Si alguien tiene claro que cometió un error, un gran error, al aceptar la postulación como diputado suplente en su natal estado Bolívar, es @rubenoszki. El año pasado lo conversamos. Sin entrar en profundidades en una entrevista de TV en la Alfombra Roja de @PanamSports.
Luego, en la cena, compartimos mesa. Fue un honor para mí, y pudimos conversar tranquilos. Es un hombre que reconoce sus fallas. Admite que esa decisión lo desvió del deporte que ama y que fue su motivación para aceptar ser diputado del PSUV.
No se incorporó, su distanciamiento ocurrió pronto y abandonó su responsabilidad, él lo sabe. Su razón es que no quiso seguir siendo parte y optó por seguir en lo suyo, la esgrima. Había existido una promesa de apoyo para desarrollar la disciplina, compromiso que no se cumplió.
El año pasado, en los Juegos Panamericanos, Rubén Limardo alzó su voz para denunciar el trato negligente que recibieron los atletas por parte del ministerio del deporte. Enfrentó a Pedro Infante. También ganó Oro pese al apoyo casi nulo que recibió en su preparación, como otros.
Rubén Limardo se equivocó. Rubén se equivocó tanto, que vale recordar que el Oro que ganó en Londres en 2012 lo consiguió gracias a su esfuerzo y el de su familia. Vale recordar también que en aquella ocasión le dedicó su medalla a TODA Venezuela. Su nexo con Chávez fue después.
Como en todos los regímenes como el de Chávez, que continuó Maduro, como eran los soviéticos o como son los cubanos o chinos, como lo hizo el nazismo, y Alemania Oriental, los atletas son usados como instrumentos de propaganda. El error de Rubén fue convertirse en eso.
Él está muy claro en que se equivocó y lo reconoce, y sabe también que hay quienes perdonan y quienes que no. Sigue entrenando para representar a toda Venezuela en Tokio. Espero celebrar otra medalla, como lo hice cuando ganó en 2012 y en 2019. 
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