Este #14deAbril, me gustaría recordar la trascendencia que la Segunda República tuvo para la historia de las mujeres de este país a través de algunas de sus figuras más destacadas. Su impulso sirvió para que muchas más pudiéramos avanzar en derechos en todos los ámbitos.
A Clara Campoamor le debemos el sufragio universal, pero también el empeño por llevar la ciudadanía de las mujeres a la Constitución de 1931 y a las leyes republicanas. El voto, el divorcio, la protección a las madres solas son solo algunas de esas conquistas.
Entre las diputadas de aquellas Constituyentes destacó la también abogada Victoria Kent, nombrada Directora General de Prisiones. En la estela de Concepción Arenal, se esforzó por dignificar y humanizar las condiciones de las cárceles del país.
Margarita Nelken también tomó su acta de diputada. Sus reflexiones sobre la condición social y laboral de las españolas, enunciadas una década antes, son fundamentales, como también lo fue su activa participación en la vida cultural del país.
El papel de las mujeres trabajadoras no debe olvidarse. María Cambrils, militante socialista, se dedicó infatigablemente a defender la necesidad de organización y reivindicación de las obreras, dejando para la historia un libro imprescindible: Feminismo Socialista.
De la cultura y el teatro también procedía la diputada María Lejárraga. Se empeñó en concienciar a las mujeres de la unión indisoluble entre República y derechos; para ello, creó la Cívica, una asociación que ofrecía formación y debate a miles de mujeres en la capital.
La República se caracterizó por sus maestras. Entre ellas, sobresale María de Maeztu, directora de la Residencia de Señoritas, el centro cultural y educativo de esas primeras universitarias que vencieron viejos tabúes sobre la capacidad intelectual de las mujeres.
Maestra de profesión fue la periodista y escritora Carmen de Burgos, pionera en la comunicación, corresponsal de guerra y también importante teórica feminista. Introdujo debates fundamentales sobre el divorcio y contra la violencia machista en la prensa de la época.
María Teresa León brilla con luz propia entre las escritoras que tanto permanecieron a la sombra de los autores de la Generación del 27. Impulsora de la Alianza de Escritores Antifascistas, organizó el rescate de los cuadros del Museo del Prado ante los bombardeos franquistas.
Entre los nombres que nos han faltado en la nómina literaria del país sobresale el de la escritora y periodista Luisa Carnés. La recuperación de su novela Tea Rooms. Mujeres obreras, hace unos años, supuso encontrarnos con una narradora fundamental de nuestra historia.
No puede olvidarse el papel de la anarquista Federica Montseny, primera mujer en ser ministra en España y a quien debemos la primera regularización de la interrupción voluntaria del embarazo, esa permanente batalla de las mujeres por el derecho a decidir.
Menos conocida, Benita Asas Manterola presidió la Asociación Nacional de Mujeres Españolas en los años veinte y treinta: firme defensora del sufragio, simboliza a todas las que antes de 1931 venían peleando con firmeza por la igualdad.
Son muchas más las que en todo el territorio arrimaron el hombro para construir y defender la Segunda República. Tenían aguda conciencia de que solo bajo las premisas de libertad e igualdad radicales cabía lograr los derechos ciudadanos tan duramente peleados desde el siglo XIX.
Recordarlas hoy y siempre es un deber de memoria en el que necesitamos profundizar a través de la educación, de la cultura y de la discusión pública sobre sus figuras, obras y aportaciones, sin las que es imposible comprender la historia del feminismo en nuestro país.
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El testimonio de Rocio Carrasco es el de una víctima de violencia de género. Cuando una mujer denuncia públicamente la violencia puede ser cuestionada o ridiculizada. Por eso es importante el apoyo. #RocioYoSiTeCreo
Este testimonio ocupará muchas horas de televisión, pero muchas otras mujeres se verán también reflejadas. Una de cada dos mujeres ha sido víctima de algún tipo de violencia machista a lo largo de su vida. Todas y cada una de ellas importan.
No existe un perfil de mujer maltratada, igual que no existe un perfil de maltratador. Tener o no dinero, estudios, una familia que te apoya... en todas las circunstancias se puede ser víctima de violencia de género.
Parece que a algunos señores les molesta que una cajera de supermercado, hija de un mozo de mudanza y de una maestra de escuela, pueda ser ministra. Abro hilo.
Fui cajera en el Saturn de San Sebastián de los Reyes. Trabajando, con el apoyo de mis padres y con becas por tener buenas notas estudié Psicología y acabé con más de un 9 de media.
Hice un máster en psicología de la educación. Tuve 9 matrículas de honor de 15 posibles y 9,5 en el trabajo de fin de máster. Gracias a eso gané compitiendo en una convocatoria pública mi contrato de investigación FPU para hacer la tesis doctoral.
Hay medios de comunicación que en plena campaña electoral me acusan de hacer algo ilegal. Les he pedido que rectifiquen. Lo cierto es que me he solidarizado, junto a otros compañeros, con una familia a la que iban desahuciar por una subida abusiva de su alquiler.
Abro hilo 👇🏼
En el vídeo explico la situación de Livia, Juan y sus tres hijos y le pido a la propietaria que negocie un alquiler justo y evite el desahucio. Esther Argerich se dedica al negocio inmobiliario. No hablamos de cualquier persona que alquila su segunda vivienda sino de un negocio
Me he sumado a una campaña de solidaridad con una familia y comparto información que es pública, que ya estaba publicada y que sirve para entender el caso y para pedir, como hago, que se evite un desahucio y se negocie con la familia un alquiler justo.