Hubo un hombre que diseñó coches, barcos, una nave espacial del tamaño de un planeta y estuvo a punto de construir una cúpula que cubriría medio Nueva York
Y todo eso lo hizo después de su "suicidio"
En #LaBrasaTorrijos de hoy, Bucky Fuller y la cúpula sobre Manhattan.
HILO 👇
El 27 de abril de 1967 se inauguró la Exposición Universal de Montreal. Entre los pabellones de la Expo estaba el de los Estados Unidos. Una monumental cúpula de acero y plástico acrílico que envolvía tanto el propio edificio como los árboles y la vegetación de alrededor.
Debajo de la cúpula paseaban el presidente de los USA, Lyndon B. Johnson y el diseñador de la misma, Richard Buckminster Fuller.
Estos dos señores. (El serio es Johnson y el sonriente es Fuller)
-Señor Fuller, lo que ha construido usted aquí es magnífico. Dígame, ¿qué tamaño tiene?
-Pues son 62 metros de alto por 76 metros de diámetro. Es la cúpula geodésica más grande que se levantado jamás.
-Sin embargo, con este método se podría cubrir muchísima más superficie. Tengo la completa certeza de que se podrían cubrir barrios enteros. Incluso ciudades.
-¿De veras. señor Fuller? ¿Algo tan grande?
- En efecto, señor Presidente. Tan grande como Manhattan. Quizá más.
En ese momento, con 72 años, Richard Buckminster Fuller recordó cómo era su vida 40 años atrás, una noche en la que paseaba desesperado por la orilla del Lago Michigan.
En 1927, con 32 años, Fuller era un hombre acabado. Arruinado, con una familia a la que mantener y una tragedia reciente, pues acababa de enterrar a su hija pequeña, Fuller estaba decidido a saltar al lago y acabar con su vida. Así su familia podría cobrar el seguro y sobrevivir.
Pero en ese preciso instante, tal y como contaría él mismo, una brillante esfera de luz apareció sobre la aguas y le dijo: "Tu vida no te pertenece. Tu vida pertenece al Universo".
Algo como salido de "Qué bello es vivir", la peli de Frank Capra.
El caso es que Fuller se tomó MUY en serio esa especie de epifanía y decidió sobrevivir. No solo decidió sobrevivir, sino que decidió encomendarse a una misión: cambiar el mundo. Mejorar la vida de toda la Humanidad.
Y lo hizo. Ya lo creo que lo hizo.
En las siguientes cuatro décadas, Fuller abordó TODOS los ámbitos del conocimiento. Desde el diseño industrial hasta la arquitectura y la construcción. Desde la enseñanza hasta la ecología. Siempre de la manera más eficaz y más beneficiosa para todo el mundo.
Por ejemplo, en 1933 diseñó el Dymaxion Car. Un coche con tres ruedas, capacidad para once personas, con un radio de giro cortísimo y capaz de alcanzar los 250 km/h.
(El que está de pie es Lord Norman Foster)
ATENTOS al video de la época y a la comparación con los coches de la época. El Dymaxion Car era un coche venido desde el futuro.
También ideó un sistema para representar la Tierra, el Dymaxion Map, mucho más eficaz que los habituales, pues no tenía distorsión alguna.
Además, es estéticamente bellísimo.
Pero su relación con nuestro planeta no era solo como artefacto para representar. Ya en los años 60, décadas antes de que el concepto de sostenibilidad medioambiental, Bucky Fuller ya concebía a La Tierra como un lugar precioso que debíamos conservar.
Y no es solo que Fuller adviertiese en conferencias por todo el mundo que los recursos del planeta eran limitados y que había que cuidarlos; es que acuñó un concepto FORMIDABLE. La Tierra no era un planeta, era una nave espacial: la Spaceship Earth.
En palabras de Fuller: "Todos los seres humanos viajamos en la Nave Espacial Tierra pero no somos pasajeros, somos tripulación. Y como la tripulación de cualquier gran nave, todos los seres humanos tenemos que trabajar juntos para mantener el planeta funcionando correctamente".
