Thread by @Donvix

Con todos los vicios y taras que acusa en sus 80 años de existencia, el sistema político mexica ("priista" de nombre, aunque es más añejo que esas siglas y abarca a todos los partidos existentes) logró equilibrar el poder hacia dentro, dando estabilidad política.

El sistema político mexica se remonta a los tiempos de PEC, fue afinado por LCR (quien le dio su forma más longeva), y fue plenamente vigente hasta el sexenio de Fox.

El sistema se asienta en dos pilares: rotación de cargos e impunidad relativa. Todo lo demás son detalles... todo. Partidos, colores, consignas, performances, asesinatos, amagos jurídicos, matracas y confeti, no son sino formas de realizar ese acuerdo de dos principios.

Hasta Fox, todos los grupos acordaron y cumplieron. Es al final de su sexenio que un grupo se inconforma con todos los demás, pues cree que le incumplieron, o creyó merecer más, o se engolosinó antes de tiempo: los dinos detrás de López.

Ese grupo recurre al performance, como otros antes al asesinato, para jalar la liga hasta el límite. Lo consiguió sin reventarla, pero dejó el juguetito muy madreado: todo el sexenio de Calderón el acuerdo esencial del sistema se incumplió, y ya no hubo vuelta atrás.

Ni Calderón presidente supo convocar a un nuevo acuerdo, ni el grupo rijoso permitió la marcha del gobierno; ambos mantuvieron la liga tensa SEIS AÑOS, y los demás grupos nadando de a muertito. El resultado lo vimos todos.

Para cuando llega Peña se ha logrado un pacto mínimo, un acuerdo de similares, porque lo construye un legislador y no el presidente de la república; Peña es ungido, los dinos no salen a las calles, y todos jalan parejo en el "Pacto por México".

Sin embargo el sistema ya no era reparable; lo pegaron con cinta durex y saliva, y patearon el balón hacia delante; los dinos, ante el agotamiento del modelo y tercos en que "les tocaba" se agruparon en torno a López con mayor amplitud, y lo pusieron en la silla.

Pero López no sabe, o no quiere, o teme jugar el rol esencial del presidente de México: arbitrar entre grupos. No preside, pues. Deja tirada la chamba, y eso provoca tensiones gratuitas y peligrosas entre los grupos.

Al negarse a ser tensor entre grupos, López los deja sueltos y renuncia a administrar (y ser garante) del acuerdo esencial del sistema político mexica: rotación de cargos e impunidad relativa.

Al perderse esa administración y garantía, el sistema se vuelve inestable.

El principal (y para muchos el único) derivado valioso de los 80 años de "priismo", la estabilidad, se perdió ya. No hay certidumbre, no hay estabilidad, hay crisis y a cambio los mexicanos obtuvimos NADA.

López ha perdido ya la credibilidad entre los grupos de poder, en el tiempo récord de ocho meses; ni los "priistas" ni los bolivarianos esperan realmente ya de él arbitraje u operación alguna: ya todos andan por su cuenta Y RIESGO.

Las tensiones de este proceso han sido visibles desde antes de la toma de posesión de López: su manifiesta debilidad llevaron a Peña (a iniciativa de los grupos de poder) a armarle una investidura exprés en Palacio Nacional para embarnecerlo y volverlo creíble. Fallaron.

El pleito que hoy vemos entre el cachetón Monreal y el trucutú Batres es la erupción de esas tensiones profundísimas: los "priistas" y los bolivarianos ya no colaboran, no tienen tensor que los exija/libere, y no tienen proyecto común: no hay presidente.

Si no hay presidente, no hay garante de los dos principios del acuerdo básico del sistema; sin acuerdo, no hay sistema; sin sistema sobreviene EL CAOS.

López, aún con la banda en el pecho, sigue siendo lo de siempre: un payaso esquirol comegarnachas folclórico. Nada más.

Y ya lo midieron así TODOS. Los propios y los extraños. Los colaboradores y los adversarios. Los nacionales y los extranjeros.

Por eso cada grupo anda queriendo tomar lo que cree merecer con las formas y recursos a su alcance, sin más límite que su imaginación.

Y López sigue ausente.

Y las ausencias merecen suplencias.

Y las suplencias CUESTAN.

El sistema se fundió sin que pudiéramos/quisiéramos construir algo diferente y mejor. La primavera mexicana (1997-2003) se nos fue en puro celebrar.

Ahora todo lo que pueden intentar los grupos DESCOORDINADOS por López es destruir: para eso no necesitan mucha ciencia.

Por eso vemos un desmantelamiento atroz, en aras de que el tensor reviva, y eso no va a suceder. Por diseño y por perfil, López nunca será presidente.

Ya pueden reventar al INE, al INEGI, al INAI, a la SCJN y a Banxico, para aplanarle el camino a su presidentito de transistores: ni así van a tener un tensor institucional que funcione; López no puede, no sabe y no quiere. No es presidente. No lo será.