¿Sabíais que hubo una vez una playa en pleno Manhattan, y además estaba al lado de las Torres Gemelas?
Y sin embargo, estaba prohibida la entrada y ni siquiera era una verdadera playa. Aunque eso no importó demasiado a algunos neoyorquinos.
Esta es la historia: Nueva York se ha destruido y reconstruido muchas veces. Una de las más profundas fue cuando derribaron 30 manzanas de Bajo Manhattan para poder construir el que sería el gran proyecto arquitectónico de los 70: las Torres Gemelas.
Pero las Torres no eran los únicos edificios que se levantaron en esa zona; también se amplió todo el frente fluvial del Hudson al oeste de la 11ª Avenida para construir la futura Battery Park City.
¿Y cómo lo hicieron, si allí no había tierra firme, solo el río? Pues además de tierra que trajeron expresamente, usaron todo el desmonte tanto de la destrucción del Bajo Manhattan como de las excavaciones del World Trade Center y la echaron sobre el lecho fluvial.
Pero había un problema, los planes de construcción de Battery Park City quedaron en suspenso durante más de tres años, así que en todo ese tiempo, lo único que había allí era una enorme extensión de arena junto al Hudson.
Sí, una playa.
Aunque estaba expresamente prohibido entrar, unos cuantos artistas y fotógrafos se colaron en el recinto vallado para tomar algunas de las fotos más irreales que haya ofrecido jamás la Gran Manzana: gente tumbada en la toalla con una sombrilla y los rascacielos justo detrás o gente jugando al voley-playa a la sombra de las Torres Gemelas.
Desgraciadamente, a principios de los 80, los edificios de Battery Park City comenzaron a construirse y el sueño de una playa en Manhattan se esfumó para siempre.
Aquí una foto en color de la playa efímera con las Torres de fondo...
Y otra foto de las Torres en construcción, con el relleno para Battery Park City.
Es alucinante LO CERCA que estaban las Torres del Hudson.
Esto es un refugio alpino en los Dolomitas, a 2760 m. de altitud.
No, no tiene otro acceso y no sé sabe con exactitud quién lo construyó ni cómo lo hizo porque pertenece a uno de los episodios más ásperos de la historia de Europa: La Guerra Blanca.
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La 1ª Guerra Mundial se recuerda en el imaginario colectivo por los horrores de las trincheras en el frente occidental: Verdún, las Ardenas, el Somme...
Sin embargo, la guerra tuvo otros frentes. El oriental, el balcánico o uno de los más desconocidos: el frente alpino.
Se desarrolló esencialmente en los Alpes italianos y enfrentaba a Italia contra Alemania y el Imperio Austro-Húngaro.
Casi el 70% del frente estaba situado a más de 2.000 metros de altitud y las imágenes que dejó eran demenciales.
A un kilómetro bajo tierra hay una trampa escalofriante.
Inundada de agua ultrapura, rodeada de once mil detectores, inhabitable y hostil.
Pero no sirve para cazar seres humanos, sino para atrapar el enigma del Universo.
Esta es la historia del Super-Kamiokande: hay algo absolutamente fascinante (y también escalofriante) en las arquitecturas que no se han concebido, diseñado ni ejecutado para el ser humano: los gigantescos interiores de los tanques de gas líquido, los descomunales tamaños de las palas de un aerogenerador o el extrañísimo espacio que alberga un reactor nuclear.
Probablemente el más extraño y el más fascinante es el interior del observatorio de neutrinos Super-Kamiokande, en Hida, Japón.
Este espacio nos coloca en diálogo con fuerzas muy superiores a nuestra existencia.
El Super-K es un cilindro de 40 m. de diámetro por 40 m. de altura enterrado un kilómetro bajo el monte Ikeno, en la ciudad japonesa de Hida. Para comprender la escala: dentro cabe la Estatua de la Libertad.
El interior del cilindro está completamente cubierto con 11.000 fotomultiplicadores, que son unos dispositivos que sirven para detectar neutrinos. Partículas que lo atraviesan todo, que viajan casi a la velocidad de la luz y que casi no tienen masa.
Por eso, el Super-Kamiokande está normalmente lleno hasta arriba con 50.000 toneladas de agua ultrapura UPW. Porque la pureza de ese agua es capital para la interacción con los neutrinos.
No se puede pisar, no se puede tocar salvo con equipos especiales, no tiene ventanas ni puertas ni nada que nos lo relacione con la arquitectura. El Super-K es un espacio que no está concebido para el ser humano.
(Y sin embargo).
Y sin embargo, la definición más ajustada de arquitectura la dio Bruno Zevi cuando dijo que era "Espacio recorrido en el tiempo".
Y el Super-K es un espacio que se puede recorrer (en lancha zodiac cuando hay que realizar labores de mantenimiento), y su belleza es innegable e inmarcesible.
Y a lo mejor no es arquitectura. A lo mejor el Super- Kamiokande no es más que un mecanismo de extrema precisión y ni falta que le hace ser nada más.
Pero yo envidio a quien pueda estar bajo esa luz dorada, rodeado de las burbujas que nos pueden explicar el sentido del Universo.
Ya que algunos lo habéis preguntado, voy a intentar explicar a grandes rasgos cómo funciona el Super-K. Es decir, cómo es capaz de detectar una particula que viaja casi a la velocidad de la luz y que no tiene nada.
Estas características tan peculiares hacen que los neutrinos sean EXTREMADAMENTE DIFÍCILES de detectar.
Así que la manera de detectarlos es mediante la radiación de Cherenkov que emiten al entrar en contacto con un núcleo de agua.
Este es probablemente el último documento que se imprimió en las Torres Gemelas: el recibo de dos imanes de nevera comprados en la tienda del vestíbulo de la Torre Norte.
Se vendieron 9 MINUTOS DESPUÉS de que el primer avión impactase contra esa misma Torre Norte, 90 plantas más arriba.
La compradora fue Joanne Lipman, editora en el Wall Street Journal y, según su relato, desde el vestíbulo no se sintió ni se oyó el impacto. Solo escuchó gritos de los viandantes del exterior que, tratándose de Nueva York, podría ser cualquier accidente.
Al poco, sonaron las alarmas y los guardas de seguridad comenzaron a evacuar el vestíbulo. El proceso no fue especialmente caótico porque, en un primer momento, pensó que se trataría de cualquier aviso o incluso un simulacro ordinario.
Por cierto, Lipman formó parte del equipo del WSJ que elaboró el reportaje sobre los ataques publicado al día siguiente y que recibió el premio Pultizer.
El ticket está expuesto en el museo memorial del 11-S, junto al hueco que dejaron las Torres, y la principal razón por la que se conserva en un razonable buen estado es porque es de impresora matricial (se ven perfectamente los puntitos), y no de impresión térmica como los de ahora.
Este texto es un resumen de la introducción de "Haz fotos ahora", el décimo relato de La Pirámide del Fin del Mundo.
Con él cierro el capítulo llamado "Guerra", donde cuento que, a veces, el peor artefacto creado por el ser humano nos deja historias bellísimas.
En 1530, el papa Clemente VII coronó a este señor como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Este señor que llevaba siendo Rey de Castilla, Aragón y el resto de señoríos hispánicos desde 1516 bajo el nombre de Carlos I y que lo era de Alemania desde 1520 como Carlos V.