¿Por qué no se ha hablado en estos meses de la ivermectina?. Fácil, los algoritmos de algunas RRSS (Facebook e Instagram entre otras) han bloqueado las publicaciones que hablaban de ella.
Muchos buscadores de publicaciones médicas también. Se ve que los sanitarios no tenemos criterio para leer un estudio que nos los tienen que seleccionar y censurar. Así por ejemplo, en Medscape ahora mismo buscamos ivermectin y COVID, vaya solo 8 entradas y la primera 
el artículo de Australia de Abril donde se evidenciaba la efectividad de la ivermectina y suponían (no hablamos de evidencia), que la dosis a emplear debería ser tan alta que no era una opción viable. A raíz de esto la OMS y diversas administraciones desaconsejan su uso
Y solicitan a medios de prensa y RRSS que censuren cualquier publicación sobre este tema. OJO, no hablamos de publicaciones de opinión, hablamos de publicaciones médicas de interés general.
Todo esto ha hecho que, especialmente en España donde este principio activo no está disponible y que los sanitarios de medicina humana apenas conocen, desconfíen de cualquier información acerca de la ivermectina.
Fármaco que en cambio en otras latitudes se emplea en el control de la malaria, para tratar procesos parasitarios (oncocercosis, estrongiloidosis, filariosis), pero también múltiples virus (Zika, dengue o fiebre amarilla por ejemplo).
Y ahora, 8 meses y 50 estudios después, resulta que todos los protocolos usan dosis profilácticas y de tratamiento temprano iguales a las que se usarían en un niño de pocos meses con piojos con total seguridad pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31344258/
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