Thread by @Oscar_Chavira

LA DERROTA ANTICIPADA DE APPLE.

6 de abril de 2019.

Ese día un pequeño grupo de personas, entre ellas 12 que se habían inscrito por internet, se adentraron en la Cueva de Maltravieso en Cáceres, España.

Su objetivo: contemplar las pinturas rupestres mas antiguas en el mundo.

Las pinturas rupestres fueron encontradas por lugareños en los años 50 y, salvo algunos visitantes iniciales, las cuevas habían estado cerradas al público en general. Sólo especialistas, videógrafos y fotógrafos habían entrado a la cueva para ver los dibujos.

Hace diez días, el Museo de Cáceres permitó el acceso al público, pevia inscripción por internet.

Una pequeña estadía dentro de la cueva para ver lo que un Homo Neanderthal había dejado pintado en la piedra.

Su creacion, su obra, su contenido.

Al rededor de las pinturas rupestres de la cueva de Maltravieso se edificó un parque, un centro de estudio. Un pequeño reino derivó del ingenio creativo de un Homo Neanderthal. La lección estaba dada: content makes the kingdoms.

Y las lecciones se replican por doquier.

Los museos son reinos que se edifican para preservar y exhibir contenido catalogado con esa polémica etiqueda de "obra de arte".

No se diga el contenido que se hace por puro divertimento de la humanidad.

El contenido hace reinos.

Hacerse del control de esos reinos creados por el contenido pasa en mucho por cómo exhibirlos, distribuirlos o producirlos.

El Museo de Cáceres abrió el acceso a las cuevas para hacer un estudio sobre el impacto de que haya un tour continuo.

El Museo de Cáceres quiere hacer del contenido creado por un Homo Neanderthal una atracción que se pueda visitar.

Hay gente que pagaría por ello.

Hay contenido para todos.

¿Cuál es la otra lección de las pinturas rupestres de la Cueva de Maltravieso en Cáceres, España?

Si no estuvieran esas pinturas ahí, no sería mas que un paraje rocoso, quizá ya urbanizado.

El contenedor importa poco o nada sin el contenido.

Touché.

Esas sencillas lecciones del contenido mas antiguo producido por el hombre nos sirven para entender, en su sentido mas simple, lo que está sucediendo hoy con el contenido audiovisual existente y las empresas que tratan de controlarlas.

Es una batalla de reinos.

Hollywood se creo precisamente a partir de ganar una batalla entre dos reinos:

El Edison Trust que controlaba los nickelodeons de la costa atlántica de los EUA y que producían cortometrajes, y los judios de Hollywood neceando en hacer largometrajes y salas de cine inmensas.

Hoy, por supuesto, el concepto de Hollywood sigue significando algo en la cultura popular, aunque el sentido sea mas nostálgico que práctico, porque los componentes de Hollywood fueron vendidos a reinos mediáticos en la década de los 60, 70 y 80.

Esos reinos mediáticos a conformados controlan cada uno una porción de la música, del cine, de televisión, de revistas y libros que se producen en el mundo.

Y todos ellos están reacomodando sus tropas y trincheras para definir el derrotero del siglo XXI.

Estos reinos mediáticos controlan la producción del contenido.

Quieren ahora controlar la distribución del mismo usando el potencial del hardware

Y quieren también controlar la exhibición con el potencial del software actual.

Es una batalla entre ellos, donde la ganancia es audiencia potencial que pagaría por acceder a su contenido.

El botín somos nosotros.

La última trinchera por repartir es la web.

En esta nueva batalla por dividirse la audiencia de la web, Apple fue una empresa visionaria en ese sentido.

Su mentor, Steve Jobs, fue visionario en ese sentido.

Quemó sus naves a finales de los años 90, e hizo su Día D a inicio del nuevo milenio.

28 de abril de 2003.

Ese día los usuarios de los equipos Apple pudieron descargar la versión 4 del reproductor iTunes.

La novedad en la versión es que ahora el software permitia acceder a una tienda de compra en línea para compar música y video.

Apple hacía su día D.

No, no fue el hecho de que apple hubiese creado el revolucionario iPod o la Mac.

