En Ucrania hay un escudo antimisiles que "no existió" pero mide 150 metros de alto.
En Dakota hay una pirámide antimisiles que solo funcionó 3 días porque sacrificaba miles de vidas.
En #LaBrasaTorrijos de hoy, el Pájaro Carpintero y la Pirámide del Fin del Mundo.
El algún momento del primer trimestre de 1976, las emisoras de onda corta de toda Europa comenzaron a recibir un extraño sonido.
Una serie de golpes marcados. Uno tras otro, en una cadencia acelerada.
Tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac.
El ruido se metía en todas las ondas y era capaz de interferir e interrumpir frecuencias legales y piratas.
Enseguida, los radioaficionados de todo el mundo lo llamaron "El pájaro carpintero".
Tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac.
Los radioaficionados intentaron combatir sonido con señales sincronizadas de onda continua (CW), pero nada parecía alterar al pájaro carpintero.
Pronto se detectó que la señal provenía de la República Soviética de Ucrania así que enseguida aparecieron teorías conspiranoicas: que si un sistema de control del clima mental, que si un anticipo de una invasión de la URSS...
Pero, en realidad, lo que casi todos los aficionados a la radio intuían es que se trataba de un sistema de radar OTH (Over The Horizon).
Y eso es lo que era exactamente: un COLOSAL sistema de radar cuya detección se extendía muy por encima del horizonte. Se llamaba Duga-3.
Los de radares OTH son sistemas de largo alcance capaces de avanzar miles de kilómetros sobre el límite de un radar convencional porque la señal no es "directa" sino que rebota en la ionosfera, tal y como se ve en esta infografía.
Obviamente, el Duga-3 no era una instalación civil, era un escudo antimisiles.
O más bien, un sistema que permitiese detectar los misiles intercontinentales Minuteman III con cabeza nuclear que, supuestamente, pudiesen lanzar los USA contra la madre patria soviética.
Obviamente, los soviéticos negaron la existencia del pájaro carpintero y, obviamente, los yanquis negaron que ellos supieran que el pájaro carpintero existía.
Pero seguía martilleando cada día en todas las radios de onda corta del mundo.
El espionaje y la Guerra Fría era una cosa muy rara y este bicho de casi un kilómetro de largo y la altura de un edificio de 50 plantas, técnicamente no existía.
Según cuenta Maximilian Nowotka, en los mapas soviéticos, el Duga-3 estaba marcado como un campamento para niños, incluso hay una estación de autobús en el camino a la instalación con una decoración de los Juegos Olímpicos de Verano de 1980 en Moscú.
Ja.
Lo cierto es que, al pie de esa colosal muralla de antenas, se construyó un pueblo entero para los militares y los técnicos del radar y sus familias.
El pueblo tampoco "existía" pero tenía sus bloques de pisos, pero también su escuela, sus comercios y su gimnasio.
Construyeron un pueblo desde la nada pese a que tenían a apenas 20 kilómetros una ciudad entera.
Claro que la ciudad entera era Prípiat. Sí, la ciudad de Chernobyl.
Curiosamente, el Duga-3 estuvo operativo hasta 1989. Tres años después de la catástrofe de la central núclear de Chernobyl.
En la actualidad es una ruina abandonada dentro de la zona de exclusión, aunque, como en la propia Prípiat, también es un reclamo turístico.
Los yanquis siempre supieron que los soviéticos estaban desarrollando un escudo antimisiles porque, bueno, porque ellos también habían montado el suyo.
Uno un poco menos sofisticado pero bastante más contundente: la Pirámide de Dakota del Norte.
La Pirámide de Dakota del Norte, también llamada Pirámide de Nekoma (porque Nekoma es el pueblo más cercano) era un sistema de detección mediante Radares de Adquisición Perimetral (PAR, en inglés).
Los círculos de cada cara de la pirámide.
Además de esos cuatro PAR´s en la cercana base Cavalier de la USAF hay otro PAR más grande y de aspecto también igualmente ominoso.
Parece sacado del planeta Hoth.
Sin embargo, ni la pirámide ni el PAR de la base Cavalier son lo verdaderamente importante, porque los radares solo eran una parte del escudo antimisiles.
Todo el conjunto pertenecía al llamado Stanley R. Mickelsen Safeguard Complex e incluía 80 silos con 80 misiles con cabeza nuclear. 16 LIM-49 Spartan de largo alcance y 64 Sprint de corto alcance.
Esto que se ve en primer plano son las tapas de los silos.
Como se ve en la imagen de satélite, los silos estaban muy cerca de la pirámide, DIRÉCTAMENTE conectados al radar.
La cosa es que, si los radares PAR detectaban algún misil intercontinental de largo alcance, inmediatamente lanzaban los Spartan de 5 megatones.
En el caso de que los Spartan fallasen, era el momento de los Sprint de 1 kilotón.
La idea era hacer explotar a los misiles rusos lo más alto posible en la atmósfera, para comprometer lo mínimo posible las poblaciones que estuviesen bajo la explosión nuclear.
Pero claro, por mucho que la Pirámide esté en medio de una pradera de Dakota, que es lo mismo que decir en medio de la nada, la explosión nuclear SIEMPRE iba a afectar a núcleos de población.
Teniendo en cuenta que los misiles soviéticos vendrían desde el ártico, los núcleos de población afectados estarían EN CANADÁ.
Con dos cojones yanquis.
(Bueno, en realidad, Canadá formaba parte del NORAD, así que ellos se lo habían buscado)
Sea como fuere, y en vista de que el sistema Safeguard sacrificaría cientos de miles de vidas (aunque salvase millones), la Pirámide apenas estuvo en funcionamiento completo durante 3 días de 1975.
