Hay un guión de 7 preguntas que se tienen que preparar con antelación:
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Las reuniones serán bimensuales. Esta pregunta invita a la retrospectiva y nos ayuda a que salgan los temas que trataremos en la reunión.
Tiempo para la crítica. Facilita que todo el mundo sienta que tiene voz y voto. Hacemos tangible lo que ofrecemos: si formas parte del equipo, es para marcar una diferencia. Soluble no sería igual sin tu aportación.
Autocrítica. Sirve para la reflexión pero también para detectar frustraciones o percepciones que pueden ser dañinas a la larga. Un buen momento para reconocer el trabajo bien hecho.
Siguiente paso. No nos quedamos con la observación sino que trazamos un plan para mejorar. Identificar si hay algo que frena es el primer paso.
Concretar. Si hay algo que podemos hacer para facilitar el crecimiento y la evolución, es el momento de hablarlo. Bien se pide algo concreto, bien reflexionamos juntos.
Entender que el trabajo es una parte más de tu vida (en absoluto la única) y que puede –debe– contribuir a tu felicidad es algo que nos tomamos muy en serio. Construir vínculos personales con el equipo ayuda.
No objetivos de trabajo. Objetivos relacionados con todo lo anterior, que sean factibles en dos meses y lo suficientemente concretos para poder medir de forma fácil si se han cumplido o no.
Tener un momento y un espacio para pararse, reflexionar y compartir, saca a la luz cosas que de otra manera se quedarían en segundo plano de forma indefinida.
Te da perspectiva y ayuda a hacer de catalizador de las relaciones.
A. Las consecuencias son justamente lo contrario.
B. ¿Qué hay más importante que las personas que han elegido confiar y subirse contigo al barco?