El Golán ofrece acceso a múltiples sistemas de agua: la cuenca hidrográfica del Río Jordán y afluentes, el Lago Tiberíades y Río Yarmuk, así como 200 manantiales y una gran cantidad de arroyos, confinados en depósitos para uso de los colonos.
Desde 1984, Israel ha construido más de ocho pozos profundos para acceder a acuíferos sirios, de los cuales ha extraído más de 2.6 billones de galones de agua bombeados a asentamientos israelíes que poseen libre acceso y sin restricciones.
Más de 1/3 del suministro de agua de Israel proviene del Golán. En 1968, Israel promulgó la Orden Militar 120, que le otorga acceso exclusivo a los recursos hídricos de la zona, incluso estipulaba que el dominio de tierras no implicaba la posesión del agua sobre o debajo de ella.
Esas disposiciones arbitrarias han perjudicado a agricultores árabes locales que dependen del agua para su sustento. Israel les quita el acceso al agua proveniente de sus tierras y, les obliga a comprarla a compañías israelíes que la venden a precios altísimos.
Israel también controla el agua de los territorios palestinos. El 90% de los acuíferos en Cisjordania se desvían a los israelíes, dejando a los palestinos con un acceso menor al 10% del agua. Los 99,901 colonos usan 6 veces más agua que toda la población palestina en Cisjordania.
Mientras los israelíes tienen agua ilimitada, en Gaza más del 97% del agua no es apta para consumo humano, lo que provoca un aumento en enfermedades graves transmitidas por agua y alimentos.
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