1/ Hay dos formas de explicar la desinformación y el secretismo de China sobre la pandemia. La primera es la conspiranoica: Xi Jinping recibió datos oportunos minuto a minuto de todo el país y decidió cada palabra que cada organización de gobierno regional y local dijo y pensó. 
2/ Es la hipótesis del control total y la ausencia de elementos aleatorios que conforma, por un lado, todas las visiones conspiranoicas y, por otro, todo montaje populista destinado a causar emociones y no reflexiones.
3/ Pero hay otra forma en que se puede llegar al mismo resultado en un estado autoritario y controlador sin suponerle poderes suprahumanos al estado y a sus dirigentes y un dominio absoluto que nadie ha conseguido. Y el ejemplo perfecto lo encontramos... en China.
4/ En 1958, Mao Zedong, dictador absoluto de China, emprendió una campaña para transformar a su país de una sociedad agraria en una potencia industrial comunista, creando comunas y decretando incrementos fantasiosos en la producción agrícola usando sistemas igualmente delirantes.
5/ Se le ocurrió, por ejemplo, ordenar la campaña de las cuatro plagas para erradicar ratas, mosquitos, moscas y gorriones. La gente cumplió extasiada y casi acabó con los gorriones. Los bichos que los gorriones comían mermaron brutalmente las cosechas de 1959-60.
6/ Otro esfuerzo fueron los hornos de acero en el patio. Cada comuna debía producir una determinada cantidad de acero para competir en producción con el Reino Unido y EE.UU. Pero sin tecnología y con malos combustibles, más bien producían arrabio que no resultaba útil.
7/ Finalmente, los sistemas tradicionales de cultivo fueron "revolucionados" con las demenciales teorías del soviético Trofim Lysenko, inventor de la "genética marxista" antidarwinista, lo que ayudó a que las cosechas disminuyeran. Tal es la composición de lugar de la tragedia.
8/ Antes de seguir, hay que preguntarse: ¿quería Mao matar a millones de sus compatriotas?, ¿su objetivo era causar horribles sufrimientos? Sí, era irresponsable, un dictador brutal e ignorante con ínfulas como Trump, pero ¿deseaba el resultado que obtuvo? Nada parece indicarlo.
9/ Para 1959, la crisis era clara: la producción agrícola iba en picado, la producción de acero era un cuento de hadas y los responsables del partido, sobre todo a niveles bajos, de comuna, de municipio, de región, se aterrorizaron. No le podían fallar al Gran Timonel.
10/ Le empezaron a quitar su parte a las comunas para cubrir las cuotas de producción "para la nación", contaban la producción al doble, desproveían las cocinas comunales, amenazaban (y asesinaban) a los campesinos sospechosos de ocultar grano. El hambre se extendió.
11/ La verdad tardó en llegar a las más altas instancias. Los informes falsificados decían que se iba cumpliendo la voluntad del Gran Comandante y que las noticias de una hambruna eran propaganda de los burgueses contrarrevolucionarios. Y así la tragedia creció hasta 1962.
12/ En lugar de ser una decisión obedecida ciegamente sin chistar, la gran hambruna china, con un saldo final de entre 20 y 40 millones de muertos, todos los más pobres, fue hija del servilismo, la burocracia, el miedo y el autoritarismo a todos los niveles, no sólo el de Mao.
13/ Se daban falsos informes del número (y causas) de los fallecimientos, tanto como de los cultivos, graneros y producción industrial. Se falseaba todo para tener contento al tirano, muriera quien muriera. Fue una barbaridad colectiva y ciega, lo cual la hace aún peor.
14/ Nada de esto le quita responsabilidad a Mao, como nada le quita responsabilidad a Xi Jinping por la crisis, pero dimensiona el tipo de mecanismos de ocultamiento y falsificación en burocracias autoritarias y unipersonales, donde el pequeño poder busca sobrevivir a toda costa.
15/ Tanto así que, aunque Mao dejó su puesto en 1959 y fue criticado por el partido, no fue sino hasta 1962 que al fin se abandonaron las políticas que destrozaron a China dejando un páramo donde se soñó un vergel creado a base del voluntarismo de un líder.
16/ Ya volvería Mao a vengarse con la Revolución Cultural, pero ésa es otra historia. Todos los datos sobre la gestión de la hambruna proceden delm magnífico y aterrador libro "Tombstone" del periodista Yang Jisheng, cuya familia sufrió directamente la tragedia.
17/17 Quizás esto nos permita entender mejor, y con menos visión conspiranoica y simplista, la mala gestión de la pandemia por parte de las autoridades chinas, de _todas_ las implicadas, y de cómo hay elementos impredecibles aún en la dictadura más perfecta.
