Thread by @osofronio

La Parábola del Chairo Arrepentido
Divertimento Cómico Mágico Musical Danés
Leer al ritmo de la Sinfonía #1 en sol menor de Carl August Nielsen
Amanecía en Copenhague, y los pájaros trinaban en el Palacio Imperial, el empeorador Anders Persille I abrió sus imperiales
(Hilo Frío)

ojos y sobresaltado se dirigió a la emperatriz Helga Büller, dama de origen teutón con la que habíia contraido matrimonio después de la muerte de la original emperatiz de Dinamarca. Fruto del matrimonio con Helga nació un heredero Llamado Lars Ernst, apodado por los
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leales súbditos del monarca como “El Kransekage”, pastel muy popular en el país nórdico.
-Helga, tuve un extraño sueño, era morenarca de un país bananero llamado Pejetitlán, los súbditos me odiaban y me decían el “Poop” (palabra no traducida por no ofender el casto
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oido pejetitlanés).
Encabezaba un movimiento llamado la Quinta Transa en Formación y pretendíamos tener una vida como de salón de baile vienés, en un corralón apartado en aquellas tierras inhóspitas, con música de un compositor local llamado Johannes Gabriel.
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Espantoso Querida mía, el tercer mundo queriendo ser como el primero.
_ No te preocupes amado mío, contestó la aludida, es sólo un sueño, empezando con el ridículo nombre del movimiento que ecabezabas. Hay que despertar a nuestro querido “Kranse” (de cariño) y desayunar
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unos Tlacoyansk con arenque ahumado y vino de la península Nórdica. Para que luego te prepares para tu alocución al pueblo, por el segundo aniversario de tu coronación.
Dejemos a los empeoradores en su íntimo diálogo, y pasemos a la vida cotidiana del pueblo danés. Los aldeanos
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de esa comunidad estaban absortos en cuchichear acerca del fracaso del morenarca al tratar de habilitar un ferrocarril que uniera el territorio danés, visitando sus ruinas históricas, Tulumsbrugh, Akumalhagen y otras más con sus esplédidas pirámides estilo Luis XIV.
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Dicho tren estaba retrasado porque los aldeanos que eran muy buenos para criar vacas, no sabían de autoconstrucción de trenes, y las compras de materiales estaban detenidas, ya que se había encontrado un peculado de uno de los hermanos del emperador encargado de la obra.
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Un dolor de cabeza para el morenarca era el sistema de salud en Dinamarca, por más esfuerzos que hacían para igualarlo con el de un país llamado México, famoso por su Instituto de Salud llamado el QUIENSABI. El territorio, como el resto del mundo se encontraba asediado por
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una epidemia de un mal llamado vulgarmente, Las Cacas Locas. Los hospitales se encontraban rebasados, los medicamentos escaseaban, los políticos hacían su agosto con la desgracia del pueblo, qué diferencia con el facultativo Gran Tell que domaba pandemias a diestra y
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sinestra en México.
Mandó llamar a su mano derecha, el conde Soren Ebrardsen, hombre multifacético que lo mismo compraba tanques para agua, que vacunas para el mal que los aquejaba. Y le ordenó que comprara unas vacunas producidas en otro país pero que necesitaban mantenerse
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frías, problema que ya había resuelto con guardarlas en la cama de su esposa, gélido lugar.
Hizo venir a su paje Hans Ram Irez, para que le preparara unas láminas para la fiesta de coronación, con la cantidad de fallecidos disminuida para no causar pánico, y que le pidiera
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a Soren Egetraedo que era el organizador oficial de pachangas que estuviera lista la cena de aniversario. Este individuo al mismo tiempo funcionaba (Es un decir) como encargado del sistema de salud, en lo que no era tan eficiente, pero no se puede ser experto en todo, y
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las fiestas eran más divertidas.
Estaba Anders Persille muy contento organizando su homenaje cuando recordó que no había escrito un discurso alusivo a la fecha, se dirigió a su archivero estilo Reina Britt y sacó el discurso que dió cuando inauguró una cárcel, le cambió la
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fecha y lo dejó sobre el púlpito, perdón, sobre el podium.
Dejaremos al Empeorador sumido en sus tribulaciones, mientras pastoreo a las vacas, hago los quesos y preparo trenzas danesas, ¡cómo extraño el monasterio en Pejetitlán, y a mi santo y abnegado abad de los cocoles.
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