(Curiosamente, lo de La Tierra como nave espacial, lo llevó al extremo el escritor chino Liu Cixin en su novela "La Tierra Errante", del cual se ha hecho una peli reciente)
Con todo, y aunque no era arquitecto, por lo que Buckminster Fuller es más conocido es por sus aportaciones al mundo de la arquitectura y la construcción.
Empezando por la Dymaxion House: una casa hecha en serie, construida por compañías aeronáuticas y tan ligera que podía transportar por el aire.
La casa, diseñada en los años 20 pero construida justo despúes de la 2ª Guerra Mundial, era energéticamente hipereficiente y, entre otros avances, disponía de un baño con una ducha de vapor que permitía ducharse empleando SOLO UN VASO DE AGUA. Imaginad el ahorro.
Pero Fuller siempre quería hacer "más con menos". Por eso quiso diseñar una estructura AÚN más ligera. Y se fijó en las telas de araña, capaces de flotar en un huracán conservando su integridad estructural. Al estudiar ese diseño, alumbró el concepto de cúpula geodésica.
Para llegar a la definición última de cúpula geodésica, Fuller acuñó el concepto de TENSEGRIDAD: estructuras que permanecían estables (íntegras) CUANDO SE LAS SOMETE A TENSIÓN.
Atentos a esta flipante demostración del concepto.
Parece magia, pero solo es física.
Aquí está Fuller con una esfera de barras y cables en tensegridad.
Y aquí una pequeña esfera cuyas barras parecen flotar.
Tras estudiar a fondo la tensegridad, Bucky Fuller desarrolló la cúpula geodésica. El sistema más eficaz, más barato y más rápido capaz de cubrir la mayor superficie posible.
Y, claro, fue un éxito total.
Se estima que, desde que Fuller patentó la cúpula geodésica en 1954 hasta la actualidad, se han construido más de 200.000 cúpulas geodésicas por todo el mundo.
Como refugios de radares, como tiendas de campaña, como grandes estructuras civiles...
...como el Pabellón de USA en la Expo de Montreal, como instalaciones en Disney World Orlando e incluso como la propia casa de Fuller, donde vivió feliz junto a su esposa en Carbondale, Illinois hasta el día de su muerte, ya en 1983.
Las cúpulas geodésicas son tan famosas que Fuller dio nombre a un compuesto químico: El Fullereno.
Por cierto, lo de que una cúpula fuese tan ligera que se podía transportar en helicóptero NO lo predijeron los Simpson, pero lo usaron en su película.
Y no fue lo único en lo que se inspiraron. La propia idea de una cúpula que cubre una ciudad no es ni de los guionistas de Los Simpson ni de Stephen King, quien también la usó en su novela "Under the dome"
Porque la idea de cubrir una ciudad entera con una cúpula geodésica también era de Buckminster Fuller. Quien se planteó EN SERIO, cubrir medio Manhattan con una de sus estructuras.
Con la ayuda del arquitecto japonés Shoji Sadao, quien le había ayudado en todas sus grandes estructuras, Fuller propuso una cúpula que tuviese tres kilómetros de diámetro y que cubriría Manhattan a la altura de la calle 42.
Pero es que, además, la cúpula no sería solo una estructura, sería una membrana porosa, con un complejo sistema de paneles opacos y traslúcidos para controlar la temperatura interior y evitar el efecto invernadero que podría producirse con semejante superficie transparente.
Una cúpula transparente u opaca a voluntad, mediatizada con datos y proyecciones, capaz de controlar el clima interior y de ser energéticamente eficiente. Es puro futurismo. Es como el estadio de la película "Los juegos del hambre".
Y pese a que costaría unos 300 millones de dólares de la época, según Fuller, la cúpula sobre Manhattan sería económicamente rentable.
Como la superficie de los edificios que se encontrarían bajo la cúpula es 80 veces la superficie, las pérdidas de calor de esa zona de Nueva York se reducirían unas 80 veces. Se reduciría la necesidad energética total hasta un 20%.
