Thread by @osofronio

La Parábola del Chairo Arrepentido
Capítulo XXVI
Aventuras en Extranjia
Lo prometido es deuda, y ahora procedo a hacer la reseña de lo acontecido durante la visita del Rey Perejil I y su delegación viajera, incluidos los cóconos, las cajas de huevo San Juan y las bacinicas
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portátiles que llevaban.
Para fraseando a San Juan, en el principio era el viaje…
Mismo que se hizo en carreta colectiva de la ruta Pejetitlán, Dallas (y a eso fueron), Atlanta (azulgrana la condenada), Guarchinton DESÉ (en palabras reales) y anexas. Parte de
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la comitiva perejiliana lo acompañó en la carreta para poder darse un baño de pueblo y no gastarse los escasos doblones que quedaban en las arcas reales, la Austeridad Perejiliana se le conocía.
Fue un trayecto sin mayores contratiempos, a excepción de que al rey no
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le gusta pasar aduanas, ni controles fronterizos, y menos le gusta ir con la cara tapada como odalisca tabasqueña, pero Donaldo lo había forzado a vacunarse contra las cacas locas, y la línea de carretas lo obligó a usar cubrebocas. Perejil que para taparse la cara, sólo
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había usado una máscara de Blue Demon, usó un cubre ojos, nariz y boca.
Arribaron a Los Tenemos Hundidos, la tierra de Donaldo, y fueron directamente a la embajada, ellos hubieran preferido que fuera en subida y que los hubieran estado esperando con tepache y flautas
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de papa con chorizo. Pero el itinerario marcaba una visita al monumento a Bendito Suárez, héroe Pejejitlanense, cuya frase más famosa se la fusiló a Séneca y era, según Don Perejil, “El Derecho al Respeto Ajeno es la Paz”, o viceversa, los historiadores suponen que el
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orden de los factores fue cambiado para que no lo acusaran de plagio.
La sorpresa de Perejil fue mayúscula, los alrededores del monumento estaban llenos de aldeanos pejetitlanos que le gritaban “Güera, güera” (Las malas lenguas, tú no Mónica, comentan que era
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“Fuera, Fuera”) mientras perejil pensaba que era una especie de dialecto local para decirle Salve, Oh Rey.
Más tarde fue a poner una ofrenda de flores (él hubiera llevado tamales y atole como Dios manda, pero no se los dejaron pasar al otro lado), en la estatua de
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Abe El Honesto, personaje histórico del país vecino que acostumbran visitar los dignatarios extranjeros no muy neoliberales.
Pernoctaron en la casa de la embajada, y la embajadora puso esteras de paja por todo el piso de la legación diplomática, y se los distribuyó al grito
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de; “De rincón a rincón, todo es colchón”
Al día siguiente, por fin, fueron a la Juait jaus, nombre de la mansión de gobierno de Donaldo de Orange, donde fueron recibidos por el mandatario que se notaba muy apurado, tanto, que le tronó los dedos a Perejil para que
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se bajara del carruaje y saludara a los 4 gatos que estaban esperándolo (suponemos que fue porque Donaldo había dejado los frijoles en la lumbre).
Pasaron al Salón Octagonal, en dónde se les recibió, e inició la negociación de los temas importantes, no se habló de
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migración (no le gusta a Donaldo), ni de narcotráfico (no le gusta a Perejil), sólo se habló de un tratado que llevaba casi un año firmado, y que era lo único que aceptaron discutir (es un decir, sólo firmaron un documento conmemorativo que sirvió para que Perejil se
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agandallara la pluma que le prestaron).
Empezó la repartidera de obsequios, Perejil, gran amante del deporte nacional de Los Tenemos Hundidos (LTH), el beis, como se dice en el sur de Pejetitlán, le llevaba un bat adornado con motivos huicholes, tribu del occidente del
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reino, y que al ir en la carreta Pejetitlán- Guarchinton había sufrido algunos desperfectos, pero que la embajadora resolvió poniendo a su cocinera procedente de dicha región, a arreglarlo con paciencia y salivita.
No me enteré de lo que Donaldo le dio a Perejil, pero
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debe haber sido su boleto de regreso, porque él solo quería tomarse la foto con él, para que los macehuales que vivían en su país lo aclamaran.
Hubo una cena de gala, con platillos como Tomates de Verano en salsa de ajonjolí negro ( le pusieron ajonjolí cafecito porque
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tenían algunos problemas raciales en ese entonces) y un exótico postre llamado Chocolate & Custard (de especial predilección real).
A lo largo de la cena, una agregada comercial de la delegación, se la pasó sacándose selfies con los asistentes, y reseñando lo bonitos
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que estaban los centros de mesa
Durante la visita hubo un discurso en el Jardín de las Magnolias de la Juait Jaus, donde Perejil aprovechó para decirle a Donaldo que el libro que le atribuían, Oye Donald, no existía, y que él siempre había sido admirador suyo, y que,
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¿de qué color quería su muro?
El regreso a la patria fue tenso, todos estaban muriéndose por comer comida verdadera como sopes, memelas, tostadas, y sobre todo para poder comer con los dedos y no con esos extarños artefactos neoliberales llamados tenedores.
Lo que no se
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ha reseñado es lo que ocurrió en los 15 minutos que estuvieron solos los mandatarios, y que sospechamos que fue un jalón de orejas para perejil, porque salió de la reunión con los ojos llorosos.
Obviamente,
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sabiendo que yo iba a venir con el chisme no fui invitado, pero mis contactos me trajeron la información.
Los conmino a que le den RT a esta página de orgullo nacional para que no quede en el olvido.

20 y final

Fe de erratas

En el tweet 2 se metió un espacio en parafraseando y no lo ví a tiempom una disculpa.