Desde hace como 10 años hay sobre oferta de m2 de oficina, después del sismo de 2017 se vaciaron más edificios, con el sharing economy liberaron más m2. Para que se den una idea, los m2 de oficinas vacías en CDMX en 2019 eran iguales a los m2 de oficinas existentes en Monterrey.
Con la pandemia, que durará por lo menos una década en su primera etapa más crítica, se liberarán hasta el 90% de las oficinas existentes y lo que antes era común como el coworking quedará completamente en desuso, con lo cual desaparecerán al rededor del 97% de las oficinas.
La pregunta es: qué hacer con todos esos m2. En el centro histórico, todo ese excedente de oficinas y viviendas que ya no se usan se volvieron bodegas. Convirtiéndose en un riesgo en caso de sismo. Porque la carga viva de una oficina es diferente a la de una vivienda o bodega.
Los servicios como agua, drenaje, energía electrica son completamente distintos entre una oficina y una vivienda. No sólo es transformar el espacio interior, si no toda la infraestructura en el municipio o alcaldía, aparte del cambio de uso de suelo.
Por otro lado el aire acondicionado entre otros factores que hace décadas la OMS en 1982 lo catalogó como Síndrome de los Edificios Enfermos, creando múltiples enfermedades respiratorias hasta la muerte por los sistemas de aire acondicionado en los edificios, entre otros factores
La interrogante queda allí, tal vez se queden abandonados, pero también pueden volverse espacios públicos, parques temáticos en cada piso, huertos urbanos, centros de suministro, droneports, etc. Queda abierta la pregunta.
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