Hoy os propongo un hilo para mirar al cielo de las más imponentes iglesias románicas. ¿Cómo se iluminaba su interior?, ¿cómo hacer visibles las pinturas y los capiteles? Veamos el desarrollo de las bóvedas en un contexto muy particular y especial: el románico borgoñón. ⬇️⬇️
Las primeras iglesias románicas de grandes dimensiones, como la abadía de San Filiberto de Tournus, resuelven su abovedamiento con bóvedas de cañón dispuestas en sentido transversal. De este modo, queda una articulación entrecortada y la luz de los ventanales entra por sectores.
Es una solución propia de los templos a caballo entre los siglos XI y XII, pero que pronto dejará de utilizarse y no triunfará como sí lo hizo la bóveda de cañón dispuesta en sentido longitudinal al eje de la nave.
Por supuesto, siempre habrá excepciones y, en algunos casos, esta manera de articular la nave en sectores o tramos diferenciados adquirirá un desarrollo espectacular, como podemos ver en la catedral de Le Puy en Velay.
En la iglesia de Mont-Saint-Vincent, un caso extraordinario para conocer la arquitectura románica de principios del XII, sigue usándose la solución vista en Tournus, evidenciando la escasa capacidad de iluminación de este sistema (el día tampoco era bueno cuando saqué las fotos).
En Vézelay, a mediados del XII se cubren las bóvedas de la gran nave con un recurso conocido desde hace siglos, pero que hasta entonces apenas se había empleado en la nave principal de una iglesia: la bóveda de arista.
La altura de los arcos formeros que discurren por el muro lateral permiten unos ventanales más alargados y, por tanto, una entrada de luz mayor que ilumina de forma más eficaz tanto las bóvedas como el interior del templo.
Se hacían así más visibles los magníficos capiteles de esta iglesia y, también, las pinturas que sin duda debieron cubrir las bóvedas y que hoy en día se han perdido.
Un grave incendio destruyó la cabecera románica en 1165 y se planificó una completamente nueva en la que se incorporaron novedades desconocidas hasta el momento y que, una vez más, irán encaminadas a lograr una entrada de luz más homogénea y poderosa.
Y aquí entrará en escena una tipología desconocida hasta la fecha: la bóveda sexpartita. Se trata de una evolución de la bóveda de crucería, pues incorpora un arco paralelo a los arcos fajones, dividiéndola por la mitad. Así, en el muro se pueden abrir dos grandes ventanales.
Los arquitectos de esta nueva cabecera diseñaron una bóveda para cubrir el presbiterio con un tramo cerrado con esta nueva tipología. Así, podía abrirse una batería de ventanales alargados por los que irradiaría una luz desconocida hasta el momento.
Y así llegamos a lo que la historiografía ha denominado "gótico" y que, en realidad, no es sino una etapa más de un camino lleno de búsquedas, de pruebas, de aciertos y de errores. Los primitivos arbotantes de Vézelay nos muestran ya las formas de lo que triunfará en unas décadas
Espero que hayáis disfrutado de este recorrido en busca de la luz en las grandes iglesias de los siglos XI y XII. Y aunque hayamos perdido las decoraciones pictóricas, la iglesia de Saint-Savin-sur-Gartempe nos demuestra que esta búsqueda bien merecía la pena.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh