Vamos a empezar con lo obvio.
1. El Big bang
Si hubiera ocurrido de otra manera, el cosmos sería diferente. Otras constantes universales y todo lo que conocemos se va al garete.
2. La materia bariónica
Que es de lo que estamos hecho nosotros y lo que nos rodea. Pero ésta solo representa un 4% de la energía del universo. Un 23% es materia oscura y el 73% restante energía oscura.
3. El tamaño del sol
Si fuera más pequeño, como una enana roja (que son el 70% de las estrellas del universo) la zona de habitabilidad estaría más cerca de la estrella y esto puede provocar un acoplamiento de marea.
En cambio si el sol fuera más grande, quemaría su combustible más rápido y un mundo habitable podría no serlo en poco millones de años.
Hay un montón de estrellas variables que actuan casi a capricho sobre la superficie de los mundos que las orbitan. Estallidos de radiación mortal y esas cosas.
O sea, no forma parte de ningún sistema binario ni multiestelar (algo bastante común dicho sea de paso) Si hay dos o más estrellas hay mayor probabilidad de que los planetas sean sacados de sus órbitas por acción de las fuerzas gravitatorias.
El disco de acreción de donde surgió el sol y el resto de planetas se componía de suficientes materiales pesados como para que algunos planetas, como el nuestro, tuvieran suficiente densidad y una amplia variedad de elementos disponibles.
El sistema solar está ubicado a una distancia idea en la galaxia, hacia la periferia, lejos de las intensas radiaciones del violento centro galáctico y de las regiones con mayor presencia estelar.
Sin ella, estaríamos en un aprieto. es el disolvente universal y tiene unas propiedades únicas que propician reacciones e intercambios químicos a mansalva.
O como nos gusta llamarla en @radioskylab_es Zona de aguabilidad
Tanta agua no serviría de mucho si está congelada o evaporada.
La tierra y sus vecinos planetarios tienen órbitas bastante “circulares”. Pero gracias a las últimas observaciones estamos aprendiendo que hay una prevalencia de excentricidad orbital en otros sistemas extrasolares.
Si nuestro hogar no poseyera suficiente masa, su ridícula gravedad no podría conservar una atmósfera lo bastante gruesa, y sin ella careceríamos de protección contra la radiación de alta frecuencia y los meteoroides.
Los planetas pequeños tienden a perder rápidamente la energía que sobró tras su formación y terminan geológicamente muertos, careciendo de volcanes o actividad tectónica, que proporcionan a la superficie materiales necesarios para la vida.
Tenemos un valioso núcleo de hierro y una rotación lo suficientemente rápida como para crear un efecto dinamo que tiene como consecuencia la generación de un campo magnético que también nos protege del viento solar y radiaciones nocivas.
Los planetas exteriores, como Júpiter, son una estupenda defensa espacial. También nuestra luna. Sin la atracción gravitatoria de estos cuerpos, el bombardeo de cometas y meteoritos habría sido más frecuente y los cataclismos y extinciones masivas también.
Aunque no lo parezca, nuestra luna es algo verdaderamente especial: comparada con otras, es desproporcionada con respecto al tamaño de la Tierra, cualidad que está muy relacionada con la formación del sistema Tierra-Luna.
La influencia gravitatoria de la luna sobre la Tierra es la máxima responsable de nuestras mareas. Hace millones de años cuando nuestro satélite estaba mucho más cerca, (como 20 veces más) los cambios del nivel del mar eran gigantescos.
No, no me refiero al primer libro del antiguo testamento, tranquilos. Sólo es otra obviedad que merece la pena recordar. Ninguno de nosotros estaría aquí sin ese primer hálito; ese antiquísimo antepasado cuyo origen sigue siendo incierto.
Realmente a partir de aquí todo se reduce a dos cosas: competición y azar. Ya en el origen de los tiempos se compitió: unas partículas prevalecieron sobre otras y eones después, los primeros seres vivos compitieron y aun lo hacen por los recursos.
Hablo de los primeros fotoautótrofos. Con ellos vino una nueva revolución: empezaron a oxigenar la atmósfera gracias a la fotosíntesis. Allanaron el camino para la vida fuera de los mares...
El sexo fue sin duda otro éxito, no sólo por lo divertido que es, si no útil tanto para la reproducción como para la dispersión de los caracteres y mutaciones más favorables.
Si el objetivo es perpetuarse, si es conveniente obtener ventajas en beneficio de la especie, entonces es verosímil que todas las estrategias inventadas por la madre naturaleza se potencien
Para los homínidos el bipedismo resultó muy bien. Nuestras extremidades superiores quedaron libres de la función de marcha y las manos fueron el estupendas para la manipulación física del medio.