000 piezas de exclusivas pieles y telas.

Su familia poseía 27 señoríos, 30 ranchos y más de 6000 esclavos.

En todo el Tíbet existían castigos severos para aquellos que intentaban escapar de la servidumbre o desafiaban el sistema establecido.

Estos castigos podían incluir mutilaciones y otras formas de violencia.


Especialmente cruel era la práctica de la desollación. Los señores y allegados del Dalai Lama coleccionaban las pieles de sus esclavos como trofeos.

Todo aprobado bajo el mandato del pacífico y bondadoso líder budista.

El 95% de los tibetanos vivía en condiciones de pobreza extrema.

Las oportunidades para mejorar su situación eran nulas debido al sistema feudal. Los monjes y señores recorrían las chabolas de las familias tibetanos y se llevaban a sus hijos como esclavos.

Todos los monasterios y casas señoriales del Tíbet tenían su propio sistema interno de prisiones, con diversos métodos de tortura que incluían todo tipo de amputaciones, siendo el extirpamiento de ojos una práctica común para castigos.

La gente en el Tíbet estaba divida en 9 grados, a los que se les asociaba un valor. La clase más alta valían, literal, «su peso en oro», mientras que la más baja valía «menos que una tira de paja».

El Ejército de Liberación de la R.P. China acabó con el sistema feudal tibetano.

El Dalai Lama y su clase señorial, con miedo a perder su poder, organizó una revuelta en 1959 que acabó siendo suprimida por 🇨🇳.

Tras su huída, gracias a la CIA 🇺🇸, el Dalai Lama se convertiría en un as en la manga de Estados Unidos para, como siempre, promover la balcanización de China.

Sin embargo, tuvieron que empezar una campaña de lavado de imagen para reescribir la historia y presentar a la autoridad religiosa y política de un sistema esclavista feudal como alguien deseable.
Hollywood y la comercialización del budismo como «religión de paz» haría el resto.

🇨🇳 La República Popular China empezó a reorganizar la sociedad y darle una vida fuera del esclavismo a la mayoría de los tibetanos.

Aquí vemos a una señora, que había sido esclava, recibiendo su primera propiedad.

Hoy el Tíbet cuenta con línea de alta velocidad, a pesar de tener la orografía más complicada del mundo, y su esperanza de vida se compara ya a la de un país desarrollado.

Existen, además, diversos proyectos de infraestructuras que seguirán desarrollando la región.

Sin embargo, el mundo anglosajón seguirá usando la figura del Dalai Lama para promover la balcanización de China.

Aparte de darle el Nobel de la Paz en el 89 para intentar capitalizar Tiananmen y la caída de la URSS, el Dalai Lama sigue siendo el epítome del bien en Occidente.

Aún así, fruto de la manifiesta mejora del Tíbet en China, en donde el apoyo al gobierno de Beijing es masivo debido a la brutal mejora de las condiciones de vida, el propio Dalai Lama está en contra de la indepedencia.

Mientras los tibetanos de la India aún viven en condiciones miserables, los de China viven vidas plenas en donde los jóvenes van a la universidad.

¿Conseguirá el cruel Dalai Lama recuperar el favor de China? Lo dudamos, pero nunca se sabe.

PD: Efectivamente, como bien apuntan por aquí, la famosa película '7 años en el Tíbet', interpretada por Brad Pitt, está basada en las opiniones y visiones de un nazi.

Veréis que siempre lo describen como un «montañero austríaco» 😂

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