1.Echarle ganas es suficiente para salir de la pobreza.
2.El éxito es enteramente atribuible a haberle echado ganas. 3.La pobreza es siempre causa de no haberle echado ganas.
Todas son mentiras y las promueven unos –generalmente los demagogos de derecha– para dramatizar y moralizar las virtudes del statu quo, y otros –generalmente los demagogos de izquierda– para hacer un hombre de paja del echaleganismo y desacreditarlo.
Los primeros, porque si todo es responsabilidad del individuo y no del Estado o sistema, los hombres de poder no son culpables de nada; y los segundos, para menospreciar la importancia de echarle ganas, pues amenaza sus aspiraciones como ogros filantrópicos.
Las élites de uno y otro lado juegan a conveniencia: unas para erigirse como modelos justos de éxito y virtud, y por consecuencia inamovibles, y las otras para volverse paternalistas e indispensables. Ambas, para mantener privilegios que limitan las oportunidades de los de abajo.
Pero el echaleganismo es más complejo. A mí me gusta entenderlo como parte de una serie de valores burgueses que apuntalaron la modernidad: inventiva, emprendimiento, riesgo, individualismo, competencia, libertad y riqueza.
Echarle ganas es un valor –una metáfora– dentro de la narrativa de la democracia liberal capitalista, el sistema más exitoso que ha visto la humanidad. Y la ecuación no se entiende sin él.
Ahora bien, está claro que echarle ganas no es suficiente, que se necesitan OPORTUNIDADES. Y que la fórmula correcta es una combinación de ambas. En palabras del maestro @equidistar: “No hay progreso sin esfuerzo ni esfuerzo que valga sin oportunidad para ejercerlo.”
Sin embargo, la clave es que primero florecieron estos valores (siglo XVIII), y DESPUÉS apareció el Estado de bienestar y las instituciones que garantizan la igualdad de oportunidades (siglo XX). La diferencia es de 200 años.
Como dirían Deirdre McCloskey, Fukuyama y Jonah Goldberg, primero fueron las ideas, las metáforas y las narrativas, y después la creación de instituciones para materializarlas.
(Esto es así porque las instituciones son creadas por el hombre y están hechas de ideas y reglas).
Esto no quiere decir que el orden de prioridades acaso no haya cambiado, o que en el siglo XXI no pueda haber atajos. Pero sí que los valores modernos –echarle ganas, uno de ellos– son fundamentales, i.e. fundamentos.
Las sociedades que lo han intentado al revés –es decir, donde el Estado forma las ideas igualitarias–, han sido autoritarias o colectivistas o una combinación. Y si lo logran, es a costa de la libertad.
México ha insistido en ese camino la mayor parte de su historia, sobre todo a través del colectivismo. Es decir, incorporando a los grandes sectores sociales a las arcas del Estado. Aun el neoliberalismo fue un complejo entramado de compadrazgos y grupos rentistas.
El resultado es un sistema de extracción de rentas, clientelismo, limosneo y vividores –en todas las clases sociales– en lugar de uno de creación de riqueza en libertad. Y, como pueden ver, pues no funciona.
Por eso creo que se justifica promover el echaleganismo –en su acepción completa– a la par de crear instituciones que igualen oportunidades. (Acaso este fue el gran fracaso del neoliberalismo a la mexicana).
Y eso implica rechazar lo opuesto: recetas milagrosas, colectivismos y demagogia.
En resumen: echaleganismo + oportunidades, pues no sólo no están peleados sino se complementan.
Por supuesto, sobra decir que López es lo opuesto a ambos. A mi juicio, el peor de los escenarios.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
Revisé las famosas "epistemologías del sur", uno de los pilares de los nuevos libros de texto la SEP.
En esencia, propugnan emanciparse del conocimiento eurocéntrico (ciencia, mates, STEMs) porque es opresivo, colonial, imperialista, capitalista y explotador.
Y a cambio, recuperar formas alternativas de conocimiento del sur colonizado, basadas en "saberes" comunitarios, locales, tribales, ancestrales, naturales, etc.
