1) Hoy vamos a hablar acerca de un novato pelotero mexicano que se bajó por distracción de un tren de pasajeros para jugar 3 partidos con el equipo equivocado... esta historia es asombrosa por ser tan romántica, rural, ingenua, sensacional... tan espectacular que de primera
2) intención, se cree a medias. En octubre de 1960, la Liga Mexicana del Pacífico, comenzaba su actividad. Entre tanto, en uno de aquellos antiguos y cansados ferrocarriles de pasajeros de rodar lento y despachar humo, trenes que silban en cuanta estación veían al paso, viajaba
3) procedente de Chihuahua, un jovencito con sueños y deseos de ser estrella de beisbol. A los 21 años, era su primera experiencia en un viaje de tantas horas. Su carácter introvertido, muy poco comunicativo, callado la mayor parte del tiempo, le hizo sentir aún más pesado el
4) recorrido. La máquina y su ristra de vagones se detenían en todas las estaciones para dejar y recoger pasajeros, y para que las calderas tragaran agua. Estación San Juanito... Estación Greel... La Bufa... San Ignacio... La Fuente... San Blas... Los Mochis... Huatabampo...
5) Navojoa... Obregón... El muchacho, Héctor Espino, tenía pasaje para 21 paradas, hasta Hermosillo, donde lo esperaban los Naranjeros a fin que firmara su primer contrato para jugar beisbol profesional. Pero en la escala de Obregón, todavía a más de 270 km de su destino y no se
6) sabe por qué razón, creyó haber llegado. Se confundió y descendió al andén con su equipaje. Hizo un gran esfuerzo para vencer la timidez y preguntó como llegar al stadium de beisbol. Dijo entonces: “Es que soy pelotero, ve usted? Y vengo a jugar con el club de aquí”. Un
7) fanático entusiasmado le ofreció conducirlo hasta las oficinas del club. Y lo llevó! Los dirigentes del equipo, Yaquis de Obregón, le preguntaron extrañados ya en el stadium: “Quién eres y cómo te llamas?”, porque no esperaban a ningún jugador nuevo. Pero llamó la atención que
8) viniera desde Chihuahua, y también por su juventud y gran fortaleza física. Además, necesitaban peloteros y le dijeron: “Está bien, jovencito. Te vamos a firmar”. Al día siguiente, ya estaba uniformado y, en el line up. Esa misma noche sacó su primer jonrón en esa Liga...
9) Pero claro, en Hermosillo estaban de lo más angustiados porque no les llegaba el muchacho que esperaban y que estaban siguiendo hace tiempo los Naranjeros de Hermosillo y comenzaron a averiguar, hasta que lo encontraron, después que ya había aparecido en 3 encuentros con ese
10) equipo, Los Yaquis de Obregón. Se lo llevaron inmediatamente para vestirlo de Naranjero, por supuesto. Hoy día, éste tipo de curiosidades no pasa, con la buena organización y los controles de peloteros de la Liga Mexicana del Pacífico, los drafts, etc. Pero, estamos hablando
11) de 1960 (hace 60 años!). Después de aquel jonrón inicial con los Yaquis, Héctor disparó 9 más con los Naranjeros y fue el líder de la temporada, 60-61. El primero de 7 campeonatos de la especialidad que ganó allí, incluidos los 26 de su mejor campaña, 1972-73. En total, dejó
12) el récord de 310 jonrones, 330 de average y 1120 empujadas. Dos años después del histórico viaje en el tren de Chihuahua-Hermosillo, debutó Espino en la Liga Mexicana (AAA) de Verano con los Sultanes de Monterrey,y tuvo totales de 413 jonrones, 335 de average y 1573 empujadas
13) en 2388 juegos de 23 temporadas, entre 1962 y 1984. El periodista e historiador, Juan Vené, le preguntó a Héctor Espino en una ocasión por esa situación del tren, y le respondió: “Si, es cierto... cuando me uniformé fue que me dí cuenta que estaba en otra ciudad diferente a
14) Hermosillo. Pero, ya era tarde! Tuve que jugar... me daba pena echarme para atrás! Qué tonto era yo cuando chamaco, verdad?”. Según su carrera, no parece que fuera nada de tonto, Héctor Espino, a quien se considera el “mejor pelotero en la historia de México”. Héctor, no
15) llegó a jugar en Grandes Ligas, porque siendo integrante de los Sultanes de Monterrey, lo firmó el cubano, Bobby Maduro, entonces scout de los Cardenales de San Luis. Pero, el bono de 30 mil dólares lo cobró el propietario del equipo regiomontano y supuestamente, nunca quiso
16) darle a Héctor el 50% que él pedía. Así le contó a Vené, Héctor y lo corroboró Maduro. Por eso, después de una corta pasantía en las menores con el club Triple A de Jacksonville, regresó a México. Días después, Maduro le ofreció a Espino los 30 mil dólares que el dueño de los
17) había devuelto. Y, Espino ya no estaba interesado. Finalmente, Espino regresó a los Sultanes de Monterrey y solía evitar comentarios sobre el tema y decía: “No me hablen de eso. Fue un trago muy desagradable para mí”. Espino, murió en Monterrey el 7 de septiembre de 1997, a
18) los 58 años. Una bellísima persona y una superestrella. Es historia, amigos. Fuentes: Las Mejores anécdota del Beisbol por Juan Vené. Cinco mil años de Beisbol por Juan Vené. La Otra Historia por Arturo León Lerma.
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