Thread by @icevainillaice

A 5 años de la muerte del mas grande artista pop de la segunda mitad del siglo XX repasamos sus discos del peor al mejor. #BowieForever #fiveyears

25. Never let me down (1987), del que poco se puede sacar. Superficial e intrascendente. Solo lo salva un poco el homenaje a Lennon

24. “hours...” (1999). Con muchos momentos de sonido pasteurizado en baladas para adultos. Las buenas melodías se pierden ante la falta de riesgo. Me quedo con el instrumental Brillant adventure. Como con el anterior, estos discos provocaron posteriores giros interesantes

23. Tonight (1984). Lo que quiso ser el sucesor de Let’s Dance terminó siendo un pastiche mediocre con dos covers pasteurizados de canciones que le había producido a Iggy Pop en Berlín. Y la interesante Loving the Alíen de la qué hay que escuchar la versión del Reality Tour.

22. Reality (2003). La segunda parte de Heathen muestra menos sensibilidad pop que su predecesor. Algo más frío, se salvan los covers de Harrison y Richman, la jazzera Bring me the Disco King que debió integrar discos de una década atrás y la íntima The Loneliest Guy

21. Pin Ups (1973). Un disco de covers de los 60 en versiones glam. Son interesantes la relectura de la deformidad de See Emily Play del Floyd de Barret, la de Friday on my mind y algunas versiones ralentizadas para darles la forma del típico glam rock que preanuncian el punk.

20. Diamond Dogs (1974). La despedida del glam con un himno eterno: Rebel Rebel. Sweet Thing trae algo de Jacques Brel. Pero no mucho más. Falta Mick Ronson y la fórmula suena gastada. Como siempre Bowie se da cuenta y se va Los Ángeles a buscar nuevos sonidos.

19. David Bowie (1967). Su primer disco expone su personalidad y su humor. Con aires del dramatismo teatral que desarrollará en su carrera y con un sonido orquestal, canciones como Rubber Band y Love you till Tuesday podrían estar incluidas en cualquier disco de The Divine Comedy

18. Black Tie, White Noise (1993). La madurez de los 90, vino con Nile Rodgers y un disco soul-funky-jazzy. Es más una adaptación a la vanguardia que una innovación. Pero hay aportes interesantes como en Pallas Athena, el hit Jump The Say y el free jazz de Song for Lester.

17. Outside (1995). El último trabajo con Eno es un paseo por la música industrial que nos deja su mejor canción de los 90: Hallo Spaceboy (la versión con Foo Fighters es terrible) y otras con sonidos oscuros como Filthy Lessons y la climática The Motel. Pero no mucho más.

16. Space Oddity (1969). Un disco con altibajos en el que sobresale la inigualable Space Oddity y perlas existencialistas como la hipnótica Memory of a Free Festival, la orquestal Wild Eyed Boy forma Freecloud y el in crescendo de esa joya subvaluada que es Cygnet Committee

15. Earthling (1997). El disco de drum’n’bass y jungle que vino a presentar a Ferro y con el que festejó los 50 es una relectura de las vanguardias de la época: Chemical Brothers y Aphex Twin. Little Wonder, Britain y Afraid of Americans son lo mejor de su mejor disco de los 90.

14. Let’s Dance (1983). El disco que lo llevó a la masividad con canciones perfectas como Modern Love y Let’s Dance y una versión más pop que la de Iggy en Berlín de China Girl. Pero los intentos de emular este éxito lo llevó a desastres (puestos 25 y 23 de esta lista)

13. The Next Day (2013) es el inesperado retorno con un disco de la madurez, a los 67 años, que hace una relectura genuina y novedosa de su carrera, en tiempos de autoplagios. Impecable Where are we now? Y genial Dirty Boys, un blend entre Tom Waits y la No Wave de NY. Y la tapa

12. Young Americans (1975). Bye Glam, Hello Soul. El disco americano en el que con Lennon hacen Fame: un funk pegadizo que anticipa a Prince. Young Americans y Across the universe son una bocanada de aire fresco pese a que hoy el resto del disco puede sonar un poco forzado.

11. The man who sold the world (1970) es el primer disco con las guitarras de Mick Ronson. Aunque coquetea con el hard rock, los mejores momentos son aquellos en los que preanuncia la teatralidad glam como en Width of a circle, All the Madmen y The man who sold the world

10. Aladdin Sane (1973) es la continuidad Ziggy Stardust, aunque va un pocos más allá, con juegos con la teatralidad (Time) el doo wop (Prettiest Star) el jazz (Aladdin Sane) y el glam clásico (Drive on Saturday) de guitarras más duras (Jean Genie y Cracked Actor). Un esencial.

9. Blackstar (2016) es el opus final. Un epitafio reflexivo y provocador, con relatos sobre la inmortalidad (Lazarus), innovaciones con la vanguardia del free jazz neoyorquino (Sue y Pity) y una emotiva nota de despedida (I can’t vive everything away). Inolvidable. Gracias.

8. Heathen (2002) es el mejor disco de su madurez. De vuelta con Tony Visconti es una síntesis de su carrera: con atmósferas oscuras (Sunday, Slave), emotividad (Slip away, Says Hi) coqueteos noventosos (Afraid, Gémini, Better future) todo mezclado con texturas electrónicas. Gol

7. Station to Station (1976) es el disco de transición del soul de Filadelfia (Golden Years, TVC15) y el funk más rockero (Stay) a Berlín (el perfecto Station to Station). Pero que transición! Con gemas como Word on a Wing y la versión crooner emotiva de Wild is the Wind. Un 10

6. Lodger (1979) es el subvalorado final de la trilogía de Berlín. Con Eno experimentando ritmos orientales y africanos (cómo con Talking Heads), el disco tiene joyas como Boys Keep Swinging, Look Back in Anger, Fantastic Voyage, Red Sails y Repetition. Casi Perfecto

5. Scary Monsters (1980) es su último gran álbum, un puente a los 80 (el funky Fashion), que va desde la cruda Scary Monsters y los juegos con el synth pop (You’re Young) a la perfección de Ashes to Ashes. Es la culminación pop, desinhibida y fresca de una década brillante de DB.

4. Hunky Dory (1971) es el primer gran disco de DB. Un caleidoscopio que inaugura la vanguardia pop de los 70 con Changes, Pretty Things, la emotiva Life on Mars?, la velvetiana Queen Bitch, la existencial Quicksand (busquen la versión con Robert Smith). El principio de todo

3. Héroes (1977) es la segunda entrega, con Eno y Fripp de Berlín. Con el himno que le da nombre al disco, oscuro y lleno de energía, en el perfecto lado A sobresalen Joe The Lion, Blackout, y la hipnótica Sons of a Silent Age. El ambient del lado B es sencillamente sobrecogedor

2. Ziggy Stardust (1972) es la gema del glam. Desde la emotiva Five Years a la despedida en R’n’R Suicide todo es perfecto. De la energía de Ziggy y Moonage a la dulzura Starman y Soul Love y la oscuridad de Lady Stardust, lo mejor del disco es toda su coherencia. Icónico

1. Low (1977) es el extasis de la experimentación. El lado A es un blend denso de krautrock y pop vanguardista con sobregrabaciones y colchones de sintetizadores disonantes. El lado B le agrega sentidos a las atmosferas del ambient. Una obra inigualable, inesperada y vigente.