El morrón es uno de los vegetales que abundan en ferias y puestos durante el verano, pero llegado el invierno dispara su precio —hasta un 1000 %. Lo mejor y más sabio es conservarlo durante el verano.
Hay muchas formas de conservarlos —procesarlo y congelarlo, preparar conservas con vinagre, secar al sol o preparar esta deliciosa y muy fácil mermelada de nuestro libro #CONSERVAS. Un clásico que preparamos cada verano y muchos a los que convidamos se siguen sorprendiendo.
Ingredientes: 1⁄2 kg de morrones, 250 g de azúcar, 250 ml de agua y 2 cdtas. de vinagre. 🫑
Los morrones finamente cortados —tipo brunoise— se cocinan con la mitad de su peso en azúcar y la misma cantidad de agua, con unas gotas de jugo de limón o un chorrito de vinagre, hasta que estén transparentes y el líquido se haya transformado en un almíbar de hilo fuerte.
Se pueden agregar las especias que se prefieran. Se envasa en frascos —colocando todo el morrón y luego completando con algo de almíbar— y se esteriliza*.
Esta mermelada o confitura es ideal para quesos tipo brie o camembert, fiambres fríos, platos con aves y hasta tostadas del desayuno.
Uno tiende a pensar —cuando la prueba por primera vez— que esta mermelada es el estado natural del morrón, porque es realmente deliciosa.
*Los frascos completos hasta 1 cm antes del borde y bien tapados se colocan en una olla grande, separados del fondo con cartón o tela (por ejemplo una servilleta o repasador limpio) y se cubren con agua.
Se lleva la olla al fuego y se hierve por 30 minutos. Luego de fríos las tapas deben haberse hundido por el vacío. Se guardan en alacenas o despensas frescas y secas. Una vez abierto, los frascos van a la heladera.
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¿Qué plantar en febrero? Mientras cosechamos tomates a buen ritmo y vemos como maduran los zapallos y choclos, vamos preparando los plantines del otoño, ya que el verano entra en su recta final.
Hacemos almácigos protegidos del sol para los cultivos de hoja -acelgas, lechugas, espinacas, repollos y rúculas- , de tallo -el puerro y el apio-, de flor -coliflor y el brócoli-, y también sembramos de forma directa las raíces, bulbos y tubérculos -nabos, cebollas, papas.
En esta época, por el calor y humedad, las hojas de las tomateras y cucurbitas son afectadas por hongos -mildiu, oídio- que los combatimos pulverizándo con biopreparados fungicidas: decocción de cola de caballo, infusión de manzanilla o agua con leche descremada (1/5).