Lo revolucionario es habernos puesto una tienda de contenidos a la distancia de un par de click desde nuestra casa y que se integraran perfecto a sus equipos.

Eso era el futuro.

Apple se catapultó como la empresa líder de tecnología en primer lugar por hacer equipos de vanguardia, y luego por el contenido al cual podían acceder.

Steve Jobs fue visionario en perfilarr el siguiente paso de una carrera perfilada mucho atrás.

Pero aun cuando Steve Jobs y su visión del siguiente nivel lllevaron a Apple a la vanguardia, al parecer el legendario líder no previó que este siguiente nivel era sólo un estadío pasajero, y que el verdadero reino no son, ni serán, el software ni el hardware, sino el contenido.

Esa situación, los reinos perdurables se basan en contenido y no en el software o el hardware es el porqué la palabra Hollywood sigue teniendo sentido cien años depués de haberse creado, cincuenta años después de haberse reinventado.

Esa situación, los reinos predurables se basan en contenido y no en el software o hardware, es el porqué ya casi nadie recuerda el Ediston Trust, las patentes, porqué el celuloide murió y murio el Betamax.

Esto último, la muerte del Betamax, y las lecciones asumids por Sony y su mentor, son el mejor ejemplo del por qué Apple, que fue vanguardia en la guerra de contenidos en la web, va a dejar de ser un actor preponderante en ella en los próximos años.

Akio Morita fundó la empresa que daría vida a Sony en un sótano de la bombardeada Tokio de la postguerra.

Akio. y su socia Masaru Ibuka, se dedicaron a fabricar compactas y económicas estufas para cocinar para la mermada población de su país.

Cuando Morita ya había establecido una empresa económicamente sustentada, emprendió su inventiva en aplicar la tecnología resultante de la Segunda Guerra en aparatos cotidianos a bajo costo: televisores, radios, grabadores.

Hacer accesible el hardware a la gente común fue la primera premisa de la ya constituida Sony de Akio Morita.

A principios de los años 50, Sony era la mayor exportadora de electrónicos a EUA.

Uno de los aparatos que comecializaba la Sony tenía un particular éxito: los magnetófonos.

No eran otra cosa que grabadores de sonido en cinta magnética, que parecía un pequeño proyector de cine.

En los años 50, la radio y el cine eran ya la cotianidad, la televisión era la novedad en boga. Pero todo ello era contenido que no se conservaba.

El magnetófono le permitió a la gente hacer su propio contenido y conservarlo, aunque fuera sólo audio.

Pero aun cuando se puediera grabar voz y conservar el contenido, los magnetófonos eran delicados, y junto con los rollos nada fáciles de transportar y de una duración limitada.

Akio Morita se dio a la tarea de eliminar esas barreras.

De ese empeño nació el walkman.

El camino de Akio Morita, de la Sony, tenía una nueva etapa:

Primero hacer el hardware accesible a la población.

Luego hacer el hardware portable.

Touché.

Los walkman no eran otra cosa que un magnetófono que cabia en el bolsillo de un pantalón.

Obvio la tecnología era similar, pero no idéntica.

Sony comenzó a destacarse en encontrar soluciones tecnológicas para evolucionar los aparatos existentes.

Los walkaman fueron un adelanto tecnológico enorme a finales de los años 70, pero lo que verdaderamente lo hizo un suceso fue el contenido que comenzó a aparecer en los cassettes que se podían reproducir.

Adios vinylos.

Bienvenida la portabilidad.

El suceso que fue escuchar música comercial en los walkman sólo se puede comparar con lo sucedido en el momento en que Apple abrió iTunes y pudimos comprar música para el iPod.

El hardware era una parte del éxito, el suceso era el contenido.

Akio Morita y la Sony no comprendieron lo anterior, siguieron pensando que el hardware era el rey, hasta que vino la amarga lección de la Betamax.

La premisa es igual de sencilla.

SI Sony había podido hacer un grabador de audio compacto, por supuestos que podía hacer un grabador de audio y video compacto.

En ello puso su empeño en los años 80.

Así nació la Betamax, el reproductor y los cassettes.

