Ok, es hora: Hablemos de Britney Spears.
Abrimos hilo abordando el tema desde una perspectiva feminista, y probablemente sea algo largo.
#FreeBritney
Abrimos hilo abordando el tema desde una perspectiva feminista, y probablemente sea algo largo.
#FreeBritney
Como muchos sabemos, su carrera inició teniendo solo 4 años: Coros de iglesias, concursos de talento, obras escolares... profesionalmente hablando, a los 8 años cuando consigue un manager, hace comerciales y audiciona para el Mickey Mouse Club donde la contratan a los 12.
Testimonios sobre la explotación de niños y niñas en la industria del entretenimiento hay por montones, ya que el control de sus carreras y sus finanzas recae en padres, madres, managers y básicamente quien sea menos quien trabaja: La pequeña estrella.
Era 1999 cuando Britney alcanza la fama mundial con “Baby, one more time” y la estrategia de marketing para construir a la princesa del pop se centraba en proyectar una imagen infantilizada y virginal, se hizo toda una campaña centrada en su sexualidad siendo menor de edad.
El mensaje, suficientemente claro, de la cultura de la pedofilia que rodeaba a una menor vestida de colegiala sexy con bailes y letras sugerentes, fue recibido: Páginas pornograficas se llenaron de montajes y conteos regresivos para su mayoría de edad no se hicieron esperar.
Un tema recurrente al inicio de su carrera era su virginidad, los tabloides pasaron cómo ella esperaría hasta el matrimonio a cuándo, cómo, por qué y con quién “la perdió”. Tomemos un segundo para imaginar la presión de que el mundo entero esté al pendiente de tu vagina.
Siguiente idealización de la perfección: Su relación con Justin Timberlake. La pareja termina su relación en 2002 y JT no duda en sacar un disco con detalles íntimos sobre su relación. Acá ocurre el primer breakdown público de Britney en una entrevista con Barbara Walters.
Prometemos hacer un hilo pronto sobre cómo Justin Timberlake ha construido su carrera con base en ser un misógino, pero en este momento se trata de Britney. Al terminar esta relación todo parece ir cuesta abajo y obviamente bajo el ojo público.
Se destapa que Britney ya no es virgen, su imagen inocente ya no cuadra por esto y por el hecho de que ya está rayándole a los 20 años y su sexualizada imagen tenía que dar “un giro”: Sexualizarla más agresivamente.
En este momento está en la cúspide de su carrera profesional, sin embargo los tabloides no le perdonan haber roto la ilusión de la niña buena, se vuelven más despiadados. Britney es la segunda persona en el mundo más perseguida por los paparazzis, la primera fue Lady Diana.
Acá las cosas empiezan a “salirse de control” alimentando más tabloides misóginos: Su vida sexual, su matrimonio que duró dos días, sus salidas nocturnas y fotos de ella bajándose de autos para ver entre sus piernas era de todo lo que se hablaba.
Empieza el “control de daños”: Britney se casa con el bailarín Kevin Federline, si nos lo preguntan, creemos que su imagen como producto necesitaba estabilizarse y qué mejor que un matrimonio. Pequeño detalle, este tipo abandonó a su novia embarazada para juntarse con Brit.
Kevin y Britney tuvieron dos hijos y se divorciaron. Los tabloides hablaban del nuevo fracaso amoroso de Brit, el aspecto de su cuerpo, su imagen, lo mala madre que era... el acoso de los paparazzis se intensificó, captándola en diversas crisis emocionales.
Si nos lo preguntan, a la gente parecía encantarle ser testigo del quiebre de la princesa del pop. Incluso surgieron páginas con apuestas y conteos regresivos sobre cuándo se suicidaría. Nadie tuvo piedad en la campaña perfectamente orquestada para hacerla ver como una loca.