Es de tradición marxista porque es una reedición de la lucha de clases y el materialismo histórico, con otras metáforas. Pero la ecuación es la misma. Una utopía revolucionaria anticapitalista.
Un poco sobre el origen, utilidad y metamorfosis del “no podía saberse”.
🧵
La frase originalmente la emplearon en redes intelectuales y académicos obradoristas a inicios del sexenio a medida que se iban confirmando las advertencias hechas durante años. Frases similares de ese momento fueron “no es culpa de nadie” y “nosotros no votamos por esto”.
Era una forma soberbia de escurrir el bulto, sobre todo porque esos intelectuales no sólo promovieron a Obrador durante años sino que acusaron de alarmistas y tontos a quienes lo desaconsejaron.
Para qué destruiría el régimen al INE si las encuestas le dan preferencia en 2024, preguntan algunos incautos o de plano oficialistas.
Fácil:
1. Primero, aún no hay candidato ni coalición opositora, de modo que cualquier preferencia es meramente especulativa.
2. En todo caso, la preferencia por bloques no sólo es mínima –y por tanto remontable– sino que a veces es al revés (El Financiero, mayo 22).
De hecho en las intermedias del 21 los partidos opositores obtuvieron tres millones de votos más.
3. La desaprobación presidencial sigue creciendo en el largo plazo. A veces sube, a veces baja, pero la tendencia es creciente: el doble que al iniciar el sexenio. Si 2024 resulta una elección plebiscitaria, claro que puede perder el presidente.
Una de las mayores fantasías que debemos evitar para 2024 es el purismo ciudadano y la creencia de que la sociedad civil puede prescindir de los partidos. Quien dice eso suele llevarse las palmas pero no sabe nada de política y daña a la oposición. Sin partidos no hay chance.
El populismo llega al poder precisamente a consecuencia de esa ingenuidad, cuando se impone el discurso antipartidos. Así surgen los caudillos "outsiders" o fuera del establishment. El purismo ciudadano extremo lleva al populismo, aunque sus apologistas no lo sepan.
Desde luego que eso en parte se lo ganaron los propios partidos a pulso. El surgimiento de Trump es la evidencia más clara de la implosión del partido Republicano. Lo mismo con el PRI. Pero entonces la ruta es volver a fortalecer a los partidos, no tirarlos a la basura.
Qué estupidez acusar que en la marcha había opositores. Pues claro, el gobierno quiere destruir al INE. La oposición, por encomienda ciudadana y supervivencia propia, se opone. Es lo que hace una oposición. Es más, ya hay clara representatividad. ¿Cuál es la bronca?
¿Nuestra oposición es mala? Nomás al nivel de México.
¿Me gustaría tener a Nancy Pelosi y a Romano Prodi? También.
Pero no es momento de purismos.
¿Qué le pedimos a la oposición? ¿Que convierta a México en Finlandia? Para eso no alcanza. Para detener a Obrador, sí.
Y en algún momento se necesitan políticos profesionales. Es realmente difícil encauzar las demandas ciudadanas. Se necesitan órdenes, agendas, fechas, discursos, perfiles y mucho dinero. Ni modo que las encauce el gremio de flautistas y cocineros.
1. La propia ciudadanía: nos reconocemos uno al otro en esta causa compartida. Ha nacido lo que Silva Herzog hoy llamó un "constitucionalismo patriótico". Una ciudadanía dispuesta a defender a la Constitución y la democracia.
2. La oposición: debe encauzar, unida, esta resistencia hacia lo electoral para impedir que en 2024 se consolide la hegemonía antidemocrática del régimen obradorista.
(En mi opinión, candidato y proyecto son importantes pero secundarios, primero es salvar a la República).
3. La Suprema Corte: saben que sabemos que el plan B es inconstitucional. Saben que sabemos que saben. Así que no tienen otra opción que cumplir su única encomienda: proteger la Constitución.