Pero para cuando Sony ya estaba afinando los prototipos de su Betamax, los walkman de la empresa ya eran un dolor de cabeza para quienes creaban contenidos en audio.

La gente grababa música desde la radio sin pagar por ella y eso violaba los derechos de autor.

Para cuando las noticias de la nueva Betamax de Sony llegaron a oídos de las nuevas empresas dueñas de los viejos estudios de Hollywood se prendieron los focos de alarma.

La gente podría "grabar" programas de tv, o las mismas películas que pasaban en la pantalla chica.

Hollywood se curó en salud, nada mas saliendo el primer prototipo de Betamax, a finales de los años 70, entabló un juicio contra Sony por violar los derechos de distribución de sus contenidos.

La corte le dio la razón a los argumentos de Sony a mediados de los 80.

Pero mientras se resolvía la querella entre Hollywood y la Sony, los productores de cine ya actuaban como subsidiarias de grandes empresas donde también estaban los estudios de televisión.

Fue un "todos contra Sony".

Sony tuvo un sólo aliado: El Emporio.

El contenido hace reinos, nadie como DIsney para haberlo reconocido casi desde su creación a finales de los años 20.

Cuando supo de la Betamax, vio la posibilidad de reestrenar todos sus clásicos para video en casa y fue un éxito brutal.

El éxito brutal de los clásicos de DIsney en Betamax hizo que Hollywood viera en el video en casa a un enemigo.

Pero querían tener seguridad de que el nuevo dispositivo tuviera algunos candados para preservar su control del contenido.

Pactaro con el rival de Sony.

Mientras Sony defendía su derecho a comercializar su hardware de video en casa, Hollywood pactaca con los creadores del VHS, que le brindaron garantías en que ellos serían quienes controlarían los cassettes y la empresa de elctrónicos el reproductor.

Cuando la corte de justicia le dio la razón a Sony, el VHS eran el hardware en boga y el nuevo fenómeno porque tenían el acceso al acervo de contenido de Hollywood y los estudios de TV.

Cuando Sony produjo reproductores VHS decretó la muerte del Betamax.

Akio Morita comprendió la lección.

Controlar el hardware no te da el control del reino.

Los reinos, y el control de ellos, lo dan los contenidos.

¿Qué hizo la Sony?

Se dio a la tarea de comprar compañía productoras de música y un estudio de Hollywood, la Columbia Pictures.

Para cuando Akio Morita llegó al nuevo nivel del camino de la Sony, ya no hubo el fracaso de la Betamax.

Hacer accesible el hardware.

Hacer portable el hardware.

Digitalizar.

Touché.

El walkman fue una idea maravillosa, pero seguía siendo una tecnología analógica, había entonces que compaginar esa idea con la era de las computadoras, la era de la información digital.

A finales de los años 80, Sony registraba la patente que pemitía digitalizar música.

La idea es sencilla, convertir la música en 0 y 1 como toda la información que procesaban las nuevas computadoras, vertirlas en un contenedor y luego reproducirlas en un aparato electrónico.

Sony no era el único empeñado en ello.

Pero esta vez Sony ya contaba con una compañía que producía música y un estudio de cine.

Ya producía su propio contenido.

Cuando apareció el CD y el discman, el inicio de la música digital, el formato tenía respaldo de contenido y no tuvo oposición.

En el momento en que Sony consiguió digitalizar no sólo sonido, sino también imagen, ya controlaba Columbia Pictures, Tris Star y otros estudios menores, y había hecho un convenio con Warner Bros.

Con ese respaldo lanzó el Blue Ray contra el DVD HD.

Ya sabemos quién ganó.

El camino de Akio Morita y de Sony, junto con las lecciones del facaso de la Betamax todavía nos dieron un siguiente nivel.

Hacer el hardware accesible.
Hacer el hardware portable.
Digitalizar

Liberar el contenido del formato físico.

Aqui es donde comienza el camino de Apple

23 de Octubre de 2001.

Ese día Steve Jobs se sacaba de su bolsillo un iPod y los presentaba al mundo.

Fue, nuevamente, un avance tecnológico enorme.

Todas las lecciones de Akio Morita y Sony vertidas en un aparato digital.

