Los pronósticos económicos de este sexenio son patéticos para México. 2018 decían que “en 2019 se iba a crecer”. 2019 cae -0.3% y dicen “ya sabíamos que el primer año no creceríamos. 2020 nos reponemos”, cae -8.5%, 
“Pero en 2021 nos reponemos” decían, crecerá 5%, pero primer trimestre -4.3%... su respuesta es “no, no, no 2º trimestre crecemos 16.9%”. Nada más lejos de la realidad que eso. Todo va en caída libre, sin empleo, sin inversión y en plena pandemia por COVID-19.
Sin respeto al estado de derecho, a los contratos, a los acuerdos del T-MEC, sus reformas energéticas y de hidrocarburos espantan la inversión, sin inversión no hay recuperación económica. Ante ese escenario se atreven a hablar de 5% de crecimiento para 2021.
El crecimiento será disparejo cuando se de, eso es un hecho, pero no en los tiempos que proponen. Una cosa muy diferente es el deseo y otra la realidad. México va en caída libre y eso durará años. Por lo menos una década en caída libre.
La inflación de marzo 4.67% anual en su peor nivel desde hace 10 años, en gran parte debido al incremento en la energía y la gasolina.
Para quedar en ceros en México, como si no hubiera pasado nada en este sexenio, se necesitaría crecer por lo menos arriba del 2% cada año, durante los 4 años restantes. Eso es imposible sin estrategia, sin rumbo e improvisado.
No sólo es un sexenio desperdiciado, tomará décadas recuperarse, 30 años retomar el rumbo. 10 años por lo menos para estar en el punto en el que se encontraba México al final del sexenio anterior.
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