Hace años, tuvo se llevó a cabo un singular experimento para evaluar la toxicidad de la cafeína y otras sustancias sobre el sistema nervioso. Pero no usaron ratones ni personas, sino arañas, obteniendo unos resultados bien curiosos.
La idea del trabajo era evaluar los efectos de varias sustancias, como la cafeína, la marihuana o la benzadrina (anfetaminas) en el diseño de las telarañas. Un trabajo llevado a cabo por un grupo de científicos de la NASA en 1995 aunque la idea venía de mucho más atrás.
La idea fue propuesta por primera vez por Peter Witt y Charles Reed, quienes publicaron en 1965 en la revista Science un artículo titulado “Spider-Web building”. En ese trabajo describían que las telarañas cambiaban de diseño según las circunstancias de la araña.
El diseño variaba si a la araña le faltaba alguna pata o cuando parecían haber sufrido daños en el sistema nervioso Eso les llevó a sugerir que los patrones de construcción podían usarse para comprender los efectos de distintos daños en el sistema nervioso science.sciencemag.org/content/149/36…
Esa idea fue la que quisieron poner en práctica el grupo de investigadores de la NASA tres décadas más tarde. El trabajo no se publicó en una revista científica sino como un mini, breve, brevísimo resumen en un documento técnico de la NASA.
En ese documento los autores no explicaron ni el método empleado, ni las dosis ni cuantas veces se replicó (repitió el experimento) con diferentes individuos. Simplemente presenta un pequeño texto y estas figuras.
En las que ordenan de menor a mayor la toxicidad de las sustancias sobre el sistema nervioso en función de como estos efectos se manifiestan en la telaraña tejida. web.archive.org/web/2007070400…
Analizando el número de celdas, su tamaño, áreas, perímetros, etc… observan que el índice que mejor explica la toxicidad es número de lados completos de cada celda, a mayor toxicidad menos lados y telarañas más sencillas.
Como se ve, las arañas son capaces de tejer una telaraña decente bajo los efectos de la marihuna, se empieza a desmadrar el patrón cuando van de anfetaminas y mucho más aún cuando van puestas de cafeína. Eso sí, no se sabe que dosis de cafeína les administraron.
De todas formas, el trabajo llamó la atención de algún que otro científico que años más tarde repitió el experimento y esta vez sí lo publicó en una revista científica. sciencedirect.com/science/articl…
Para ello volvió a usar la misma especie, la araña de la cruz, ‘Araneus diadematus’ bien conocida por sus telarañas espirales. El estudio vino a confirmar los resultados previos aunque con ligerezas, posiblemente debido a cambios en las dosis.
Observó que la anfetamina y la cafeína alteran la arquitectura de las telarañas pero de manera distinta. Afectadas por la anfetamina las telarañas mantienen su tamaño pero con irregularidad en el tamaño de los radios y las celdas.
La cafeína dio lugar a telarañas más pequeñas y espacios mayores en la espirales, dando lugar a unas telarañas más circulares y menos efectivas. Las dos sustancias tienen efectos distintos sobre el sistema nervioso central de las arañas.
Un campo de investigación que ha ido creciendo con el tiempo, ya no centrado en el efecto de sustancias tóxicas sobre las arañas sino en procesos que pueden afectar las telarañas y su efectividad en la vida de una araña.
Así por ejemplo se ha visto que a medida que envejecen las arañas elaboran telarañas menos efectivas y más sencillas. sciencedirect.com/science/articl…
En las arañas estudiadas, ‘Zugiella x-notata’ con la edad el sistema nervios central pierde volumen y eso se traduce en un mayor número de anomalías en las telarañas. link.springer.com/article/10.100…
Muchos se han dedicado ha estudiar los efectos de distintos pesticidas y herbicidas sobre las arañas, viendo que algunos productos afectan la construcción, es decir, afectan al sistema nervioso de las arañas. bioone.org/journals/Arach…
En fin, que estudiar la arquitectura de un telaraña parece ser un buen reflejo del estado del sistema nervioso de las arañas, a partir de las cuales detectar anomalías o problemas ambientales.
Y para aquellos sensibles, plantearse su dosis de café si es que pueden, yo personalmente soy incapaz de renunciar a mis dosis diarias de cafeína, por suerte no me va la vida en edificar una telaraña efectiva.
