Imagínate que eres la directora general de una empresa gigantesca.
Y que estás casada con un pintor, un artista.
Y un día decides que para una negociación vaya tu marido, en calidad de marido, a negociar con otra empresa grande.
Y que estás casada con un pintor, un artista.
Y un día decides que para una negociación vaya tu marido, en calidad de marido, a negociar con otra empresa grande.
Es obvio que el supuesto marido no tiene vela en el entierro, que los socios no lo nombraron, que no lo nombró la empresa.
Es más, le habías ofrecido un puesto honorario en tu empresa para que pudiera representarla en algunas negociaciones, y él se negó a asumir dicho puesto honorario.
Él es un pintor, no un representante de la empresa.
Él es un pintor, no un representante de la empresa.
Pues eso es lo que está haciendo López, y la señora "de López Obrador" como se firma.
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