En sus propias palabras: "Solo el coste de quitar la nieve bajo esa cúpula amortizaría la cúpula en tan solo diez años".
Teniendo en cuenta que en 2018, el coste de quitar la nieve de Manhattan ascendió a 96 millones de dólares, lo mismo Fuller tenía razón.
Como todos sabemos, la cúpula sobre Manhattan nunca se construyó. Pero siempre podemos visitar la Biosfera de Montreal (el nuvo nombre del Pabellón de USA en la Expo) e imaginar un futuro más eficaz, más tecnológico, tal vez mejor, pero desde luego, bellísimo.
Y sí queréis saber más de la figura de Fuller, TENÉIS que ir a la exposición "Curiosidad Radical. En la órbita de Buckminster Fuller" que está abierta en el Espacio Fundación Telefónica, porque es una pasada.
Aquí está toda la información: espacio.fundaciontelefonica.com/evento/curiosi…
La exposición va a estar abierta hasta marzo, con aforo reducido y todas las medidas de seguridad. Yo estuve el otro día y de verdad que es increible. Vais a ver documentos inéditos, maquetas, fotos, videos y cacharros de todo tipo.
Os lo vais a pasar genial.
Y con estas cuatro fotos que resumen muy bien el episodio de hoy, vamos a despedirnos Fuller, del coche Dymaxion, de las cúpulas geodésicas y de #LaBrasaTorrijos de hoy.
Si os ha gustado, hacedme RTs, FAVs, follows o compradme una casa que se pueda llevar en helicóptero!
Nos vemos en un nuevo capítulo el próximo jueves a la misma hora.
Si queréis conocer más territorios improbables, todos los episodios de #LaBrasaTorrijos están archivados en mi tuit fijado, que es este hilo de hilos de hilos:
Las imágenes del capítulo de hoy son de *toma aire*:
Getty, Estate of R. Buckminster Fuller, McGill, Fundación Telefónica, James Acland, Ralf Roletschek, Betacommand, Nigel Young, Buckminster Fuller Institute, Foster+Partners, Arqueología del Futuro...
... Robert Snyder (video), Zenvision, China Film Group Corp., Amblin Entertainment, 20th Century Studios, Walt Disney Company, Ben Gelm, g0gette, NASA, Liberty Films y Lions Gate Entertainment.
(Fin del HILO ✈️🏡🗺🤓)️
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Esa era la frase que corría por los vecinos de Granadilla a principios de los 60, cuando las aguas del nuevo embalse de Gabriel y Galán comenzaron a subir por la ladera hacia el promontorio donde se levantaba el pueblo.
En 1980, Patrimonio Artístico comunicó al arquitecto José María García de Paredes un encargo esencial para la historia de España.
Solo había una condición: debía mantenerlo en absoluto secreto, porque NADIE PODÍA SABER que el "Guernica" volvía al país.
Esta es la historia:
"Querido amigo, es nuestro deseo encargarte el proyecto y realización del montaje para su exposición del Guernica de Picasso en el Casón del Buen Retiro". Así rezaba la carta que Javier Tusell, Director General de Patrimonio Artístico, envío a García de Paredes. Y añadía:
"Solo el director del Museo del Prado y un corto número de colaboradores míos saben este propósito nuestro, que seas tú la persona para llevar a cabo este tema".
Tal y como había pedido el propio Picasso cuando colgó el cuadro en el MoMA, su obra maestra regresaría a España en el momento en que se instaurase la democracia. Habían pasado dos años desde el referendum de la Constitución y el gobierno consideró que ya había llegado el momento del regreso.
Pero la España de 1980 era aún un país muy convulso y en Patrimonio Artístico sabían que el Guernica no podía exponerse como si fuese cualquier otro cuadro porque, desde luego, no era otro cuadro cualquiera.
Por eso, el encargo era bastante específico: construir una urna que protegiera al Guernica de posibles ataques en su nueva localización del Casón del Buen Retiro. Una estructura que resguardase el cuadro pero que a la vez permitiera verlo sin reflejos ni distorsiones.
