En 2006, cuando era una lesbiana adolescente casi totalmente en el clóset, intenté ir sola a mi primer marcha del orgullo en mi ciudad natal. Recuerdo lo aterrada que estaba y lo mal que lo pasé.
Sentía que me iba a morir pronto y ya estaba prácticamente planeándolo.
Ahora, rodeada de familia, amigues, coworkers y conocides que saben y apoyan, veo la importancia de contarlo.
En mi caso, acercarme a espacios de visibilidad y activismo me ha abierto un mundo.
Hay que seguir peleando por un lugar en lo público, seguir luchando por cambios materiales, sociales y legales.
Pero ya que estos días son algo así como la navidad LGBT, me parece importante seguir haciendo el esfuerzo por y abrazar -aunque sea a la distancia- a quienes se sienten solxs.
#NadaQueCurar #OrgulloSiempre #Orgullo2020