Durante la revolución, el papel moneda no era muy confiable y la gente empezó a atesorar monedas de oro y plata ante la desconfianza hacia los billetes.
Carranza llegó a decir que la deuda a los ejércitos era sagrada y respetaría sus billetes.
Las tasas de canje que anunció eran:
5 pesos infalsificables = 1 peso oro
10 pesos revolucionarios = 1 peso infalsificable.
Es decir, de un plumazo devaluó la moneda revolucionaria 50 veces.
Y dado que los precios estaban en peso-oro, pues la gente perdió muchísimo dinero con dichas conversiones.
Asimismo, el gobierno estaba desesperado por arreglar la situación, y empezó a cobrar impuestos en metálico (en lugar de pesos infalsificables), lo que le restó un más credibilidad a los billetes infalsificables.
La segunda quincena de noviembre, los comerciantes dejaron de aceptar cualquier tipo de billetes (incluyendo el peso infalsificables) y solo aceptaban metálico.
Entonces la gente, al ver que tenían pedazos de papel sin valor, sacó las monedas de oro y plata que había atesorado por tanto tiempo, y las regresaron a circular.
El público (y no el gobierno) había estabilizado el valor del peso en solo una quincena. Y eso es lo que lo hace un evento único.
La idea es desmitificar ciertos episodios económicos del país.
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