My Authors
Read all threads
“Si algo muy grave pasara, nos encontramos en la cancha a las 8 ⚽️”.

Así decía el mensaje, y le puse una estrellita.

(Abro hilo)
Hace muchos meses, alguien mandó esa invitación al grupo de #fútbol de los miércoles. Tal vez fuera en joda. O quizás, producto de una mente brillante y previsora.
Este apocalipsis no se parece a ninguna película. No hay jinetes. No hay lluvia ácida. No hay bomba atómica. Es un virus que se lleva todo.
El barrio está a oscuras. Hace semanas que raciono las pocas latas de la alacena. Estoy delgado y débil. Me quedé sin lágrimas. Perdí todo. Camino sin esperanza por la calle. No hay personas.
Cargo bajo el brazo una pelota medio desinflada. Me cruzo con autos abandonados en mitad de la calle. Potes de alcohol en gel sobre las baldosas. Motos recostadas. Salto el cuerpo de un suicida y sigo. La muerte ya no me repugna.
Improvisé una antorcha con un frasco y una vela. La linterna ya no tiene pilas. Me estoy volviendo loco. No hablo con nadie. No sé si hay un afuera. Soy un náufrago en esta isla de cemento.
Llego a la avenida. No hay tránsito. No hay luz. No hay semáforos. Decido bajar de la vereda y voy pateando la pelota. Pienso en todos los que amé. En el mundo exterior, que no es más que las diez cuadras a la redonda de mi casa.
Llevamos un tiempo largo sin energía. Ni vital, ni eléctrica. ¿Seguirá existiendo Argentina? Todos mis vecinos migraron o están muertos detrás de sus puertas. Siento un olor putrefacto de forma constante.
No soy un inmune al virus. De hecho, me siento bastante mal. Sería una condena ser, quizás, el último en morir. Estoy aturdido por ese pensamiento.
De a poco, nos fueron llevando a los hospitales. Y de ahí, a la morgue. Extraño a todos. Mis viejos, mis hermanos. Mis amigos. Mis familiares. Extraño a Guillermo Andino, no sé por qué. Lloro sin sonido.
Los ruidos. Eso. Eso es lo más loco de todo esto. El silencio absoluto de una ciudad. No hay bocinas. No hay voces. No hay ladridos. Me pregunto cuánto más sobreviviré. Falta menos.
Escucho voces, son personas. Estoy cerca de la cancha. Apuro el paso. Veo luces que se mueven. Al llegar, empiezo a distinguir las caras. Nos abrazamos. Festejamos vernos, estar vivos. Vamos de la sonrisa a la tristeza, de la carcajada a la tos preocupante. La que ahoga.
Soy el octavo. Alguien pregunta qué pasó con los otros veinte que no vinieron. Nadie responde, la respuesta es obvia. Tomi se hace la señal de la cruz sobre la cara.
De golpe, se encienden las luces de la cancha uno, la que da a la avenida. Nos tapamos los ojos. Estoy encandilado. Confundido. Aparece Edu, corriendo desde el buffet. Tiene un jogging gris y una camiseta del Parma. Está en crocs.
Dice que quedaba un poco de gasoil en un generador, y que lo conectó. Lo abrazo. Celebremos. Saltamos cortito, en el lugar. Con vergüenza y alegría. Alguien me roba la pelota de las manos y entra corriendo a la cancha.
Hay que armar los equipos antes de que se apague el generador. Somos nueve. Nachito amaga con irse, porque es un embole jugar impares. Eso lo sabemos todos.
Alguien le dice que no faltan jugadores solamente. Que también hay faltante de seres vivos y que venga, que no sea pelotudo. Nachito vuelve con cara de culo. Ya hay algunos trotando, entrando en calor. Aparece Yoryi en una moto. Se grita como un gol.
Ya somos diez en una cancha para catorce. Rápido, cinco para cada lado. No hay camisetas, así que mi equipo juega en cuero. Uno se queja porque está fresco y se va a enfermar. Todos lo miramos en silencio y enseguida, con resignación, se saca la remera.
El partido es malo pero se juega a cara de perro. Muchos no pueden correr. Hay uno que enseguida se desgarra, uno que delira de risa y calcula tener 40° de fiebre, otro que parece que va a escupir un pulmón. Empiezan a generarse espacios.
Nadie quiere atajar. Nos volvemos morfones, queremos hacer el gol que tantas veces soñamos durante la cuarentena. No nos sale. Nos putean. Intentamos otra vez.
Eze desborda y antes de tirar el centro se desmaya. Le robo la pelota y empiezo la jugada de ataque. Vamos perdiendo por uno. Se juega hasta que muera el generador o todos nosotros.
