Thread by @RafaelPoulain

Pongan atención que hoy les voy a contar la leyenda del árbol de cerezo:

En realidad les contaré dos historias, la primera es una de las leyendas más bonitas que conozco y es la de la flor del cerezo (Sakura) en Japón, algo tan poderoso y simbólico que es la flor nacional y fue símbolo de los poderosos guerreros samurais.

Muchos saben que Japón es uno de los países que más he visitado y siempre me preguntan cuál época se disfruta más y la verdad todas tienen algo especial, pero sin duda abril es mágico (aunque el norte es más bonito en octubre y noviembre) y ahora verán por qué es muy especial.

Abril es cuando casi en todas las regiones de Japón florecerá la Sakura (el cerezo) en algunas pocas en marzo y es un momento muy mágico porque los paisajes son únicos y todo el tiempo las flores flotan en el aire, ahora entenderán por qué, pero imagínense la experiencia.

La leyenda cuenta que todo tiene origen hace muchos siglos, cuando el mundo estaba en medio de guerras, conflictos, discusiones, gente egoísta, que mentía, robaba, y bueno, básicamente el mundo siendo mundo.

Pero había un hermoso bosque.

Dicho bosque estaba lleno de hermosos árboles, todos distintos y todos frondosos, dotados de tal belleza que ningún ser humano se atrevía a entablar combate dentro de aquel hermoso bosque, que era casi perfecto salvo porque había un árbol que nunca había recibido amor.

Los años pasaron pero el árbol no florecía, cada día estaba más triste, pero un espíritu del bosque se apiadó de él y le dijo que le daría una vida de aventuras, se podría convertir en humano y viajar por el mundo pero tenía que encontrar alguien que lo amara o moriría en 20 años

A cambio de ello le daría un corazón humano, pero no uno como los que ya existían, este sería uno especial porque este no habría olvidado las cosas que la gente olvida tras algunos años en este mundo, este fresco corazón era su única esperanza.

Así que aceptó el trato, y viajó por el mundo y vivió muchas aventuras, pero en todas vio lo mismo, egoísmo, guerras, discusiones, gente mala, hambre, tristeza, muerte, nadie veía lo verdaderamente importante de la vida y además el amor o reconocimiento de otros le era algo ajeno

Durante años cargó con ese dolor y vagó por el mundo tratando de mantener su corazón puro, pero poco a poco iba perdiendo la esperanza, ya que sólo encontraba en su camino gente mala.

Hasta que en uno de sus viajes se encontró a una bella joven que recogía agua de un río.

Ella lo trató con amabilidad y él se alegró de encontrar a una persona buena, se ofreció a ayudarla con los baldes de agua. Y así durante el camino platicaron entre risas y aunque hablaran de cosas malas, todo era alegría entre ellos.

Cuando llegaron al hogar de la joven ella le preguntó su nombre, pero él no sabía, lo único que se le ocurrió decir fue: “Yohiro” (“Esperanza”) y ella le dijo que era un nombre muy bonito y tras decirle “Yo me llamo Sakura”, se despidió de él con una profunda sonrisa.

Yohiro estaba feliz, había conocido a alguien especial, alguien diferente y casi todos los días iba a visitarla, platicaban durante horas y entre ellos fue surgiendo una profunda amistad.

Poco a poco ambos se empezaron a amar pero ninguno lo sabía.

Porque nadie había despertado ninguna pasión en ella y hasta Yohiro ella no conocía el verdadero amor, y él mucho menos, no había recibido nada y luego salió al mundo a recibir odio y crueldad.

Si ella no le decía pronto que lo amaba Yohiro moriria.

Pero el tiempo de Yohiro se acabó, él sabía eso y decidió contarle todo a su amada, era su última esperanza, así que le reveló que era un árbol y que todo se acabaría si alguien no le decía que lo amaba, ambos se tomaron la mano y sonrieron mirándose a los ojos con profundo amor.

Un amor que no sabían explicar pero sí sentir, y ese fue el problema, Sakura no supo qué hacer, era dar un paso atrás o adelante para siempre, se sintió muy presionada y se quedó callada.

Yohiro con lagrimas en los ojos se convirtió en un árbol seco

Sakura lo había perdido .

Pero entonces abrazó el árbol y le dijo “Te amo” y se quedó ahí llorando, abandonada en un mundo cruel, o eso pensó porque apareció el mismo espíritu del bosque y le dijo que Yohiro no volvería, ella tendría que ir o no ir, ahora todo dependía de ella.

Y decidió seguirlo, se fundieron en un abrazo y ese amor hizo que por fin pudiera florecer Yohiro, y ese amor se puede ver cuando Sakura (así se dice “flor de cerezo” en Japonés) florece y junto a Yohiro adornan todo el país.

¿Pero eso qué tiene que ver con los samurais y las flores flotando), ahhh pues esa es la otra historia, que nos enseñará algo tan importante que es todo un acontecimiento llamado “Hanami”, que literal significa “Observar flores”, específicamente la del cerezo.

1ero tienen que saber que Sakura no se marchita, el viento la empuja del árbol, flota hasta el suelo con toda su belleza y así es como muere, en su momento más bello y sólo dura unos momentos, como todos los instantes en la vida, por eso a veces hay que detenerse a ver las flores

Además la Sakura sólo dura en los árboles cuando mucho dos semanas después de eso, el momento habrá terminado

Por eso les digo que es más bonito abril, porque todo Japón está cubierto por estas flores y es hermoso

Tambien el momijigari es bonito pero luego les cuento de ese👇🏻

El punto es que estos árboles son sagrados y eran muy venerados en distintos periodos de Japón, pero más a raíz de la aparición de los samuráis, ellos veían la muerte de Sakura como su ideal querían ser como ella, morir con dignidad, con todo su esplendor y con un propósito.

Algunos árboles dan flores entre rojas y rosas, y muchos otros blancas.

Se dice que la razón es porque algún samurái cometió suicidio ritual frente a ese árbol y su sangre le dio ese tono rosa a las hojas.

Todo eso y mucho más los hace sagrados pero hay algo más que tienen...

Y es ese recordatorio constante que la vida está lleno de momentos que jamás volverán, estarán en nuestra vida un instante y se habrán ido para siempre

La vida es ese ciclo constante de instantes, que desperdíciamos porque estamos ocupados en cosas que no importan o quejándonos

A veces hay que detenerse a ver las flores, apreciar el momento, este momento que jamás regresará y tú estás desperdiciando por estar quedándote, porque ya estás harto de vivir lo mismo o simplemente ignorando por estar ocupado en cosas que realmente no importan.

Así que nunca olvides detenerte para poder apreciar un momento, a esa gente y esos lugares que algún día sólo existirán en tus recuerdos.

Hoy no te enfoques en lo malo, disfruta este momento, sonríe y nunca olvides detenerte de vez en cuando a ver las flores.

Fin.