ARGENTINA ¿HACIA LA VENEZUELIZACIÓN?
Muchos temen que las actuales políticas del Gobierno nacional tengan como propósito llevar a la Argentina a una situación similar a la Venezuela de Maduro.
Hilo. Por si interesa.
Muchos temen que las actuales políticas del Gobierno nacional tengan como propósito llevar a la Argentina a una situación similar a la Venezuela de Maduro.
Hilo. Por si interesa.
1/ Unos pocos lo desean: conciben la igualdad en la indigencia. Otros piensan que es imposible. Entienden que la matriz económica de la Argentina no permite un virtual monopolio estatal del comercio exterior como Venezuela.
2/ A eso le agregan el aspecto relacionado con la presencia y el protagonismo de las FFAA y las FFSS en cada país. En Venezuela son fuerzas que disponen de muchos recursos y están orientadas a la represión interna.
3/ Antes de la pandemia yo pensaba de ese modo: es muy difícil (aunque no imposible: estudié Historia) que pase una cosa así. No existe ni la concentración de recursos económicas en manos del Estado ni las condiciones o disponibilidad para instalar un Estado policial-represivo.
4/ La pandemia y el modo en que el Gobierno nacional encaró la emergencia cambió sustancialmente ese horizonte remoto, inverosímil. Por una parte instaló con un generoso margen de legitimidad y consenso un sistema de supervisión, control y represión nunca visto en democracia.
5/ En otras circunstancias esto sería inconcebible. La pandemia es la condición de posibilidad de un Estado policial represivo sin necesidad de unas FFSS o FFAA particularmente preparadas ni numerosas. Los sistemas de recolección de datos personales hacen el resto.
6/ A esto se agrega la brutal destrucción del tejido empresarial que se está operando en todo el país. Muchas grandes empresas, multinacionales, PYMES, microemprendimientos desaparecen o cesan actividades. ¿Qué tiene que ver con la posibilidad de seguir el camino venezolano?
7/ Mucho. Esta situación me ha hecho recordar un valioso texto que leí hace varios años, que describe el desarrollo del chavismo. Su autor es Roberto Briceño-León, de @ovv_violencia. Su título es “Los límites del socialismo rentista venezolano”
8/ Fue publicado por @RevMetapolitica, una gran revista mexicana, en 2008. Voy a insertar unos fragmentos que me parecen muy reveladores. Léanlos, vale la pena para ver cómo son situaciones que parecieran converger.
9/ Primero el punto de partida: el Estado venezolano no es una expresión de clase, sino que es el Estado el que configura socialmente a la población: decide quiénes son ricos y quiénes pobres. 
10/ En un contexto de crisis generalizada, el Estado argentino, principal vector político y económico, estaría obteniendo esa capacidad de configuración.
11/ La destrucción del tejido empresarial lo será también de empleos y de recursos, lo que llevará a amplios sectores sociales a la dependencia de los recursos del estado.
12/ No le otorgará al Estado el control directo de los sectores económicos que son fuente de divisas, pero si una parte importante de la actividad económica interna.
13/ Lo fundamental es esto: la destruccion del tejido empresarial disminuye sustancialmente la autonomía de la sociedad, la hace rehén de las políticas de Estado. El Estado concentra y aumenta su poder.
14/ La extorsión a través de las importaciones se podría sustituir por la intervención estatal en las empresas productoras de bienes y servicios.
15/ Con una capacidad para formar precios e intervenir el mercado, el Estado podría provocar la caída en dominó del resto del tejido empresarial existente y cercar a las actividades económicas que viven del comercio exterior.
16/ Vicentin podría haber sido un globo de ensayo. La brutal exacción fiscal a los productores, los atentados a las silobolsas, una maniobra para testear capacidad de resistencia del sector, que después del derrumbe Vaca Muerta permanece como la fuente principal de divisas.
17/ ¿Suena muy loco? Puede ser. ¿Es una ficción? Por el momento si. Pero la ilusión del albertismo como cristinismo moderado y razonable se va desvaneciendo. Es cristinismo sin plata. Y la falta de plata te pone nervioso.
18/ No soy economista, me gustaría saber qué piensan los especialistas al respecto. Ojalá se me estén escapando datos que contradicen esto que digo. En cualquier caso, cierro con Bela Lugosi: Beware!