Y García de Paredes diseñó un objeto FORMIDABLE: un joyero levemente inclinado para evitar los reflejos pero cuyos vidrios podrían resistir hasta el lanzamiento de un granada.
Como esos vidrios pesaban un quintal la urna se sujetaba por una estructura de acero sobre dos peanas de hormigón (estructura calculada, por cierto, por una jovencísima Ángela García de Paredes).
Y sin embargo, pese al canto y al grosor que necesitaba, esa estructura apenas se aprecia y, cuando se ve, sirve para enmarcar un cuadro que se exponía desnudo.
Y allí, al fondo de una sala, suspendido, casi flotando bajo fresco del Toisón de Oro de Lucas Jordán, el Guernica se convirtió, otra vez, en historia de España.
Esta es solo una de las historias que contamos en el último episodio de "Cómo suena un edificio" el podcast del @museoico que me encargo de dirigir y presentar.
Se llama "La atmósfera y la matemática" y es quizá el mejor que hemos hecho.
El Hotel Belvedere, en Suiza, es uno de los edificios más fotogénicos del mundo.
En medio de una carretera alpina, parece de una peli de Wes Anderson y, sin embargo, está cerrado y abandonado por culpa del coche y del cambio climático.
Esta es la historia: en 1882, el empresario Josef Seiler construyó una pequeña posada en una horquilla de la recién abierta carretera del Furka Pass, en los Alpes Suizos.
La carretera era cada vez más transitada, así que Seiler amplió varias veces la posada hasta que, en 1907, se convirtió en un hotel con 90 habitaciones. Lo llamó "Hotel Belvedere".
En esa época, el hotel era básicamente un establecimiento de lujo donde paraba la alta sociedad, entre otras cosas, para acercarse al glaciar del Ródano, que estaba a apenas unos cientos de metros de la carretera.
Con la popularización del alpinismo, el Hotel Belvedere vivió sus momentos de mayor gloria, pero, sin embargo, su declive no tardó en llegar. Tras la 2ª Guerra Mundial, la modernización del coche privado, que permitía cruzar los Alpes en un solo día e incluso menos sin necesidad de hacer paradas para dormir, comenzó a hacer que el Belvedere perdiese atractivo.
Su aparición en "Goldfinger", la peli de James Bond del 64, insufló una cierta nueva vida en el Belvedere, pero no fue suficiente porque, para los años 70, el glaciar se había retirado más de un kilómetro de la carretera y las vistas desde el edificio eran mucho menos espectaculares.
En vista de la cada vez mayor ausencia de huéspedes, el hotel se cerró en 1980. En 1988 se restauró y volvió a abrirse y, a partir de 2010, encontró un cierto revival precisamente gracias a lo instagrameable que es su imagen.
Pero no parece haber sido suficiente. En 2015, el Belvedere volvió a cerrar y ahora solo es un resto abandonado de cuando la montaña era un lugar al que ir y no un decorado por el que pasar a toda velocidad.
Cuando el Chrysler Building coronó su estructura, ningún periodista estaba allí para contarlo. Todos sabían que había fracasado en la carrera por ser el edificio más alto del mundo.
No podemos recuperar las vidas que se han perdido en la DANA. Por eso, yo creo que ahora habría que concentrarse en evitar que la tragedia se repita.
Para ello, lo suyo sería actuar en tres ámbitos:
Urbanismo, ingeniería y narrativa.
¿Cómo lo hacemos?
🧵⤵️
(Disclaimer: posiblemente, lo que vais a leer ya lo hayáis leído en otros hilos u otros lado, pero igual es interesante recopilarlo de algún modo, que es lo que yo hago en este hilo).
URBANISMO.
Estos formidables mapas de @esme_mys nos enseñan las zonas inundables de la zona afectada (Horta Sud) superpuestos sobre el plano de los municipios desde 1956 hasta 2024.
Como se ve, en 1956, las áreas inundables eran esencialmente huertas.