El petróleo pasó de un punto del que nunca volverá.
Ahí lo importante. El jugo de piedra jamás será lo que fue durante los primeros 70 años del siglo pasado. Ni de chiste.
Lo malo es que aquí el proyecto ultranacionalista que se ofreció como vía de desarrollo, huyó en esa misma dirección.
Si, tenía todo para ser presidente, de hecho. Y lo logró. Exigió por todos los medios el puesto, y hoy que lo tiene lo espantan los ventiladores que son una cara visible y clara del futuro.
Hoy lo que queda es de una buena vez y por todas entender que esto ya no da para más. De aquí es un tobogán, cada vez más empinado y complicado de recorrer.
Al final se sigue resumiendo en que unos viven colgados de la lampara gritando a los 4 vientos que sabían que esto iba a pasar.
Mucho qué hacer tendrán las próximas generaciones.