Resulta obvio que ahora mismo el banquillo del Barça no es ningún caramelo. Para nadie. No ya por la situación actual del equipo sino, sobre todo, por el aparentemente escaso margen de maniobra en el futuro inmediato.
Ahora mismo añadiría un cuarto: la voluntad de desarrollar un proyecto duradero.
Personalmente, y en esto puedo estar perfectamente equivocado (y en lo demás también^^), creo que el 'Sí' de Ronald tiene mucho que ver con el 'No' de 2003.
2. Dentro de esa diversidad, aunque sus equipos tienden al gusto por el balón, ha tenido un toque más conservador de lo que quizá se pudiera suponer.
Aunque como nunca ha dirigido a Leo, a partir de ahora toca carpeta nueva.