Thread by @cateterdoblej

¿Sabéis lo que es esta piedra? Pues tiene mucho con ver con frenar una pandemia.
Os lo cuento… #HistoriaMedicina #hilo 🧵⤵️

La epidemia de la Peste negra del siglo XIV no es la única que ha existido de la Plaga pese a ser la más conocida. Entre 1664 y 1666 hubo otra que afecto a parte de Inglaterra y se conoció como la Gran peste de Londres

Este, que fue último gran brote de la Muerte Negra en las Islas Británicas, se cobró solo en Londres la vida de más de 100.000 personas, aproximadamente un cuarto de su población

No se sabe cual fue el origen de este brote pero algunas hipótesis fundadas hablan de que llegó en barcos holandeses que traían algodón procedente de Ámsterdam y atracaron en el Estuario de Támesis

Desde las dársenas de Londres, la enfermedad fue extendiéndose a toda la capital y gracias los desplazamientos comerciales y al pánico, ya que la gente huía (sin saber que ya estaban contagiados) a otras zonas y poblaciones externas a la City

Por las calles solo se veían a los doctores de la peste deambular de hogar en hogar sin poder hacer prácticamente nada por los enfermos y moribundos

https://twitter.com/cateterdoblej/status/1240341186939936770

La historia que nos ocupa no es la de la capital, trágica por otro lado, es la del resto del territorio británico, donde la “mancha” negra había llegado ya a Leicester y Nottingham y seguía extendiéndose hacia el norte dirección a Mánchester

Muy cerca de aquí, en la zona montañosa del Peak District National Park la enfermedad había llegado a la pequeña localidad de menos de 400 habitantes de Eyam (condado de Derbyshire). Era septiembre de 1665…

Un productor textil de Londres había enviado muestras de nuevos telas al sastre local (Alexander Hadfield). El problema es que esos retales llevaban consigo pasajeros indeseados: pulgas infectadas por la peste bubónica

En cuestión de una semana el asistente de Hadfield, George Viccars, había muerto tras una larga agonía. El resto de la familia del sastre se puso también enferma y corrieron la misma desgraciada suerte

Una vecina del tejedor (Elizabeth Hancock), en poco más de una semana desde que la Plaga entrara en su casa, perdió a su marido y a sus seis hijos.
Era costumbre marcar con una cruz blanca las puertas de aquellas casas donde se había recibido la visita de la Muerte Negra.

Cuando ya varias viviendas estaban “pintarrajeadas” con cruces blancas, los vecinos de la localidad guiados por los pastores Thomas Stanley y fundamentalmente William Mompesson, decidieron poner el pueblo en cuarentena

Recomendaron a la gente que se quedara en sus casas y salieran lo mínimo posible cerrando incluso la iglesia al culto, pero además del aislamiento interno a la localidad, pretendían hacer un aislamiento “externo”

Su objetivo era aislarse del mundo y frenar la propagación de la enfermedad hacia el norte. Para ello establecieron un perímetro que iba desde los 800 metros a una milla alrededor del pueblo marcado con hitos que no podían ser cruzados ni por sanos ni por enfermos

El sacrificio era máximo y para algunos supondría la “inmolación” porque el pueblo ya estaba plagado de enfermedad, pero fuero adelante con todas las consecuencias...

Este aislamiento que parece tan sencillo, para la época era muy complicado, porque la localidad necesitaba abastecimiento del exterior para subsistir, ya que, entre otras cosas, no tenía suficiente producción de alimentos para autoabastecerse

La solución fue hacer agujeros en piedras junto a los hitos y dejar en el interior monedas mojadas en vinagre (que se creía desinfectante).

Así, los comerciantes de los alrededores (fundamentalmente de Chatsworth) podían recolectar el dinero con la “tranquilidad” de no contagiarse, y dejar a cambio sacos con carne, cereales y utensilios varios

Parece ser que no toda la población respeto la cuarentena y algunos huyeron a poblaciones cercanas, pero fueron repudiadas y expulsadas de vuelta a la confinada Eyam

La gente sabía que iba a caer enferma cuando empezaban a sentir un “olor dulzón” que solo ellos percibían.
Hoy sabemos que ese olor era el hedor de su propia descomposición interna.
Por ello parece ser que la gente comenzó a llevar máscaras rellenas de hierbas para escapar...

La situación era muy complicada, no había picapedrero que grabara las lápidas, cada uno grababa los nombres de los suyos. Tampoco había enterrador y la gente arrastraba a sus muertos por las empinadas calles tirando de una cuerda que habían atado a los pies del difunto

Y lo que era peor, ya nadie cultivaba los campos y el escaso alimento era del que dejaban los comerciantes junto a los hitos del perímetro de la localidad

A finales de 1666 y según los registros locales, habían muerto 267 de los 344 habitantes de la localidad.
Catorce meses después del inicio de la cuarentena, la Peste se fue tal y como vino.
El porqué algunos sobrevivieron y otros no nunca lo sabremos a ciencia cierta

Algún estudio reciente habla de que los supervivientes tenían un cromosoma que por algún motivo les hacía inmunes a la enfermedad.
Al 100% no lo sabemos,lo que si sabemos es que lo que les salvó no fue sus supercherías como fumar, sentarse sobre las alcantarillas,... como creían

A principios de 1667, Eyam ya había recuperado su actividad normal, fundamentalmente por la explotación de la mina de plomo que había en su término municipal. Hoy en día, casi 400 años después, es una pequeña población dormitorio de la industrial Mánchester

El sacrificio de los vecinos de Eyam hizo que la peste frenara entre sus
calles y no viajara más hacia “arriba”, quedando libres de la Muerte Negra las regiones al Norte del Reino Unido

Hoy día, el atractivo turístico de la ciudad son los agujeros (más pulidos
que antes por el paso del tiempo) donde se depositaban las monedas para pagar el comercio. Es típico que los turistas pongan monedas en ellos en honor a las víctimas de la peste negra

Ellos se pueden ver las piedras (hitos) que delimitaban los límites de la cuarentena de Eyam.
Así que efectivamente, la imagen que puse al principio del hilo 🧵 era una de esas piedras...

Más duro es leer las placas verdes que adornan las casas que siguen en pie y fueron afectadas por la peste (originalmente 76 familias). En ellas están grabados los nombres de las víctimas mortales de la familia que ahí vivía

A la entrada de la bonita localidad hay un cartel que dice "Cualquier medida que se toma antes de una pandemia parece exagerada. Sin embargo, cualquier medida que se toma después siempre parece insuficiente" #true

Para finalizar y como casi siempre os recomiendo un libro. En esta ocasión el de David Paul “Eyam: Plague village".
Espero os haya resultado interesante #gracias