Los que quieren meternos una República con calzador, como ocurrió en 1931, que llegó gracias a unas elecciones municipales donde por cierto no ganaron los republicanos (una mentira repetida cien veces no se convierte en verdad), olvidan que primero deben reformar la Constitución. 
Y no es nada sencillo. No basta con un referéndum. Deberían leer el artículo 168 de la Constitución, norma que seguramente les trae el pairo del mismo modo que la presunción de inocencia a Teresa Rodríguez. Los que respetamos la legalidad vigente no nos resulta indiferente.
Primero debe aprobarse la reforma por mayoría de dos tercios de cada Cámara, y debe procederse a la disolución inmediata de las Cortes. Ahora mismo es imposible. PSOE, Podemos y los secesionistas no tienen esa mayoría. España seguirá siendo una monarquía parlamentaria.
Luego "las Cámaras elegidas deberán ratificar la decisión y proceder al estudio del nuevo texto constitucional, que deberá ser aprobado por mayoría de dos tercios de ambas Cámaras" y además "aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum".
Así que ya ven, tenemos Monarquía Parlamentaria en España para rato. Pablo e Irene tienen difícil que España sea una repúblicas. Van a seguir residiendo en Galapagar.