Pero el verdadero suceso del iPod, de la visión de Steve Jobs, el next level de Akio Morita y Sony, vendía en 2003 con la apertura de la tienda virtual en iTunes.

Contenido legal para el iPod.

Sin el estorbo del formato físico.

Pura información 1 y 0 de la web a tu dispositivo

Sí la tecnología y el aspiracionismo vertido en una aparato de Apple.

Pero el éxito de los electrónicos de Steve Jobs no sería el mismo sin el "pié de playa" que signifió la tienda en iTunes.

El contenido hace reinos, ayudó a crear el de Apple.

Sony que era lídern en reproductores de música, fue vencido por el iPod.

Blackberry que era líder en smartphones fue derrotada por el iPhone.

No hubiera sucedido sin el iTunes.

Y el iTunes no es otra cosa que un convenio entre los reinos que producen contenido y Apple que produce el harware y el software que lo reproduce.

Nuevamente, las lecciones del fracaso de la Betamax, del éxito del VHS y Blue Ray.

De ese éxito construyó su reino Steve Jobs y la Apple.

Pero el camino iniciado por Akio Morita y la Sony, continuado por Apple, está presentado ahora otro nuevo nivel.

Hacer accesible el harware.
Hacer portable el hardware.
Digitalizar.
LIberar del formato físico.

Rentabilizar

La tecnología digital y la web nos liberaron del formato físico para acceder al contenido.

Simplementa pago por lo que quiero ver/escuchar y lo descargaba.

Pero, los tiempos del formato físico demostraron que mas allá de la venta, la renta del contenido es el éxito mayor.

Y eso, la rentabilidad del contenido, Apple, Hollywood, los estudios de TV se han dejado ganar la carrera por otras empresas emergentes.

iTunes se ha visto desplazado por Spotify, y la TV y el Cable por Netflix.

Los cines e iTunes mismo se han visto desplazados por Netflix.

Si Apple hizo la "cabeza de playa" de la venta digital, hoy Spotify y Netflix son la vanguardia de ese movimiento.

Pero, nuevamente tener el harware y el software no te hace un reino permante.

El conenido es que te hace perdurar al paso del tiempo.

Por eso Netflix comenzó a hacer su contenido propio.

De ese reino creado por Sony en los años 90 algo queda porque comenzó a hacer contenido, pero ya no reina en el harware y software.

Lo mismo sucede con Apple y su reino a inicio del nuevo milenio. Y su anuncio de que va a comenzar a producir contenido llega tardísimo y pobre.

25 marzo de 2019.

Apple presenta su canal Apple +, contenido producido por la empresa, pero es una decepción.

Spielberg, Shyamalan una apuesta arriesgada.

Spielberg ya no es un imán de taquilla, y su nombre sólo pesa en un público que le rinde culto o abreva de la nostalgia.

Shyamalan es impredecible y ha perdido dinero en sus películas.

Chazelle parece ser la apuesta mas segura para un público mainstream.

Paremos de contar.

Nada de la creación de un estudio formal.

Y la estrategia se centra como un servicio extra para sus dispositivos.

Apple sigue apostando al hardware y software.

Mal.

El iPhone no es líder en el mercado.

El iOS no es líder en el mercado.

iTunes ya está rebasado por Spotify y Netflix.

Pero Apple sigue apostando a ellos.

Es una derrota anticipada.

Apple apuesta a que su largo convenio con los creadores de contenido, que hicieron exitoso iTunes, va a dar como resultado que desde Apple podamos acceder a contenido pagando sólo lo que queremos ver.

Pero eso no es nada seguro.

iTunes triunfó porque los reinos de medios no tenían sus portales de renta de contenido en la web.

Fue un modelo precursor.

Pero ahora Hollywood se apesta a pelear por su pedazo de territorio, un territorio que ahora domina en mayor parte Netflix.

Nadie sabe a ciencia cierta cómo serán los acomodos en los reinos mediáticos que se van a establecer.

Pero una cosa es segura: el reino tecnológico de Sony cayó.

Y veremos caer el de Apple si no expande su contenido y este es exitoso.

Fin de las notas de cine.