La reacción de López, cuyos colaboradores inauguraron la modalidad del videoescándalo hace más de quince años, es congruente: limitada, primitiva y cínica. Ninguna sorpresa aquí.
La relevancia de ese video, y los que siguieren, no es lo que revela, sino el hecho de ser revelado. La importancia, pues, no radica en lo que muestra, lo cual es archisabido y obvio, sino en el hecho de que se ha decidido mostrarlo.
López llevaba 15 años siendo el bully impune de la política mexicana, y ya con la banda en el pecho ese comportamiento se exacerbó, lejos de moderarse en función del cargo y los roles que debería jugar.
Ayer eso se acabó: desde otros polos de poder decidieron responderle igual.
Ayer eso se acabó: desde otros polos de poder decidieron responderle igual.
No se si la intención del video es moderarlo o reventarlo... eso depende de quién sea el destinatario: si es él, moderarlo; si son otros, reventarlo.
En todo caso, el panorama está del carajo: no hay borracho que trague lumbre, pero López es MUY primitivo, y eso complica todo.
En todo caso, el panorama está del carajo: no hay borracho que trague lumbre, pero López es MUY primitivo, y eso complica todo.
Esta respuesta es inédita, e igualmente inédito será el desenlace de esto que vemos.
Tan en estamos en terra incognita, que los medios tradicionales ayer se quedaron pasmados con el video, y se mordieron un huevo TODOS antes de incluirlo en sus noticieros nocturnos.
Tan en estamos en terra incognita, que los medios tradicionales ayer se quedaron pasmados con el video, y se mordieron un huevo TODOS antes de incluirlo en sus noticieros nocturnos.
Y no: no es que López les haya dicho que no lo publicaran, así no funciona; la autocensura es un proceso barroco, de señales, y a quienes dirigen esos medios no les llegó una señal de qué hacer, hasta dónde llegar y a qué atenerse. Esto es novedoso.
Un intercambio largo de mensajes vía videoescándalos está fuera de las opciones: si se busca moderar a López, con este debería bastar; si él no entiende o en realidad se busca reventarlo, lo que sigue es de pronóstico reservado.
Hay que seguir con los temas que nos tocan más sensiblemente: salud, economía, seguridad.
Hay que construir el discurso propio y original, para entablar diálogo y eventualmente alianzas con instituciones y perfiles locales.
Y no perder de vista que pisamos hielo delgado. Todos.
Hay que construir el discurso propio y original, para entablar diálogo y eventualmente alianzas con instituciones y perfiles locales.
Y no perder de vista que pisamos hielo delgado. Todos.
