Thread by @hijos_rehenes

Os voy a poner un pequeño ejemplo del #TerrorismoDeFamilia que vivimos los padres divorciados en España por defender la #CustodiaCompartida y como cualquier puerca puede defenestar a un hombre con absoluta aquiescencia de la justicia. 👇

Dos progenitores con el mismo trabajo, en la misma empresa, con la misma nómina, con domicilios colindantes, con mayor flexibilidad laboral y reducción de jornada en el caso del padre y puntuaciones psicosociales del padre que triplican a las de la madre... se divorcian.

La madre tiene problemas emocionales y psicológicos reconocidos por los que está recibiendo tratamiento psicológico, habilidades parentales mediocres acreditadas en el test psicométrico, y multitud de maniobras de obstrucción parental frente a gestos de colaboración del padre.

El padre pide la custodia compartida para que el menor pueda disfrutar de sus dos ascendentes familiares y no judicializar la vida de su hijo.

La madre pide una custodia exclusiva con un régimen enormemente restrictivo de visitas al padre.

¿A quien creéis que dan la custodia? A la parte que se niega a compartir la crianza del menor y encima tiene problemas emocionales y psicológicos reconocidos y acreditados judicialmente.

El motivo de la custodia exclusiva es "para que la madre pueda hacer un tratamiento".

La sentencia establece que es un caso óptimo de custodia compartida pero que el conflicto entre los progenitores la impide, remitiendo a la familia al instituto de familia para hacer terapia previa instauración de una custodia compartida.

En la primera sesión del instituto de familia la madre indica que no tiene intención alguna de entenderse con el padre hasta el punto que ha interpuesto una querella contra él, de modo que se paraliza toda intervención terapéutica familiar hasta que se resuelva la denuncia.

Seis meses más tarde se sobresee en primera instancia la querella por no haber el más mínimo indicio de delito. El recurso de reposición vuelve a ser desestimado. El padre intenta que se inicie la terapia de familia y nuevamente en la segunda reunión la madre indica que va...

...a presentar recurso de apelación por lo que el proceso penal prosigue y vuelve a paralizarse la terapia. Dos años más tarde, la Audiencia Provincial vuelve a indicar que no existe indicio absoluto de delito (pero no eleva causa por denuncia falsa) y archiva la denuncia.

El resultado es que durante 3 años al padre se le ha cerrado por completo la posibilidad de realizar la terapia de familia que se estableció como paso previo a la instauración de una custodia compartida. A la madre ni tan siquiera se la condena a costas. ¿Gratis? No, con premio.

El terapeuta de familia, aún reconociendo inequívocamente que es la madre quien impide y obstaculiza toda terapia de familia, se niega a reflejarlo en un informe ni mucho menos comunicarlo al juzgado. El padre se ve obligado a grabar las entrevistas y peritarlas como prueba.

El padre presenta una ejecución de sentencia para que tres años más tarde se obligue a la madre a someterse a terapia de familia. La madre se opone a la ejecución de sentencia y consigue que se aplace el señalamiento de la vista. Más de un año más tarde se celebra la ejecución.

Más de tres años de proceso para que la Justicia ejecute su propia sentencia. El día de la vista, ni jueza ni fiscal se han leído los escritos ni les importa lo más mínimo todo el calvario que ha tenido que recorrer el padre desangrándose económicamente para llegar ahí.

Ese día hay señaladas muchas vistas y pocas ganas de trabajar, así que jueza y fiscal instan al padre a que pacte con la madre "pelillos a la mar" que aquí no ha pasado nada y que vayan los dos al instituto de familia, bajo coacción que si celebra, el escenario le será adverso.

A la jueza y fiscal les importa una mierda el menor instrumentalizado por la madre, mucho menos el padre falsamente denunciado que ha tenido que pasar un calvario de tres años. El caso les quema en las manos, quieren una sentencia por conformidad y punto.

El padre insiste en celebrar la vista, que se pruebe la falta de colaboración de la madre con la terapia y que se la condene expresamente a costas. Entra en la sala, y como ya había sido advertido, el fiscal pro-mamá desde el minuto cero, enfadado por tener que celebrar la vista.

Los informes periciales del padre con las entrevistas con el terapeuta donde reconoce que la madre tiene problemas psicológicos, que no tiene intención alguna de colaborar, que está instrumentalizando al menor, que lo está haciendo sufrir, y que boicotea la terapia son rechazados

En cambio, los pantallazos de WhatsUp de la madre, recortados a placer, sin peritación ni acreditación alguna son admitidos. Jueza y fiscal arropan inmediatamente a la madre y acaba siendo calificado de inadecuado el padre, el único que ha intentado que se hiciese terapia

No descarto en absoluto que el proceso acabe no sólo desestimando la ejecución de sentencia (lo cual ya doy por supuesto) sino incluso con condena en costas a la parte ejecutante (es decir, al padre). El mensaje es inequívoco: nos da igual lo que haga la madre.

Frecuentemente se alega falta de especialización y ausencia de recursos en la justicia para justificar su funcionamiento absolutamente criminal. No es así. A la justicia no le faltan recursos materiales ni humanos sino que le sobra desidia e incompetencia máximas.

Jueces y fiscales en una prepotencia y arrogancia máximas son incapaces de prepararse los juicios con un mínimo de interés. Entran en la sala sin tener ni puta de idea de lo que se va a debatir dentro. Detrás de cada escrito hay muchísimo trabajo de un padre.

Detrás de cada ejecución de sentencia hay un padre al que se le han vulnerado sus derechos más básicos, hay un menor al que se le ha privado de poder disfrutar de su padre por maldad supina de una perturbada, hay muchas noches sin dormir, muchas lágrimas, mucho esfuerzo y dinero.

Lo mínimo que merecen esos padres es un poco de respeto a tener que haber esperado tres putos años para poder ejecutar una sentencia e iniciar la terapia de familia que acordó el fallo judicial. Las madres se ríen en la cara de juezas y fiscales saltándose sus sentencias.

Pero a las juezas y fiscales les da igual porque es una mujer quien incumple la sentencia. Los pocos hombres en los juzgados de primera instancia son unos huelebragas que con tal de no contrariar a la madre son capaces de defender lo indefendible.

Si en la puerta de los juzgados en vez de aparecer el rótulo "palacio de justicia" se pusiese el cartel "circo: pasen y vean" todos sabríamos lo que podemos esperar antes de cruzar sus lindes. Lo llaman ciencia jurídica pero es puro teatro.