Y desde el primer día que comenzó mi instrucción como socorrista llegué con la certeza PERSONAL de que dios no existe.
¿La Fe?
Eso es otro asunto muy diferente. Su existencia es innegable.
Estando de por medio la vida de una persona, toda terapia es válida para la sobrevivencia.
Pero sí vi muchos pacientes aferrarse a su fe, a una esperanza aferrada, para sobrevivir.
Y lo hicieron.
Y el resultado siempre fue satisfactorio, independientemente el resultado del paciente.
No sólo era una responsabilidad médica, teníamos la obligación de asistirlos emocionalmente también.
Llegué a rezar con los pacientes, a escuchar confesiones y a darles esas palabras de que irían a un mundo mejor.
Eso también da esperanza, claridad y paz.
Y lo entiendo perfecto.
Probablemente él mejor que nadie sabe lo que se viene, y vamos a necesitar esa ¨claridad espiritual" para aferrarnos a cualquier fuente de esperanza.
Y la fe de los mexicanos, un caso excepcional.
No podríamos sobrevivir sin fe, sin esperanza.
Y los días que vienen vamos a requerir de lo que tengamos acumulado de ello.
Hay que tener serenidad, hay que pensar con la cabeza fría, hay que aferrarnos a que todo va a salir bien y hacer lo debido para ello y hacerlo hasta el último momento.
"Claridad espiritual", le robo el concepto.