‼️Por qué abolir la prostitución es luchar por los derechos de las mujeres:
El género es una imposición social que hace a las mujeres tomar una posición subalterna en relación a los hombres: ser sujetos dispuestos a cuidar, relegarse a la familia y hacerse cargo del deseo del varón.
Así se ha construido la idea de que la prostitución es un trabajo más.
Así se ha construido la idea de que la prostitución es un trabajo más.
Para que la prostitución se acepte como un trabajo, previamente el patriarcado difunde su ideología vía socialización con la que consigue que las mujeres acepten y defiendan las imposiciones que recaen sobre ellas, por su educación recibida: la cosificación es empoderante, etc.
Desde el nacimiento se generan unas expectativas al conocer nuestro sexo que nos hacen ser educadas en torno a la idea del servicio hacia el otro: un concepto que inconscientemente se interioriza, y así parece que nuestras decisiones son de “elección propia” en lugar de impuesta.
El regulacionismo de la prostitución blanquea la explotación sexual de las mujeres convirtiendo ésta en un “trabajo más”, transformando las relaciones de poder que se dan en ella (proxenetas, prostituidas) en una simple relación de “empresarios y clientes”, ajena a toda opresión.
Convirtiendo la prostitución en un trabajo más, además de validar y reforzar el sistema patriarcal, se blanquea la violencia que reciben las mujeres y el maltrato al que se ven sometidas a raíz de la necesidad económica, la pobreza, la cuestión de clase y de género que le afecta.
Estar a favor de la regulación de la prostitución es aceptar que las mujeres son mercancía y que los hombres tienen derecho a su compra.
La garantía de una vida digna y libre de violencias y coacción a cambio de dinero se llama ABOLICIONISMO.
La garantía de una vida digna y libre de violencias y coacción a cambio de dinero se llama ABOLICIONISMO.
El reg. de la prostitución tolera que se venda el consentimiento sexual a cambio de un billete, considera que es un “intercambio libre” entre personas adultas porque sus principios están más cerca del (neo)liberalismo que de cualquier base radical, anticapitalista y materialista.
La existencia de la prostitución es solamente la afirmación de la explotación sexual de las mujeres, y el regulacionismo que la servidumbre patriarcal se legalice en sociedad ofreciendo la garantía de que las mujeres queden al servicio de la satisfacción del deseo de los hombres.
La búsqueda de leyes que permitan y normalicen que se pueda pagar por el cuerpo de las mujeres como si de un medio de producción más se tratase es seguir perpetuando que el sistema patriarcal se mantenga, apoyando que se tolere que la explotación es “muy antigua” o “empoderante”.
Creer que la prostitución empodera a las mujeres es solo quitarles la posibilidad de que puedan vivir una vida libre de violencias y realizarse en cualquier profesión porque se les relega a seguir aceptando que su papel es de cuidados, de satisfacer a los demás y no a sí mismas.
El feminismo es abolicionista y lucha contra todas las formas de violencia que existen sobre las mujeres, reivindicando el acceso a los recursos y la integración social de nuestro sexo.
Si los hombres nos ven como objetos por los que pagar, no pueden considerarnos como iguales.
Si los hombres nos ven como objetos por los que pagar, no pueden considerarnos como iguales.
La prostitución no es un trabajo porque en ningún trabajo el riesgo laboral directo es ser víctima de un embarazo no deseado, de ets, its, de violencia sexual, de maltrato íntimo, de trata, de cosificación.
Lo que no es empoderante para una mujer, no lo es para ninguna.
Lo que no es empoderante para una mujer, no lo es para ninguna.