Pero mi principal motivación para tejer este ovillo es que quien lea esto mire a partir de ahora las telarañas de una manera distinta. Como una arquitectura viva, una manifestación del estado individual de cada araña. Gracias.
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La actual pérdida de biodiversidad podría ser peor de lo que hasta ahora se creía, o eso sugiere un nuevo análisis sobre las tendencias poblacionales de más de 71.000 especies de animales. Los resultados no son optimistas...
De hecho, indican que el declive de muchas especies no queda bien reflejado en la lista de la UICN. La categoría con el estado de conservación de las especies asignado por la UICN estaría indicando la situación de riesgo actual de las especies pero no su tendencia.
Y la tendencia es un aspecto importante, al final un proceso de extinción no es más que un fenómeno demográfico, es el resultado de un declive poblacional sostenido en el tiempo hasta llegar a un punto en el cual cambiar la tendencia no es posible y se extingue el organismo.
Las gaviotas escogen su comida en base a lo que ven comer a las personas. Un experimento demuestra que estas aves son excelentes aprendices sociales con un alto nivel de cognición. El experimento es realmente sencillo:
Supone exponer a las gaviotas dos bolsas de patatas: una de color rojo y otra verde. A 5 metros de distancia de las bolsas se sitúa una persona que a veces actúa como simple observador, y en otras como patatas de una bolsa roja o de una bolsa verde.
A partir de este diseño tan sencillo se ha visto que el 48 % de las gaviotas se acercaban a las bolsas de patatas cuando el experimentador estaba comiendo, pero solo un 19 % cuando no comía y solo observaba.
Las ballenas boreales o de Groenlandia, los mamíferos más longevos del mundo, raras veces se ven afectadas por el cáncer. Los animales más grandes tienen más células y por tanto deberían tener más probabilidades de desarrollar cáncer pero no es el caso.
Este fenómeno se conoce como la paradoja de Peto. De hecho, se ha observado que muchos animales masivos tienen tasas muy bajas de cáncer, entre ellos la ballena boreal: un animal que puede pasar de los 80.000 kilos y vivir más de 200 años.
Se ha planteado que los animales de gran tamaño tienen más mecanismos celulares de reparación de ADN, dando así la vuelta a las probabilidades de padecer un cáncer. Un nuevo estudio ha descrito el mecanismo en las ballenas boreales.
Durante mucho tiempo se ha creído que los vínculos afectivos de los topillos de las praderas (Microtus ochrogaster) se debían a la oxitocina, la popularmente conocida como "hormona del amor". Se atribuía a esta hormona su monogamia y lazos afectivos. Pero estábamos equivocados.
Estos ratoncillos campestres han sido muy estudiados en las últimas décadas por su inusual compromiso con la familia. Son de los pocos mamíferos socialmente monógamos que crían cachorros juntos y se aparean exclusivamente con sus parejas. Algo casi inusual entre los mamíferos.
Son tan sociales, que si a una pareja se le colocan las crías de otra pareja, los aceptan, adoptan y crían como si fuesen sus propios cachorros. Esto, también es inaudito para un roedor. Vamos, que son unos animales de lo más sociales y empáticos.
Nuevos análisis sugieren que los neandertales cazaban elefantes en Europa hace 125.000 años, lo que sugiere que o vivían en grandes grupos o hacían uso de técnicas para preservar la carne.
El trabajo se ha realizado analizando las marcas halladas en los huesos de hasta 70 elefantes y las piedras talladas de un yacimiento alemán de unos 125.000 años.
Las marcas de muchos de los esqueletos parecen indicar que los animales fueron despiezados y que se obtuvo meticulosamente toda la carne y grasa adherida a los huesos, incluso la de los pies.
El arte paleolítico siempre ha cautivado nuestra imaginación: tanto por sus impresionantes representaciones figurativas como por sus enigmáticos símbolos; a ello se suma un nuevo estudio que sugiere que puede haber ahí un sistema de protoescritura, sería el más antiguo conocido.
Existen más de 400 cuevas europeas con arte rupestre en sus paredes, algunas de ellas de unos 42.000 años, donde predominan sobre todo las formas animales: caballos, bisontes, ciervos, renos y otra fauna de la época.
Muchas veces estas representaciones gráficas van acompañadas, bien alrededor o dentro mismo de las figuras, de símbolos abstractos como rayas, puntos, cruces o asteriscos, cuyo significado lleva debatiéndose mucho tiempo.