Ayer estuve acompañando a una trabajadora, de las muchas que hay en este mundo, a la que sus empleadores le han robado salario, jubilación y vida. Más de 20 años trabajando sin cotizar a la Seguridad Social, despido improcedente y ni un "gracias" tras una relación casi familiar. 
¿Resultado? Seguramente esos empresarios se librarán de su responsabilidad con la justicia, bien sea por insolvencia o por demencia. Montas una empresa para lucrarte, exprimes a tus trabajadores, timas a Hacienda y, luego, cuando no puedes pagar, Fogasa (nosotr@s) lo hace por ti.
Es el negocio redondo de quienes, encima, van de víctimas. Si eso lo hacen pequeños empresarios, ahora imaginemos a los grandes empresarios que tienen poder para influir en la legislación. Esos que quieren aprovechar el coronavirus para cargar los costos en la clase trabajadora.
El día que despertemos colectivamente y nos demos cuenta de que sus intereses no son los nuestros, ni sus ganancias son las nuestras, y no tiene por qué existir propiedad privada de los medios de producción para que funcione la sociedad, habremos evolucionado como humanidad.
