A veces por la mañanas, al preparar el café, mira el reloj y recuerda que a esa hora tocaba el timbre y él abría la puerta para recibirla. Sólo aprieta la mano y se detiene firmemente de la barra de la cocina para resistir un día más sin ella.’
‘A veces despierta de noche, su pierna la busca bajo las sábanas, estira el brazo aún para abrazarla y en momentos la habitación huele a su perfume, pero la cama está vacía y las sábanas son un desierto.’
‘A veces la recuerda al pasar por su restaurante favorito, imagina verla detrás del gran cristal sentada junto a él, sonriente, frente a la barra del teppanyaki.’