1. Si tuviese que resumir una guerra que cumple 10 años, en diez imágenes, serían éstas.
Un padre refugiado sirio besa a su hija en la frontera entre Grecia y Macedonia. 2015.
Yannis Behrakis.
2. Una niña herida, recostada sobre el cuerpo de su hermana pequeña muerta, espera a ser rescatada de entre los escombros de su vivienda tras un bombardeo en Khan Sheikon, Siria. Febrero, 2019. Anas Diab.
3. Cuando dejas de ser madre.
Saqba, Siria, mayo de 2018.
Las bombas. @badramamet
4. Lo más valioso cabe en una maleta.
Escapando de Ghouta, Siria, marzo de 2018.
Omar Sanadiki
5. Cuando cultivas semillas en una azotea. En mitad de la mierda de la guerra. Siria. #Resiliencia @amer_almohibany
6. Una vivienda destrozada por una bomba.
Una niña que trata de evitar que su hermana bebé caiga al vacío.
Un padre roto que se lleva las manos a la cabeza.
Idlib, 2019.
No sobrevivió ninguna de las tres hermanas (Riham, 5 años; Rawan, 3 años, y Tuka, 7 meses. Tampoco la madre).
7. Una refugiada siria con su hija en brazos llega a una playa de Grecia, tras salvar de milagro el mar Egeo.
El contraste, brutal. 2015. Giorgos Moutafis.
8. Malditas, malditas guerras y los que se lucran con ellas.
Omar Haj Kadour.
9. No. No es una mirada normal la de los niños refugiados. Se te parte algo por dentro. Sabes que ha dejado de ser niño, hace la hostia de tiempo. Y no te atreves a preguntar nada más, porque no quieres asomarte al abismo. Siria. Foto Aaref Watad
10. Un padre sirio besa a sus hijas a través de la valla de un campo de refugiados en Nicosia. 2017.
Foto Yannis Koutoglou.
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Siempre he creído que hay una distancia entre hacer las cosas bien, y hacer las cosas con corazón.
Y que esa distancia, de alguna manera, marca una infinita diferencia.
Es esa sutil diferencia entre trabajar bien, y trabajar con corazón, lo que lo cambia todo.
Ken dormía cada noche con la fotografía de su mujer fallecida, Ada.
Hasta que una cuidadora de la Residencia de Thistleton Lodge, le dio una sorpresa a este veterano de guerra de 94 años.
No sé si me explico. Lo que creo que hace que este planetita siga dando vueltas es esa diferencia entre hacer las cosas bien, y hacerlas muy bien, y con corazón.
1. Hay algunas fotos, de esas en blanco y negro, viejas, que tienen todo un mundo dentro, para bien, pero también para mal.
Aquí os comento varias de ellas que me impactan.
Va hilo.
2. Ya la conocéis, de sobra, un médico francés invidente, Albert-andré Nast, utiliza su oído en lugar del estetoscopio.
Thomas McVoy. 1953.
3. Un niño japonés, con su hermano pequeño muerto en la espalda, espera turno para el crematorio.
Nagasaki, 1945. Joe O'Donnell.
La definición de la bestialidad e inhumanidad de las guerras.
1. Una niña herida, recostada sobre el cuerpo de su hermana pequeña muerta, espera a ser rescatada de entre los escombros de su vivienda tras un bombardeo en Khan Sheikon, Siria. Febrero, 2019. Anas Diab.
Un año de mierda para muchas personas. Un breve hilo.
2. La mirada de ese niño que escapa del último bastión de ISIS, Baghouz. @RodiSad 2019
1. La primera ley del Club de la Lucha es buscar un cabeza de turco de todos los males mundiales. Atacar a alguien vulnerable, como refugiados y migrantes, hasta lograr deshumanizarlos. Es más fácil gestionar números que personas. (Foto Santi Palacios)
2. La segunda ley del Club de la Lucha es criminalizar o eliminar directamente a las personas o asociaciones que defienden a los ninguneados. Son testigos muy incómodos porque golpean la conciencia, y nuestras miserias.
3. La tercera ley del Club de la Lucha es alzar más muros y alambradas, para crear una falsa sensación de seguridad frente al 'enemigo'.
Sin contar que no son el enemigo. Y que nada para a quien quiere una vida digna, o una vida para sus hijos.