LA REVOLUCIÓN DEL CORAZÓN
Los milagros de Jesús nacen de su corazón compasivo. No son, algo así como una “estrategia pastoral” para captar seguidores y hacer conocido su mensaje.
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Todo nace en la ternura de su vida interior. Por eso, al ver a la gente con hambre, pide a sus discípulos que hagan algo.
Ellos, por su lado, no parten como Jesús de la compasión, sino del cálculo efectivo: no hay un lugar dónde conseguir pan para tanta gente. Son dos lógicas, a veces complementarias, pero siempre diferentes. Una, la del corazón, otra, la de la razón.
En la lógica del reino, el corazón moviliza la razón; la compasión, la capacidad económica; y la ternura, acciones concretas de misericordia y solidaridad. El Evangelio es una revolución del corazón.
FE GRANDE, AUNQUE DISTINTA
Sucedió en la región de Tiro, en un territorio de frontera. Al otro lado, una cultura diferente y una fe distinta. Allí Jesús recibió a una mujer que se arrojó a sus pies para suplicarle que sanara a su hija.
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Jesus, educado en la tradición de su pueblo, se disculpó diciéndole que sus milagros eran primero para los enfermos de Israel.
Pero ella insistió, con paciencia e insistencia (era de tenerle paciencia a este Jesus tan judio) hasta lograr dos milagros: la sanidad de su hijita y que Jesus ampliara la perspectiva de su labor misionera.
HASTA EN LAS MEJORES FAMILIAS
Jesús fue un incomprendido. Ni siquiera en el círculo de su propia familia percibieron el significado de su Misión. Sus familiares creyeron que estaba “fuera de sí”, mientras que los maestros religiosos dijeron que estaba endemoniado.
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Si por su familia hubiese sido, Jesús no habría tomado las decisiones que tomó, ni hecho todo lo que el Padre le había pedido. La contradicción existía, y de ella dan cuenta los Evangelios, entre la voluntad de la familia y la de Dios.
Estas dos voluntades eran antagónicas para el caso de Jesús. Él, libre de complejos religiosos y de ataduras culturales, optó por la segunda.
PORQUE LO QUE IMPORTA ES LA VIDA DE TODAS LAS PERSONAS.
Puede ser que hoy, en el contexto de la pandemia, lo evangélicos podamos pensar mejor cuál es el sentido de elegir a los gobernantes y participar como colectivo religioso en las contiendas electorales. Sigue hilo👇🏼
No votamos por candidatos(as) para que apoyen las causas particulares de lo que nosotros creemos y desmientan lo que creen los “adversarios de la fe” (o de quienes creemos que desacatan las leyes del Señor). 👇🏼
El deber de los gobernantes, evanglicos o no, es defender la vida (de todas las personas), buscar la justicia (para todas las personas), procurar la convivencia armónica (con todas las personas) y regular los derechos que nos vinculan entre sí.