Thread by @mariacvg_

Un diálogo. Un mensaje. Y el cuadro más grande del genio de #Vermeer.

Veníos a Betania en este #HilodeArte: “Cristo en casa de Marta y María” (1654-55)

Si algo destaca en la obra de Johannes Vermeer (1632-1675) son sus cuadros de género, costumbristas y alegóricos. No es #pintor de temas históricos ni religiosos.
Pero al comenzar su carrera, tenía que demostrar su habilidad, y el tema bíblico era lo más 🔝 de la época.

Este es un #cuadro de grandes dimensiones (160 × 142 cm) narra un episodio recogido en el evangelio de san Lucas: estando en #Betania, Cristo es invitado a comer en casa de tres hermanos amigos suyos: Lázaro, Marta y María.

Si leéis con atención los textos (cosa que recomiendo para comprender mejor el cuadro), veréis que no aparece el tal Lázaro... Pues bien, este hermano de Marta y María es el que había resucitado #Jesús:

Como veíamos, lo que hay en el cuadro es un #diálogo. Una conversación que se da en la plenitud del amor trinitario (las figuras se disponen en una composición triangular) y que habla de #eternidad (las miradas interactúan siguiendo un círculo):

La gestualidad de los personajes es elocuente: #Marta se inclina hacia María pero mira a Jesús; Jesús observa a Marta pero señala a #María, y María mira a #Cristo y lleva la parte derecha de su cuerpo hacia… ti y hacia mí.

Hacia el espectador.

Marta aparece como la enérgica ama de casa que es, arremangada, dinámica; recordemos que es ella quien toma la iniciativa en el pasaje de la #resurrección de Lázaro, saliendo al encuentro de Jesús.

Preocupada por servir a Cristo, se expresa con rostro sincero sobre su hermana. Sobre sus vidas, en el fondo. Él escucha y habla. Enseña con amor. No es una reprimenda.
Si no me creéis a mí, creed a sus ojos:

María está próxima al Maestro, que es el objeto de su atención. Su posición es relajada: se abandona en #Cristo. Ella no habla, sino que escucha. Su centro es #Jesús, su Palabra.

Es muy interesante hacer notar que el color de su vestimenta se identifica con el del Señor: manto azul en Jesús, falda azul de María; túnica púrpura en Cristo, vestido rojizo en María.

María se configura a Jesús.

La #contemplación lleva a la imitación del contemplado. Sus rasgos idealizados, apenas esbozados, hablan de la simpleza de su alma, que se nutre del gesto simbólico (dialogal) de Jesús, reconociendo ella así la divinidad.

En una época en la que las escenas costumbristas se utilizaban como excusa para el alarde técnico en las naturalezas muertas, #Vermeer reduce al mínimo la ambientación y limita toda representación fuera de las figuras.

La única referencia espacial que aparece en el fondo de paredes oscuras (esencial para resaltar las figuras) donde, como en todo el cuadro, reduce al mínimo la línea, es una #puerta abierta.

No sabemos qué hay tras ella, pero sin duda nos remite a quien falta: Lázaro.

Lázaro no aparece porque cede su protagonismo a Jesús. Es un personaje que tiene sentido por su resurreccion, que sirve de #testimonio del poder de Dios sobre la muerte. Su “mérito” es haber sido amado por el Señor y recibir de él gratuitamente la vida, que donará martirialmente:

Pero hay más símbolos. Marta tiene entre sus manos una hogaza de #pan en un cesto sobre un mantel blanquísimo, más propio de un #altar que del interior de una casa humilde de una aldea al este de Jerusalén: es una referencia eucarística.

Marta aprende así de la entrega que Cristo hace de sí mismo, la que María contempla. De hecho, el lienzo es una bellísima #catequesis visual sobre la necesaria unión de la contemplación (María) y la acción (Marta).

A esto contribuye que el mantel esté en el centro de la composición, pues es un foco de luz que se extiende hasta la mano de Jesús que señala a María.

La #luz siempre es simbólica: lo importante es vivir contemplando a Cristo; es “la mejor parte”.

Además, si nos fijamos, estamos viendo el enorme cuadro desde la perspectiva de María, que se inclina hacia nosotros.

Desde abajo.

Porque el #Misterio se contempla desde abajo.

Este #equilibrio en la composición y en la gestualidad que remite a la complementariedad entre contemplación y acción es muy importante: ya en la #pinturaflamenca del siglo XVI era un tema frecuente, porque entraba de lleno en el debate de la reforma protestante (¿“sola fides”?).

¿Tendría algo que ver que #Vermeer, calvinista, se casase con la católica Catharina Bolnes apenas un año antes? Los expertos siguen preguntándose si #Vermeer se convirtió al catolicismo...

Sea como fuere, y aunque compositivamente tenga un equilibrio sereno muy #renacentista, los contrastes cromáticos y las pinceladas largas y pastosas que se ven en los dinámicos pliegues de las telas, nos remiten a la estética barroca de los caravaggistas de Utrecht.

Me acabo de acordar del hashtag #DesentrañandoaVermeer que empleamos con el hilazo que en su día había hecho @fernandoplazap
sobre este artista. ¡Tenemos que recuperar esa etiqueta!
🤩

Y hasta aquí algunas pinceladas sobre esta obra de arte algo fuera del estilo que conocemos de #Vermeer, porque nos sitúa en el comienzo de la carrera del joven pintor neerlandés #FindeHilo Con un regalito de la @NatGalleriesSco 🙃