Nadie habló de la importancia de la salud mental, nadie pensó en una depresión post parto, nadie insinuó la posibilidad de una crisis nerviosa por el acoso de la prensa, su situación personal, su explotación laboral o su autopercepción al estar controlada por el medio desde niña
Llega el 2007 y todo explota: Imágenes de Britney siendo internada a la fuerza, escapando del hospital para afeitarse la cabeza, golpeando con paraguas los autos de los paparazzis que la acosan. Es importante seguir señalando la campaña para mostrar que había perdido la cordura.
Contextualicemos: En este momento Britney estaba siendo demandada por Kevin Federline, obligada a pagarle una pensión y con amenaza de perder a sus hijos a causa de lo que se veía en prensa. Su carrera estaba frenada. Su cuerpo había cambiado. No le daban tregua en tabloides.
Aquí empieza lo que ahora es la historia detrás del movimiento #FreeBritney. Su padre pide su custodia. En términos simples esta es pedida y concedida cuando una persona no puede valerse por sí misma y requiere de un tutor para salvaguardar sus intereses y su integridad.
Una custodia de este tipo aplica, por ejemplo, a ancianos con demencia senil. Solo para darnos una idea del nivel de incapacidad que debes tener para que se otorguen estos permisos. Cabe mencionar que el abogado que llevó este caso no fue elegido por ella ni tienen relación.
Esto no le permite conducir un auto, votar, llevar el control de su carrera ni sus finanzas, casarse, tener más hijos, ver a sus hijos libremente, usar sus redes sociales o teléfono sin monitoreo... básicamente, no tiene ni un solo derecho a menos que sea aprobado por su padre.
¿Britney necesitaba ayuda? Definitivamente. PERO, ¿por qué una persona a la que proyectaron como alguien completamente incapacitada a solo dos meses después de un colapso nervioso súper fuerte vuelve a trabajar? Esto inicia con su participación en “How I met your mother”
En los últimos 12 años que lleva siendo custodiada (o más bien que le quitaron sus derechos civiles para seguirla explotando laboralmente) lanzó 4 discos, ha hecho 3 giras mundiales, participó en Factor X, tuvo residencia en Las Vegas y ha lanzado negocios de lencería y perfume.
Britney tiene un valor calculado en 250 millones de dólares. Su padre tiene sueldo de 100,000 dólares, los gastos para preservar su tutela ascienden al millón y a ella se le permite disponer de 1,500 dólares a la semana para sus gastos personales.
Además, solo cuenta con el 30% de la custodia de sus hijos, esto porque Kevin Federline denunció que el padre de Britney maltrataba a uno de ellos. Básicamente la custodia de los niños se reparte entre Kevin y su padre. Ella no puede verlos sin permiso ni supervisión.
Hay muchos hilos que pueden encontrar en el hashtag #FreeBritney que detallan mucho más sobre el tema. Acá nos quisimos centrar el hecho de que Britney Spears ha sido violentada y explotada desde el inicio de su carrera.
La mujer más influyente de las últimas décadas no se salvó de la violencia sistémica que el patriarcado ejerce sobre nosotras: Cosificación, infantilización, explotación, sexualización, “la histeria femenina”, violencia en relaciones sexoafectivas, laboral, económica, familiar...
Esto ya no se trata de si te gusta Britney Spears o no, se trata de una clara violación a los derechos humanos de una mujer. Se trata de visibilizar una línea de violencias bastante evidentes que recaen en las mujeres famosas: Lindsay Lohan, Whitney Houston, Amy Winehouse...
Y sobretodo, observar cuál es la reacción de la sociedad y de los medios ante estas violencias que parecen pasar de largo, cuáles son los desenlaces de las mismas, cómo repercuten en las carreras y vidas personales de estas mujeres que son tratadas como si no fueran humanos.
Con los hombres esto no pasa: Adicciones, problemas personales, relaciones sexoafectivas, sus cuerpos, sus malas decisiones, crisis emocionales o psicológicas, episodios violentos... todo es proyectado desde otra perspectiva donde el perdón ya está concedido aunque ni se pida.