Y eso que su construcción costó varios millones de dólares.
En la actualidad, el Complejo Stanley R. Mickelsen es una instalación abandonada que, al igual que el soviético Duga-3, funciona como reclamo turístico de una zona con muy pocos atractivos para el visitante.
Y, al final, todas estas instalaciones no son más que el resto de un pasado en el que el miedo dominaba a la especie humana.
Las ruinas de cuando todos creíamos que mañana sería el fin del mundo.
Y con estas cuatro fotos que resumen muy bien el episodio de hoy, vamos a despedirnos del Pájaro Carpintero, de la Pirámide de Dakota del Norte, de la Guerra Fría y de #LaBrasaTorrijos de esta semana.
Si os ha gustado, hacedme RTs, FAVs, follows o compradme un gorro ruso!
Nos vemos en un nuevo capítulo el próximo jueves a la misma hora.
Si os habéis quedado con ganas de viajar a más territorios improbables, todos los episodios de #LaBrasaTorrijos están archivados en mi tuit fijado, que es este hilo de hilos de hilos:
Library of Congress, Elmo Keep, Sim Chi Yin, Mypitofnothing, M.E.Hubbs, Jordan Henry, Mark Perry, USAF, SRMSC, CNN, Ingmar Runge, Charly Whisky, Maynor Rivera y ArcanumURBEX.
#LaBrasaTorrijos se escribe en directo todos los jueves desde el soleado barrio de Villaverde.
(Fin del HILO 🐦📡📐🚀🚀🚀)
(Y en el episodio de la semana que viene vamos a conocer la historia de un jardín tallado bajo tierra y una iglesia que fue una universidad y una cárcel y ahora es una de las piscinas más chulas del mundo)
Como cada semana, las codas, las peticiones del oyente y los bailes a los Coyote Dax (no rompas más, mi pobre corazón).
1. Como han dicho más de un tuitero, el Duga-3 aparece en la peli "Divergente". Allí es la valla perimetral de una Chicago futura y distópica.
2. Las siglas PAR significaban dos cosas: Perimeter Acquisition Radar pero también Phase Array Radar, o sea, Radar de Matriz de Fase. No solo instalaron PARs en Dakota, también en Groenlandia, UK o Alaska.
3. Los PARs no son OTH y no tenían tantísimo alcance como el Duga, pero son capaces de detectar múltiples blancos en movimiento y discriminar velocidad y tamaño.
Por cierto, el de Alaska se llama Cobra Dane, que es un nombre moloncísimo, y está en este sitio tan...especial.
Por cierto, el Cobra Dane sigue operativo y pertenece a la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, que es una cosa que *existe* y que tiene estos flipadísimos emblemas.
(Pasad un buen fin de semana)
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Todo el mundo ha emitido ya su opinión PERO OS FALTABA LA MÍA, que es la que verdaderamente necesitáis para cuñadear a gusto en la cena de Navidad.
¿POR QUÉ LA RESTAURACIÓN DE NOTRE DAME ES EQUIVOCADA?
(Y no es porque esté muy limpia).
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Lo primero es lo primero: este hilo es una respuesta a este otro que escribió mi buen amigo @itineratur, en el que afirma que a él le gusta mucho como ha quedao Notre Dame.
Aquí es importante señalar que a @itineratur le gusta mucho todo lo francés: la Torre Eiffel, el Arco de Triunfo, las baguettes, rendirse a los nazis a la primera de cambio...
A veces se nos olvida que los pueblos y ciudades donde vivimos no existen porque sí.
La mayor parte de nuestra experiencia como habitantes depende del territorio donde se construyó el lugar donde vivimos hace cien, quinientos, mil o dos mil años.
¿Sabéis quien fue el segundo español que tocó suelo lunar?
Luis Carrero Blanco.
Sí, en serio. Y esto no es un chiste; es una historia sobre la condición humana y el territorio (y la Guerra Fría).
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Decir que una historia trata de la Guerra Fría, la condición humana y el territorio es básicamente un pleonasmo porque, en mi opinión, la Guerra Fría fue la época de la historia en la que el control del territorio se trató de una manera más sofisticada.
Como entrar en guerra abierta era impensable, las dos superpotencias se dedicaron a tocarse los huevos mutuamente mediante operaciones más o menos en la sombra: espionaje, propaganda, intervenciones militares en terceros países, financiación de revueltas y golpes de estado...
Para solucionarlo, construyeron TRES ESPEJOS COLOSALES que reflejan su luz y la llevan hasta allí durante todo el invierno (y hasta juegan a vóley-playa).
En #LaBrasaTorrijos, Sam Eyde y los Tres Espejos de Rjukan.
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Voy a aprovechar el hilo de esta semana para hacer una pequeña reflexión sobre por qué Gehry condensa todo lo bueno y todo lo malo de los arquitectos-estrella y también por qué esta es mi obra favorita suya (junto a una de las primerísimas).
A Gehry le conocemos todos por el Guggenheim de Bilbao. De algún modo, es su puesta de largo.
Sin embargo, Gehry ya tenia 60 años cuando le encargan el museo de Bilbao. Es más, ya había recibido el Pritzker en 1989, por una carrera que era esencialmente potencial.
En 1989 (con 60 años), apenas había construido un puñado de cosas.
Dicen que cuando a Gehry le encargaron proyectar un edificio en Elciego, un pueblo alavés de menos de mil habitantes, no accedió inmediatamente porque, bueno, su obra pertenecía a las grandes ciudades.