Thread by @NoorAlamarty

En mi país, Marruecos, muchas mujeres sufren consecuencias terribles por haber nacido siéndolo desde que son niñas. Son vendidas por sus familias precarias y a menudo rurales, a otras acomodadas para que las exploten laboralmente en calidad de "criadas". Abro hilo.

Os preguntaréis por qué digo criadas, pues bien, porque son "esclavas domésticas", no "trabajadoras domésticas", no tienen trabajo regulado, no tienen protección alguna como trabajadoras y sólo en 2018 entre 66.000 et 80.000 tenían por debajo de los 15 años.

Suelen dejar su hogar de origen en el que viven en la miseria más absoluta en familias numerosas y padres parados, y después de abandonar el colegio alrededor de los 9 años empiezan a ser la fuente de ingresos de sus familias. Lejos, en las grandes ciudades.

A menudo ya vienen de familias desestructuradas en las que han sido maltratadas física y psicológicamente, y la idea de que trabajen es cortoplacista dado que la idea es que puedan casarse alrededor de los 18 años para reproducir el mismo patron y hacer lo mismo con sus hijas.

Una vez instaladas en las grandes ciudades en las familias que las reciben a veces con 9 o 10 años empiezan a vivir la servidumbre medieval más horrible. Todo lo que ganan, que puede llegar a ser 100 euros al mes, sobre todo por la edad pecoz, es destinado a su familia.

Sin embargo la sevidumbre no es la peor opción, lo peor, es el maltrato físico, psicológico y a veces hasta violencia sexual, por parte de los dueños de la casa en la que vive. La mayoría de ellas son sobreexplotadas, maltratadas y abusadas sexualmente.

Suelen ser las mujeres de la casa las que las maltratan por no cumplir con lo exigido, o por simplemente no tener la capacidad de hacerlo ( imaginaros una niña de 10 años en una casa enorme, encargándose de todo). Sin embargo la violencia sexual la ejercen ellos. Los hombres.

Sus hermanos varones sin embargo no sufren el mismo destino, sólo se sacrifica la infancia de las mujeres en estos casos. Conozco mujeres con quemaduras en las manos por no haber hecho lo que la "dueña" pedía con 12 años.

A casa de mi abuela llegaron a parar una mañana hace 30 años tres niñas, de 10, 12 y 15. Se habían escapado de diferentes casas después de 2 años explotadas. A la pequeña la habían violado y estuvo viviendo una época con mis padres, la mediana con mi abuela, la mayor con mi tia.

Nunca supe de esa violación hasta que hace dos veranos desayunando con la pequeña de ellas (Que ahora es cocinera en un restaurante y tiene una niña preciosa) me lo confesó. Lo mejor que les había pasado fue que no les maltratasen en nuestras casas. No podían volver a sus hogares

Mi familia las acogió, y mis tías se encargaron pronto de que pudiesen aprender a leer y a escribir, pero sobre todo de pagar a sus familias por ellas, porque si volvían iban a casarlas o a repudiarlas por volver.

Pero se resistieron muchos años a creer que se merecían otra vida, no entendían la necesidad de leer, escribir, trabajar de otra cosa que no fuese fregar suelos, y ayudaron a nuestras madres a cuidar de mis primos, de mí y de mi hermana.

No sentían odio, ni rechazo, ni rabia hacia sus familias porque para ellas la vida era así y no había manera de que las cosas hubiesen sido diferentes. Amaban su familia y les daba miedo perder ese vínculo. Pero crecieron.

Y aunque no fueron a la universidad, y sus vidas estuvieron ya condicionadas por su pasado, se casaron con quien quisieron a los 20 y pico años cada una, y fueron madres porque quisieron y no tuvieron 4 hijos, y sus bebés han crecido con nuestros bebés.

Han escolarizado a sus hijos, y trabajan duro para darles un futuro digno y que jamás vuelvan a sufrir lo mismo que ellas. Son conscientes de la violencia que ha implicado que fuesen niñas, que naciesen mujeres. Tienen pensamientos patriarcales muy arraigados.

Nadie las salvó del infierno , simplemente pudieron escapar de él y mi familia las trato como seres humanos. Las queremos, lloramos el día que se fueron de casa después de casarse, y forman parte de mi infancia y mi adolescencia temprana.

Yo enseñé con 12 años a M. a leer castellano, porque de oídas ya sabía hablarlo, A. me llevaba a comprar vestidos a escondidas de mi madre con el pretexto de que íbamos a comprar pipas, L. me ha secado lágrimas de adolescente por amor. Son parte de mí.

Sus maridos no son médicos, ni ingenieros, ni arquitectos. Pero son buenos hombres que sufren todos los días en trabajos precarios y duros porque no tuvieron acceso a una educación digna, y sólo les quedó trabajar.

Mi abuela, que se casó con 16 años no les permitió casarse antes de que tuviesen la edad y la situación viable para ello, mis tías y mi madre fueron hermanas mayores para ellas, y pudieron hablarles de sexualidad, anticonceptivos etc..

Por eso no han tenido 5 hijos, por eso han podido trabajar sin miedo a quedarse embarazadas y a que las echasen, por eso hoy en día tienen dificultades normales, y no viven en la miseria. No era cuestión de dinero sólo, sino de educación, de oportunidades.

Y eso es lo que hoy se les niega, educación, oportunidades, derechos, dignidad. Por eso hay que tener mucho valor para salir de ese círculo vicioso de " la esclavitud de género", por eso, es tan necesario pelear, por ellas, por nosotras, por todas.

El maltrato que sufren otras niñas queda siempre impune, porque la legislación no llega a la inspección doméstica. Las palizas, las agresiones sexuales, las violaciones, TODO ESTÁ SILENCIADO, y ellas acaban siendo víctimas de tres maneras.

Primero de su familia, segundo de la familia que las acoge casi siempre, y en tercer lugar del matrimonio con el que se escapan de las dos anteriores, acaban en matrimonios precoces, sin dinero, embarazadas, maltratadas y a menudo repudiadas y por lo tanto tildadas de "putas".

La estigma social que sufren en estas situaciones (sobretodo cuando han tenido el hijo fuera del matrimonio) es horrible, no tienen ningún lugar al que ir o al que volver, excepto las que tienen suerte de ser acogidas en una asociación temporalmente. La ley las condena.

La esclavitud sigue existiendo, en Marruecos, son sobretodo mujeres las que la sufren de diversas formas. Las niñas son vendidas diariamente por sus propios progenitores porque se piensan que ellas son de su propiedad. La ley no las protege, las expone, las revende.