El partido se pica. Llegamos tarde a todas las pelotas. Nos puteamos por lo bajo pero nadie pide fáu. Estamos transpirados. Contentos. “La mejoría previa a la muerte”, siempre me causó intriga esa frase.
Se lo damos vuelta y nos podemos uno arriba. Ellos se vienen. Diego despeja hacia el lateral, la pelota pega en el cuerpo de Eze y vuelve a nuestra área. Alejo nos clava el empate.
Siempre salieron parejos los partidos. El último no sería la excepción. Tomi está piel y huesos, parece un galgo desnutrido. Le da con un fierro y la mete al ángulo.
Estamos arriba otra vez. Nos atacan. Piti me desborda por izquierda y cuando va a definir cruzado, me estiro para tapar el tiro. Con la punta del pie la mando al córner. Mis compañeros me aplauden.
Me siento Mascherano contra Robben. En mi mente veo la repetición de quince cámaras, distintas poses, mi pierna, distintas formas de estar erecta para cuidar nuestro arco. No me desgarro, pero me baja mucho la presión.
Aunque Eze está dentro de la cancha, es como que si ellos compitieran con uno menos. En una jugada por ese sector, se la hago rebotar a Eze para ganar un lateral. Me gritan bilardista de mierda. Se me infla el pecho.
Javi, nuestro arquero ocasional, se agarra el cuello y se sostiene contra un palo. Un instante después, cae fulminado sobre la línea de gol. Justo nos patean y nos empatan.
Me pregunto si nos quedará más de vida o de gasoil. Nadie va al arco, parece que sigue Javi aunque esté convulsionando. Se pone áspero. Yoryi me pega un patadón en la tibia. Lo mando a la concha de la hermana y me quiere pelear.
Parece que no se puede mencionar a ningún familiar porque están todos muertos. Diego se engolosina por el medio de la cancha. Ya nadie tiene aire. Esquiva con clase pero define muy mal. Se insulta a sí mismo, por burro.
El arquero entrega veloz, uno recibe en mitad de cancha y prepara para un bombazo. Alcanzo a gritar “Ojo el arco”, sin embargo ya no tiene sentido. Javi sigue tirado con una mueca extraña. No llego a desviar la pelota, giro la cabeza y sé que la bola tiene destino de gol.
Se corta la luz. Antes de que entre la pelota, se corta la luz. Antes de que toque la red, se corta la luz.
Ellos lo gritan, gritan el gol. Todos, menos Eze, alzan las manos al cielo negro. Uno cae fulminado al piso. Siguen con el festejo. Amagan a dar una vuelta olímpica.
En plena noche sin luna, les decimos que no. Que fue empate. Que terminó el partido antes del gol. Que sí. Que no. Hay empujones. Vuela una piña. Somos boxeadores desinflados, los golpes no duelen. Estamos exhaustos. Alguien intenta separar.
Nachito se ríe como loco. Reconozco su risa en la oscuridad. Tanteando el suelo, voy a buscar la pelota adentro del arco. Me tropiezo con Javi. Le digo sin mucho convencimiento que todo va a estar bien, y levanto la pelota.
Las piñas se transformaron en abrazos. Llantos. Caen algunos más en el pasto sintético. Los pocos que quedan en pie se sostienen entre ellos, en ronda. Abro la puerta alambrada y me voy con la pelota. Cuando llego a la esquina, la calzo de volea hacia la más completa negrura.
*** Gracias por leer ***

Si te gustó el hilo, dale RT
Missing some Tweet in this thread? You can try to force a refresh.

Keep Current with Juan Pablo Fiorenza

Profile picture

Stay in touch and get notified when new unrolls are available from this author!

Read all threads

This Thread may be Removed Anytime!

Twitter may remove this content at anytime, convert it as a PDF, save and print for later use!

Try unrolling a thread yourself!

how to unroll video

1) Follow Thread Reader App on Twitter so you can easily mention us!

2) Go to a Twitter thread (series of Tweets by the same owner) and mention us with a keyword "unroll" @threadreaderapp unroll

You can practice here first or read more on our help page!

Follow Us on Twitter!

Did Thread Reader help you today?

Support us! We are indie developers!


This site is made by just two indie developers on a laptop doing marketing, support and development! Read more about the story.

Become a Premium Member ($3.00/month or $30.00/year) and get exclusive features!

Become Premium

Too expensive? Make a small donation by buying us coffee ($5) or help with server cost ($10)

Donate via Paypal Become our Patreon

Thank you for your support!